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sábado, 23 de abril de 2016

Palco de Prensa: Los agresores.



Por : Gilberto LAVENANT

Los incidentes violentos que se registraron el miércoles, afuera del World Trade Center, donde habría de llevarse a cabo el supuesto debate de los candidatos a alcalde de Tijuana, organizado por Canacintra, son un  “foco rojo” en el presente proceso electoral.

 

Se decía que el proceso “no prende”, pero la actitud asumida por los supuestos seguidores del candidato panista a alcalde, Juan Manuel Gastélum Millán, es extremosa y delicada.

 

Más grave aún, la actitud asumida por el dirigente local del PAN en Tijuana, Raúl  Felipe Luevano Ruiz, tratando de aludir responsabilidades y pretendiendo señalar como responsable al candidato priísta René Adrián Mendívil. Dizque porque llegó echándoles encima el vehículo en el que viajaba.

 

En las redes sociales, circulan infinidad de videos, donde se observa a individuos portando banderolas con las siglas del PAN, agrediendo a quienes portaban camisetas de distintos colores al azul, característico del Partido Acción Nacional.

 

En Algunos de ellos, destaca la figura del dizque dirigente de los taxis amarillos, Oscar Morales, cobijado desde hace tiempo en las siglas del blanquiazul.   

 

Son muchos los señalamientos que se han hecho en contra de ese individuo, surgido en el priísmo, hoy protegido por el panísmo, asumiendo actitudes de barbajanes y golpeadores.

 

Claramente  se observa, en los videos, cómo en forma agresiva bloquearon el vehículo en el que se transportaba Mendívil, con la evidente intención de fastidiarlo. Afortunadamente, los seguidores del candidato aliancista, no respondieron. De haberlo hecho, en estos momentos se estarían lamentando las consecuencias.

Cuando se carece de argumentos sólidos y contundentes, o no se tiene la capacidad para debatir, se recurre a la agresión. Ese es el caso de los seguidores del candidato panista. Podría decirse que, con esos amigos, para que quiere enemigos.

 

El  problema es que, lo que ya no debería ser así, aún suelen llevar a esos eventos políticos a menores de edad, acompañados de sus madres. Tan reprobable como llevar hordas de salvajes.

 

Las autoridades electorales, así como las civiles, deben tomar las precauciones pertinentes, para que este tipo de cosas no vuelvan a ocurrir. Si no las frenan, oportunamente, pueden registrarse consecuencias lamentables.

 

Hechos, como los de este miércoles, representan un retroceso. Los procesos electorales son una lucha civilizada por el poder. Recurrir a la violencia, es ir al pasado.

 

Por el momento, no pasó a mayores. Pero no hay que esperar a que se ahogue el niño, para tratar de taparlo. Para bien de todos, los partidos políticos deben revisar la legislación electoral y establecer sanciones a quienes propicien actos de violencia. Sea quien sea.

 

Las autoridades civiles, a los 3 niveles, federal, estatal y municipal, deben vigilar e intervenir, para evitar que los actos políticos sean aprovechados por los pillos, para hacer de las suyas, bajo el supuesto de estar manifestando su apoyo a favor d determinado partido político.

 

En los videos, también se observa a algunos uniformados, tratando de mantener el orden, pero en número insuficiente.

 

Baja California, y en especial Tijuana,  es una zona donde impera la violencia. Resulta absurdo que la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, no esté al pendiente de los actos político electorales.

 

No todo, es competencia y responsabilidad de los gobiernos municipales. El principal responsable de este proceso electoral lo es el Gobernador del Estado, Francisco Vega de la Madrid.  Es a él a quien le corresponde garantizar la seguridad y el bienestar de todos los que participen en esta contienda, tanto candidatos, como electores.

Eso de lanzar la piedra y esconder la mano, o de descargar en terceros las responsabilidades, es una práctica nociva y anacrónica.

 

Se está haciendo común. Tratando de eludir responsabilidades, que los verdaderos responsables, adopten el papel de “inocentes” y argumenten que hubo infiltrados. En este caso, la mayoría de los agresores, portaban banderolas del PAN. Ni modo que ahora, salgan con que eran individuos ajenos al Partido Acción Nacional.

 

El primero que debe preocuparse, por frenar esto, es el candidato blanquiazul, Gastélum Buenrostro, pues en nada le favorece el “respaldo” de malandros. Con esos “amigos”, para que quiere enemigos.