Por : Gilberto LAVENANT
La propuesta del Presidente Enrique Peña Nieto, de homologar el IVA a nivel nacional, de tal forma que se aplique en la zona fronteriza -incluyendo a Baja California- la tasa del 16%, como en el resto del país, ha generado incomodidades entre los políticos. Y conste, no solamente entre priístas, sino también panistas y demás ístas.
Al margen de cuestiones partidistas, o políticas, los bajacalifornianos en general rechazan o reprueban dicha propuesta. Aunque no sean expertos en cuestiones financieras o económicas, saben que la medida tendrá efectos sumamente negativos para quienes residen en la franja fronteriza.
El efecto inflacionario será severo. No solamente por lo del incremento en el IVA, sino por otras medidas que respecto a dicho impuesto afectarán al sector maquilador, así como otras actividades como la educación privada.
El IVA, es un impuesto inflacionario, por su propia naturaleza. En la cadena de comercialización de productos y prestación de servicios, todos lo reflejan en precios de productos y costos de servicios. Lo trasladan. El único que no puede hacerlo, es el consumidor final. Ese es el amolado.
Sin embargo, al final de cuentas todos resultarán perjudicados. Sus ventas y sus ingresos, ante productos y servicios más caros, serán menores. Muchos continuarán cruzando la frontera a hacer sus compras, a precios más bajos, con una carga impositiva menor que en México.
Se dice que con esta medida, el gobierno federal pretende recaudar unos 13 mil millones de pesos en el 2014. Los sectores afectados estiman que los daños que esto ocasionará a la zona fronteriza, serán mucho mayores.
Lo interesante de esto, al margen de los daños y el número de damnificados, es que la propuesta de Enrique Peña Nieto, en cuanto al IVA, ha generado serias incomodidades entre los actores políticos. Los priístas, son los primeros, pues recibieron la consigna de salir a defender lo indefendible.
Pero también están incómodos, los beneficiarios del Pacto por México. Regatearon, negociaron, presionaron y lograron sus propósitos. El PAN, por citar un ejemplo, logró la gubernatura de Baja California, así es que, aunque quisieran aprovechar el malestar que ha generado el tema del IVA entre los fronterizos, se cuidan de no fastidiar a su benefactor, el Presidente Peña Nieto.
En otras condiciones, hubieran aprovechado este tema al máximo, para fortalecer su capital político. Por ello su postura ha sido medianera. Como que sí, como que no. Aunque en el Senado de la República aprobaron un punto de acuerdo planteado por el exgobernador Ernesto Ruffo Appel, para eliminar la propuesta de incremento del IVA en la frontera y el no afectar al sector maquilador, la verdad es que ha sido más que evidente la postura “sensata y responsable” que han asumido los panistas.
Ahí tienen, tanto al actual gobernador, José Guadalupe Osuna Millán, que hace meses se proclamó principal defensor de Baja California, ante la posible homologación del IVA, hoy solamente ha hecho un tibio posicionamiento, señalando que es necesario estudiar a fondo los efectos de dicha medida. Bueno, ya se va y tiene cuentas pendientes, que le pueden cobrar antes de concluir su gestión o luego que deje el cargo.
De igual forma, el gobernador electo, Francisco Vega de la Madrid, ni se tibia con el tema. Andaba en África, de vacaciones, después de la jornada electoral y estaba en pleno reposo. Apenas si alcanzó a autorizar que sus colaboradores emitieran un boletín de prensa en el que afirma que ordenó la instalación de mesas de estudio al respecto.
Dicen que los panistas “le están midiendo el agua a los camotes”, para ver cuál sería el precio de su “lealtad” para con el Pacto por México.
Bueno, hasta los perredistas están incómodos. Su bandera es “la defensa del petróleo”, pero no han puesto mayor interés en los asuntos relativos a la reforma hacendaria de Peña Nieto. Las sospechas son muchas.
Irónicamente, los principales incómodos, son los propios priístas. Esta semana recibieron la consigna, de salir a la calle a defender lo indefendible. De defender al máximo “las bondades” de la reforma hacendaria y a minimizar los efectos negativos por medidas como la del incremento del IVA en la zona fronteriza.
Cuando el asunto de la homologación del IVA, era simplemente una sospecha, un rumor, una mera suposición, sobraban los “valientes” que “se cortaban las venas”, afirmando que defenderían a Baja California ante cualquier intento al respecto.
Hoy, simple y sencillamente, guardan silencio. Se han hecho los desaparecidos para no verse obligados a unirse a las manifestaciones de repudio contra la propuesta hacendaria de Peña Nieto. Y peor aún, muchos priístas, con o sin cargo, pretenden evitar la pena de tener que hablar “maravillas” sobre este tema. Qué incómodo.
Un tema, que ha unido a muchos bajacalifornianos, al margen de filiaciones partidistas, para hacer un frente común en contra de dicha propuesta, que la dirigente estatal del PRI, Nancy Sánchez Arredondo ha calificado de “atrevida e innovadora”.
La priísta hizo un llamado a los bajacalifornianos para que vean más los beneficios sociales y económicos de la propuesta de reforma hacendaria. Y dijo : “Si bien es cierto que un par de rubros no son precisamente populares para los bajacalifornianos, sí son necesarios para una gran mayoría”. Como si el bienestar ajeno, aliviara las penas personales.
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