Por Gerardo Díaz Valles
Mujeres
En la postulación de candidaturas para las mujeres en el
actual proceso les fué como en feria, no como se esperaba o deseara. Hoy que
tanto se habla de la "equidad de género", de los avances de la
democracia y la igualdad de condiciones.
Nada más alejado de ello, persiste una
gran simulación o hipocresía por parte de los varones dispuestos a retorcer cada
resquicio legal a fin de relegar en segundo plano a las damas. Con pocas
excepciones en el Distrito XI con Rosalba López Regalado o la alcaldía de
Tecate con Patricia Ramírez por la Alianza Unidos por Por BC, o el extraño caso
de Laura Torres, hija del cacique del pueblo Hugo Torres, pero que sin
militancia o trayectoria política, prácticamente se agenció de la candidatura
por el nuevo Distrito XVII con el berrinche de varias líderesas, entre ellas la
ex regidora Rosa María Placencia, quien airadamente reclamaba a sus misóginos
compañeros que solo le explicarán "porqué a ella no y a la otra sí".
Como premio de consolación, le ofrecen en serio, nuevamente un espacio como
regidora en la planilla del Señor de Los Tirantes. Más otro caso de estudio, es
la nominación de la ex panista, Cecilia Castro para Diputada por el Partido
Ciudadanos en Movimiento, pero más le duró el gusto que su adversario, el
arribista y no menos misógino Felipe Mayoral, candidato a diputado, de
exhibirla ante el IEPCBC, de no haber renunciado en tiempo, de su cargo en la
delegación del Sistema Educativo Estatal, configurando una seria anomalía. Algo
lamentable, pues su candidatura de alguna forma venía refrescando lo árido
escenario de esta campaña. Cecilia Castro, quien hasta hace poco defendía a
capa y espada Óscar Vega Marín, cuando el hoy coordinador de campaña de
Francisco Vega, buscaba la nominación de los Panistas para el mismo cargo. Mal
y de malas, todos perdemos.
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