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miércoles, 11 de noviembre de 2015

Desahuciada y abandonada por el Seguro Popular

* Luego de estarle “adivinando” su padecimiento, al final la dieron de alta, pese a que quedó en estado vegetativo, porque no tienen capacidad hospitalaria



TIJUANA, 11 de noviembre de 2015.- La señora Maximina Gallardo Hernández, de 67 años de edad, se encuentra en una habitación de su casa, en estado vegetativo, toda vez que cayó en coma a causa de la enfermedad llamada meningitis, desahuciada y abandonada por el sistema del Seguro Popular.
Durante cuatro meses estuvieron en el Hospital General de Tijuana “adivinándole” su padecimiento, y cuando más necesitaba de la ayuda médica y hospitalaria del Sistema de Seguridad Social, los médicos se limitaron a recetarle antibióticos, antiinflamatorios, nebulizadores y algunas recomendaciones a la familia.

Solo eso hicieron, le dieron el tratamiento emergente, pero sacaron a la pobre mujer del Hospital General de Tecate, a donde la habían trasladado, por no haber capacidad hospitalaria en Tijuana, y en Tecate, los médicos consideraron que no podrían mantenerla hospitalizada por tiempo indefinido, ya que quedó en estado vegetativo.
Los médicos del sistema de Salud Pública del Estado dicen simplemente que “no pueden hacer nada más”, y el doctor Vargas, uno de los responsables del Hospital General de Tecate, exigió a la señora María Teresa López Gallardo, hija de la señora Maximina, que se llevara a la paralizada mujer de la tercera edad, porque “ya no había nada más que hacer por ella en el Hospital”, y que si no se llevaba a su madre, “le echaría al Ministerio Público, para obligarla”.
Eso fue el pasado domingo 8 de noviembre, y la atribulada señora María Teresa López suplicaba que le permitiera al menos hablar con el personal de Trabajo Social del nosocomio al día siguiente, lunes, para analizar la problemática que se presentaba, a lo que el doctor Vargas reaccionó “colgando” la llamada.
Entonces la señora María Teresa insistió en hablar con el doctor Vargas, para que no sacaran a la calle a su mamá, y el galeno terminó cediendo de mala gana, diciendo: “está bien, que se quede; pero mañana se la llevan”.
El problema, además de que en una casa no se pueden brindar los mismos cuidados que en un hospital, era también que la autoridad de Salud Pública del Estado no quería usar sus ambulancias para el traslado de la mujer en estado de coma desde Tecate a Tijuana, y por trasladarla en una ambulancia particular les cobraban mil 500 pesos.
El lunes hablaron los señores María Teresa y José de Jesús López Gallardo, hijos de Maximina Gallardo, con personal del Departamento de Trabajo Social del Hospital General de Tecate, lográndose que trasladaran a la señora Maximina de Tecate a su casa en Tijuana, en ambulancia del mismo nosocomio, sin cargo alguno.
Trasciende que entre los varios impedimentos del sistema de Salud Pública del Estado para darle una atención digna y la hospitalización debida, aunque sea por tiempo indefinido, se debe a que su póliza del Seguro Popular número 0204157410, no le cubre a la señora Maximina Gallardo Hernández tantas atenciones, por tiempo indefinido, y no tienen ni todos los medicamentos, ni le cubren todos los análisis.
Primero le daban medicamentos para el dolor de cabeza y calentura, paracetamol, naproxeno y otros relacionados con ese padecimiento; luego le dieron tratamiento para otros malestares que manifestaba, como por ejemplo, la hiponatremia, alta concentración de sodio en la sangre, los cuales se fueron externando rápidamente en ese lapso de cuatro meses en que le estaban “adivinando” su padecimiento real.
Con la cooperación de vecinos de la señora se pagó la resonancia y pago de un neurólogo particular, que determinó que los tratamientos brindados en el Hospital General no fueron los adecuados, pues lo que Maximina tiene es inflamado el cerebro por una bacteria, lo cual es grave, aun con tratamiento, pues la meningitis bacteriana requiere atención médica emergente y hospitalización por tiempo indefinido.
Ciertamente, ya con el diagnóstico correcto, a la señora Maximina le dieron la atención médica emergente en el Hospital General de Tecate, trasladada del Hospital General de Tijuana hacia ese otro municipio, debido a que no tenían camas disponibles aquí.
Después de un poco de inyección de suero, antibiótico y antiinflamatorio, así como una nebulización, los médicos de Tecate dijeron que ya no podrían hacer nada más, que necesitaba la familia llevarse a su enferma a su casa, para que en casa continuaran dándole el tratamiento que sigue, que es estarle aplicando los medicamentos antes indicados, cambiarle de pañales para adulto y colocarla sobre colchonetas antillagas.
El esposo de la señora Maximina Gallardo Hernández, también de la tercera edad, de 70 años, trabaja empacando mandado en el Calimax, donde, cuando “estaba bien de salud” la señora también laboraba en lo mismo.
Viven en la Calle Tepostecos, casa número 1, de la colonia Planicie de esta ciudad de Tijuana, y lo que más le urge a los hijos de la señora son los nebulizadores Budesonida 0.500 mg/2ml, y Atrovent, pañales para adulto, colchonetas antillagas, y por supuesto, que el Gobierno del Estado tome cartas en el asunto y no se haga omiso ante personas de escasos recursos que tienen que sufrir ese abandono de su Sistema de Seguridad Social, solamente porque su Seguro Popular no le cubre tantos requerimientos.
La desahuciada mujer se encuentra en una cama de hospital que compraron en un mercado sobre ruedas, y es alimentada mediante una sonda que ya es necesario cambiarle. Obviamente es alimentada con puros líquidos: ensure, caldo de pollo, avena, atole y otros líquidos. Y el tratamiento con antibióticos y antiinflamatorios es por 8 días, luego de lo cual un médico debe evaluarla, para saber si mejora, o seguir con ese u otro tratamiento.

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