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lunes, 16 de septiembre de 2013

Lavado de Dinero ''ojo con el SAT''


Arturo Rubio Ruiz
Maricela*, joven josefina, es una madre trabajadora, encargada de una pequeña tlapalería. Los fines de semana, tras el corte de caja semanal, entrega los ingresos del negocio al dueño del establecimiento, pero en varias ocasiones, estando ausente su empleador, para no dejar el dinero en la negociación, -por temor a que lo robaran-, lo depositó a su cuenta particular, para reintegrarlo a su patrón a su regreso.
De tales operaciones, en las que no tuvo un ingreso, solo flujo de efectivo, no informó a Hacienda. 134 mil pesos en un año, que para el fisco resultaron sospechosamente manejados. La auditaron y resultó un desfase de cuatro mil pesos.

Semanas atrás, un viernes, mientras se encontraba en la tlapalería amamantando a su bebé de diez meses de edad, irrumpieron violentamente cuatro sujetos fuertemente armados. “¡Policía federal!”, le gritaron, al tiempo que la esposaban y la subían a una unidad motriz. ¿Por qué? –fue su pregunta -.“Lavado de dinero. Te vas directo al Cereso” fue la escueta respuesta que recibió. ¿Y mi hijo? preguntó aterrada. -“nos vale madres”- fue la respuesta.
Salieron a toda prisa, con rumbo a La Paz. Dejaron a la criatura expuesta al abandono y a una severa deshidratación, en pleno verano sudcaliforniano. Le aplicaron el clásico “sabadazo”, y finalmente pudo obtener su libertad, mediante el depósito de cuatro mil pesos en efectivo, en el Juzgado de Distrito.
Dos aspectos a resaltar de esta narratoria:
p La actuación de los policías aprehensores, que debieron depositar a la criatura en el DIF, o la pudieron dejar al cuidado de algún familiar, en lugar de abandonarla, expuesta a muchos desenlaces desafortunados. Al respecto, ya se formuló una denuncia penal, directamente en la PGR, en las oficinas centrales de la Ciudad de México. La familia del menor abriga el temor fundado de que haber denunciado aquí habría sido estéril, por la fama que tiene el actual delegado, y por temor a las represalias. Muy valientes y aguerridos los agentes federales con una indefensa mujer, pero sacatones y corruptos con los vendedores de droga.
p Resulta contrastante el celo oficioso de nuestra Secretaría de Hacienda, que perdona miles de millones de pesos en impuestos evadidos a Televisa y a don Carlitos Slim, al tiempo que le deja caer todo el peso de la ley y de la brutalidad policiaca, a una humilde madre de familia, honesta y trabajadora. ¿Cuatro mil pesos de fianza? Más se gastaron en gasolina durante su detención y traslado, los trogloditas que la detuvieron. ¿Una orden de aprehensión por cuatro mil pesos? ¿No hubiera sido más sencillo, más conveniente un citatorio?
La interpretación de la ley, es una elevada responsabilidad, que no puede estar expuesta al capricho o desatino de burócratas insensibles, que desde la comodidad de un escritorio, la aplican a raja tabla, sin sentido humano, sin conciencia social. Enviar a una madre honesta y trabajadora a prisión, por un absurdo tecnicismo, es una despiadada brutalidad, en un Estado de la República donde día a día se incrementa el consumo de drogas de abuso, y se dispara la violencia urbana.
Para vendedores de droga y delincuentes alineados, el largo brazo de la ley es muy flexible. Para el ciudadano promedio, -el que “no está puesto”, el que “no paga cuota”, el que “no tiene la plaza”, la situación es diferente. Toda la severidad aplicable.
Por si las dudas, acudan con su contador a checar sus estados financieros y hacendarios, no vayan a ser los próximos en la lista de los aprehensores federales. Hacienda está implacable contra ellavado de dinero. Cuatro mil pesos, son cuatro mil pesos, dice el SAT.
*El nombre es falso. Los hechos se citan como los narra la denuncia. OCTAVO DIA

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