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domingo, 26 de mayo de 2013

El cochinero panista.

Palco de Prensa
                                             

                                         Por : Gilberto LAVENANT

Hay un dicho por ahí, que observa : “cuando se enojan las comadres, salen a relucir los trapos sucios” y otro que advierte : “juego que tiene desquite, ni quien se pique”.

En la situación a comentar, los protagonistas, no son precisamente comadres. Cuando mucho vecinos. Viven en la misma vecindad política. Pero de que se sacaron “los trapos sucios”, ni qué decir.


En cuanto a lo del desquite, es válido o natural y lógica la reacción. Es raro aquel que asume la recomendación cristiana de que, luego de un golpe, poner la otra mejilla, para que le sigan tundiendo. No, siempre reaccionan devolviendo la agresión, en la medida en que las circunstancias se los permitan.

En esto, se conjugan dos factores, o circunstancias aparentemente ajenas. Por una parte, inicialmente por parte del llamado Observatorio Ciudadano, que encabeza el priísta Eduardo Martínez Palomera, así como el padre y el hermano del alcalde priísta mexicalense, Francisco Pérez Tejada Padilla, además del Senador Panista, Victor Hermosillo Celada, una extraña alianza política, los legisladores locales fueron acusados de gastalones, ineficientes y evasores fiscales.

Varios aprovecharon, para sumarse a la refriega en contra de los diputados, cual si estuviesen libres de culpa. Representantes de organizaciones empresariales y, sobre todo, los políticos rivales, los integrantes de la Alianza Unidos Por Baja California, integrada por PAN, PRD, Panal y PEBC, a los que para nada les importó “llevarse entre las patas” a sus propios representantes en la Legislatura Estatal. Dijeron todos, no hicieron distinción alguna.

Por otra parte, los señalamientos en contra de los legisladores, fueron usados como “banderas políticas” por los candidatos de dicha alianza. Unos pregonaron que procurarán una legislatura austera y transparente, aunque de eso nunca han tenido nada en la historia política de Baja California. Nadie ha olvidado el caso del panista González Ortega, mejor conocido como “El chupitos”, quien siendo Presidente de la Legislatura, fue sorprendido por policías municipales, supuestamente con droga. Sus compañeros panistas no permitieron que lo desaforaran, ni mucho menos que lo procesaran penalmente. Eso sí, fue claro y transparente.

Al que de plano se le pasó la mano, no por contundente en sus proclamas, sino por lo absurdo de las mismas, pues nadie le advirtió que busca la gubernatura estatal, y ésta no es una monarquía, ni un virreynato. Empezó a manejar en sus discursos, que lo que supuestamente gastaron de más los legisladores, lo aplicará a programas sociales. Así, empezó a hacer promesas a diestra y siniestra.

Kiko Vega –así quiere que se le llame, que ese es su nombre de campaña- no entiende o no conoce la estructura de gobierno en Baja California. Si llegara a la gubernatura –en ese caso remoto- encabezarٌa al Poder Ejecutivo, pero el Legislativo es el encargado de aprobar los preuspuestos e incluso tiene la facultad de redireccionarlos, o sea quitar a una partida y agregar a otra. Además, proponen y aprueban su propio presupuesto. Seguro Kiko no lo sabe.

Los amolados son los del Poder Judicial, pues su presupuesto lo deciden y aprueban entre el Ejecutivo y el Legislativo, y para ambos la justicia no es asunto prioritario. No genera votos, dicen, y le meten tijera. Ojalá que nunca les toque, como simples ciudadanos, enfrentar  las deficiencias de los tribunales. Más de 1,500 asuntos atiende anualmente cada juzgador. Y se niegan a autorizar los recursos que urgen para mejorar o ampliar sus instalaciones.

El tema de la justicia, sólo lo utilizan para lucimientos políticos, el Gobernador Osuna Millán y el procurador Romel Moreno Manjarrez. Presumen que Baja California es ejemplo en materia del Nuevo Sistema de Justicia Penal, cuando que este ha sido un fracaso, precisamente por culpa de ellos. No le asignan los recursos suficientes y los policías se niegan a capacitarse. Además, es tal la ignorancia de ambos, que olvidan que esto es competencia del Poder Judicial, no del Ejecutivo.  
  
Pero regresemos a lo de “los trapos sucios”. Los legisladores ya no sentían lo duro, sino lo tupido. Se pusieron a poner en orden los asuntos pendientes y se encontraron que no habían terminado de revisar las cuentas públicas de los exalcaldes panistas, Jorge Ramos, de Tijuana, Pablo Alejo López Núñez, de Ensenada, Donaldo Peñaloza Avila, de Tecate y  Rodolfo Valdez Gutiérrez, de Mexicali. Todos unas verdaderas “fichitas”.

Son tantas las irregularidades en que dichos panistas incurrieron en sus respectivas administraciones, que el daño patrimonial asciende a más de 2 mil millones de pesos, de forma tal que la Comisión de Fiscalización del gasto Público, que encabeza el diputado Juan Rodríguez, emitió dictamen de rechazo. Esto será enviado a las Sindicatura de los ayuntamientos, las que deberán cerciorarse de las irregularideades detectadas y reenviarlo a la legislatura para determinar lo conducente en cada caso.   

Claro, los dirigentes del PAN de inmediato salieron en defensa de los exalcaldes, argumentando que es parte de la campaña de descalificación de los priístas en contra de los panistas. De manera especial, dicen que dijeron que “Todo esto es parte de una campaña de desprestigio, porque Kiko Vega está creciendo ya en las encuestas, como favorito de los electores, mientras que ellos van claramente a la baja”. Si no echa esa, revientan.

La verdad de todo, es que el “cochinero panista”, es tan burdo y abundante, además de apestoso, que nadie lo puede soslayar. Además, el hallazgo les echó por tierra los argumentos de los candidatos panistas a las Alcaldías, pues aseguraban que los actuales Alcaldes priístas, son pésimos administradores.

Ni modo que nieguen que que fue Jorge Ramos quien hipotecó al Ayuntamiento de Tijuana, con su tristemente célebre PIRE. Vergüenza debería darles el “cochinero”.  

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