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viernes, 10 de mayo de 2013

Hermano de don Alejo enfrenta a sicarios

Don Alejo Garza Tamez murió en el 2010 al enfrentar a sicarios que pretendían despojarlo de su rancho en Tamaulipas, y ayer su hermano Manuel, de 86 años.
Resultó ileso tras forcejear con delincuentes que asaltaron el negocio familiar “Maderera y Ferretera El Salto”, en esta capital regiomontana, EN LA MIRA. Maderería y Ferretería El Salto, donde fue reportado el atraco poco antes del mediodía.

Don Manuel relató a policías de Monterrey, que dos ladrones armados y quienes utilizaban paliacates para cubrirse el rostro, irrumpieron en la antigua maderería ubicada en avenida Garza Sada y calle Juventino Rosas, de la colonia Caracol, donde les exigieron el dinero de las ventas.



Precisó que decidió enfrentar a los maleantes, armados con pistolas, porque lo amenazaron de muerte y al forcejear con estos cayó al piso, lo cual aprovecharon para sustraer de la caja registradora de 4 a 5 mil pesos en efectivo.

Añadió que luego huyeron a pie con un cómplice –quien los esperaba en la puerta del negocio- y posteriormente se alejaron en un taxi, el cual habían dejado estacionado en una calle aledaña.

El empresario mencionó que reportó los hechos y policías regiomontanos llegaron minutos después, pero no pudieron ubicar a los delincuentes, quienes abandonaron el sector al sur de la ciudad, donde hay una ola de robos con violencia.

EL CASO DE DON ALEJO 

Don Manuel no sufrió lesiones, a diferencia de su hermano, quien murió el 14 de noviembre de 2010 al enfrentarse a integrantes del crimen organizado, en su rancho situado en Padilla, Tamaulipas, según informes oficiales.

El caso de don Alejo Garza Tamez cobró notoriedad a nivel nacional e internacional –principalmente en las redes sociales- y hasta un grupo musical compuso un corrido para recordarlo.

La víctima recibió amenazas previas y en lugar de entregar su propiedad a la delincuencia, como ésta lo exigía, reunió a sus trabajadores y les solicitó que no acudieran a trabajar al día siguiente.

Esa madrugada las camionetas de los delincuentes ingresaron al rancho y se colocaron frente al inmueble.
Los extorsionadores descendieron; dispararon una ráfaga al aire y gritaron que se apoderarían del rancho.

El también empresario y copropietario de la citada maderera, entonces de 77 años y aficionado a la cacería, respondió a balazos y el grupo armado tiroteó la finca.

Los delincuentes incrementaron el ataque y pasaron de las armas largas a las granadas de mano.

Don Alejo se parapetó en su propiedad con varias armas y antes de perder la vida en el desigual enfrentamiento, mató a 4 de los atacantes e hirió a 2.

Horas después llegaron elementos militares y hasta entonces resguardaron el rancho.
Aún después de muerto, la víctima se convirtió en un ícono del heroísmo y del hartazgo social contra la inseguridad
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