AVISO SOBRE COOKIES

domingo, 19 de mayo de 2013

NI LA PROSA NI LA RIMA


NI LA PROSA NI LA RIMA

por Gustavo Adolfo Póker

ESTA POR iniciar la pelea. Tanto en la esquina roja como en la esquina azul, los contendientes están atentos a la campanada que marcará el inicio de las hostilidades.
Un momento. De la esquina azul surge una denuncia contra el contrincante, a quien un ex-seguidor de los azules le limpia el rostro con una toalla amarilla. Acusan al peleador de la esquina roja de hacer mal uso de la toalla amarilla, y demandan de los jueces que, en castigo, obliguen al demandado a pelear con los ojos vendados.


Ahora sí parece que va a dar inicio la pelea.
  No tan pronto. Hay otra demanda de la esquina azul.
  Arguyen que un grupo de seguidores del rojo metió mano a la taquilla para cubrir los gastos de su peleador. Los seguidores reviran con dos argumentos: que la taquilla la custodia el jefe del peleador azul, y que no se hagan, que ellos se gastaron un dineral de la taquilla para hacerle publicidad a su peleador. Los azules demandan ahora que, aparte de pelear con los ojos vendados, también le amarren los pies al peleador rojo.
  El público empieza a impacientarse con la actitud del peleador azul, preguntándose para que se subió al ring si en lugar de buscar ganar la pelea él, prefiere hacerlo a través de las denuncias de sus apoderados.Aparte hay señalamientos de que al peleador azul le encanta el pomo y trae una condición muy pobre, porque prefiere poner su empeño en un negocio personal como comprador de chueco.
  Ahora sí, parece que ya va a dar inicio el combate.
  Otra vez. Esto ya está de hue. Los azules presentan una demanda colectiva, en las 14 plazas donde van a combatir contra los rojos, arguyendo que los vendedores de chuchulucos están regalando palomitas, garapiñados, colas de cochi y garbanzos con chile piquín entre el auditorio, para que los espectadores apoyen incondicionalmente a los rojos. Se les olvida a los azules que en el tiempo en que ellos eran dueños de la arena, tenían concesionada la venta de todos los chuchulucos, y aunque los regalaron a manos llenas en todas sus funciones, al final de la función los rojos le pegaron una felpa a los azules.Ahora piden que le amarren un brazo a la espalda al rojo, “para que la pelea esté pareja”.
  A punto de arrancar el combate, y recurriendo a todo tipo de marrullerías para asegurarse el triunfo, todavía hay un pensamiento que obsesiona al peleador azul: Y si aún así me gana?
Mientras el público, al que para evitar reclamos dejaron sin chuchulucos hasta que termine el combate, no tiene la menor duda: Va a noquear el rojo…..

La arena estaba de vote en vote
Los contrincantes dispuestos
Pero al azul le faltan “destos”
¿Qué hacer para que no se note?

SE PUSO a chambear PROFEPA con ganas, y en un recorrido de verificación que hizo en varios circos del país, procedió a decomisar 46 animalitos, debido a que los empresarios circenses no fueron capaces de exhibir la documentación que demostrara, sin lugar a dudas, que las ahora retenidas especies habían sido previamente autorizadas por la autoridad para ser exhibidas o trabajadas en algún espectáculo.
 Lo que cabe preguntar ahora es si las autoridades de PROFEPA se van a seguir de frente con este operativo, habida cuenta de que hay 14 procesos electorales programados para efectuarse este año en México, donde los espectáculos de circo están a todo lo que dan. Especialmente en Baja California, porque existe la sospecha que los dueños de la Circoalición Unidos por BC trajeron de contrabando una guacamaya española, aunque se empeñan en negarlo. Esta guacamaya es muy agresiva, aparte de que tiene la mala costumbre de embarrar con sus desperdicios a los asistentes. Aunque muchos espectadores parecen haberlo olvidado, estos mismos cirqueros sufrieron el decomiso de su animalito estrella, un chimpancé hembra de rostro deforme a la que bautizaron como la “Changordillo”, que era anunciada como su máxima atracción y con la que esperaban un buen apoyo de taquilla, pero les fue repentinamente arrebatada por las autoridades, bajo la sospecha de que utilizaba simios amaestrados para asaltar al público. Y qué decir de su manada de perredicos amaestrados, que poco aportan al espectáculo pues se la viven peleando entre ellos, aparte de que una gran sección de la parvada se fue a volar con la competencia.

Changordillos, perredicos, guacamayas
Especies de todas las mañas y colores…
No es en vano que afloran los temores:
Hay números de circo a donde vayas!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario