Por : Gilberto LAVENANT
Las acciones de gobierno, conforme a los beneficios o perjuicios, tienen efectos políticos. Los beneficiados, obviamente, ríen y aplauden. Pero los afectados, rechazan, repudian, critican, satanizan, a los autores de los daños que sufren.
No hay duda de eso, las reformas estructurales, planteadas por el Presidente Enrique Peña Nieto, han generado múltiples reclamos, por aquellas medidas o reformas que definitivamente son consideradas lesivas para muchos.
Concretamente, el homologar el IVA en todo el país, a la tasa del 16%, eliminando la del 11% en la frontera, es un tema que ha unido a propios y extraños.
Evidentemente, nadie advirtió a Peña Nieto, los efectos negativos que le representará esto para su partido político, el PRI, y para los candidatos priístas a puestos de elección popular, en los próximos comicios, los del 2015, en los que precisamente se habrá de elegir a los diputados federales que integrarán la siguiente legislatura.
La cuestión es que el Presidente Peña Nieto, así como la dirigencia nacional del PRI, han dado la consigna de defender la pretendida reforma hacendaria, que incluye modificaciones en el IVA. Y no sólo eso, la consigna también incluye, formar un bloque en el poder legislativo federal, para que no prospere ninguna intención que vaya en contra del proyecto peñanietista.
La mayoría de los priístas, por no decir que todos, están acatando la instrucción. Aprovechan cualquier evento, para decir, con aparente firmeza, que es bueno que los fronterizos paguen más IVA, o al menos igual que los residentes del resto del país, aunque dicha medida sea lesiva para la economía de la región.
Esta semana, en el Senado de la República, se planteó un punto de acuerdo, por parte de Senadores panistas, para discutir la posibilidad de eliminar la homologación del IVA en la zona fronteriza, pero los priístas se opusieron. Minimizaron la gravedad del tema.
Se percibe, claramente, que los legisladores priístas, se suman, incondicionalmente, a la propuesta de reforma hacendaria de Peña Nieto, aunque eso implique darle la espalda a muchos residentes fronterizos que intuyen los daños que esto provocará en la economía de la zona fronteriza.
Concretamente, en el caso de Baja California, prácticamente todos los sectores han manifestado estar dispuestos a formar un frente común para atajar la homologación, en tanto que los legisladores federales priístas, electos apenas en los comicios del 2012, faltan a su obligación de representar los intereses de los bajacalifornianos. Salvo el caso de la diputada federal priísta, María del Carmen López Segura, quien se comprometió a combatir la propuesta, pese a que la envíen a ella a la “congeladora”.
Dentro de dos años, en el 2015, habrá elecciones de diputados federales. Si se insiste en llevar adelante la homologación del IVA, los priístas sufrirán severas consecuencias. Si en los comicios del 2012 ganaron 7 de 8 diputaciones federales, en el 2015 quizás no logren ni una sola, al menos en Baja California.
Es tan sencillo determinar si algo es bueno, o es malo. Si es positivo, o negativo. Si es benéfico o nocivo. Los bajacalifornianos –aunque los priístas digan lo contrario- coinciden en señalar que es nocivo incrementar la tasa del IVA, del 11% al 16%.
Porque no se trata solamente de incrementar en un 5% la tasa del IVA, sino que dicho aumento servirá de pretexto para aumentar los precios de la mayoría de los productos o servicios. Desalentará la economía de la región, las empresas reducirán su capacidad de empleo, será mayor el número de desempleados, y el hambre, afectará a más personas.
Se advierte, que la propuesta de reforma hacendaria, fue “confeccionada” por un grupo de tecnócratas, esos individuos metidos en la administración pública, que planean en base a estadísticas y proyecciones, con computadora en mano. Con simples sumas y restas, sugieren incrementos de impuestos, sentados, ante un escritorio, sin preocuparse por los posibles efectos negativos. Total, la propuesta ya está planteada.
Hay qué insistir en que Peña Nieto ha equivocado su estrategia política. Más bien pareciera que carece de estrategia política. Recurrió al Pacto por México, al reconocer que los priístas no lograron mayoría en el poder legislativo.
Sí es cierto que el Pacto le ha permitido sacar reformas estructurales importantes, pero cuya implementación tardará varios años. Posiblemente ni siquiera alcance a ver, como Presidente de México, los efectos.
En tales condiciones, en el 2015, cuando deban elegirse nuevos diputados federales, con acciones como la homologación del IVA o la reforma educativa, el bloque priísta en el Congreso de la Unión será menor al actual y entonces seguirá dependiendo de los rivales políticos para seguir con su “Plan Reformador”.
En estos primeros 9 meses de la gestión de Peña Nieto, ha sido evidente la falta de autoridad, la poca voluntad de combatir la corrupción y la incapacidad oficial para someter o convencer a quienes no están de acuerdo con su forma de gobernar.
Para el priísmo bajacaliforniano, el panorama es desolador. Peor aún, cuando en lugar de salir en defensa de los bajacalifornianos, contra medidas centralistas como la homologación del IVA en la frontera, les dan la espalda y se pronuncian defensores de su jefe político, el Presidente Peña Nieto.
Ni modo, quien a dos amos sirve, con alguno queda mal.
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