Por : Gilberto LAVENANT
Hace un
mes, el 15 de enero, para ser más exactos, diputados del PRI y del Verde
Ecologista, presentaron ante la legislatura estatal, un proyecto de reforma
política, presuntamente de avanzada. Uno de las principales causas de la enorme
y compleja problemática social y económica de México, es precisamente la
política, y los políticos, obviamente, pero la política no soluciona problemas,
los complica.
De manera
especial, desde la capital del país, el diputado René Mendívil, coordinador de
la fracción parlamentaria del PRI en el Congreso del Estado, y la exdiputada
Nancy Sánchez Arredondo, encargada de la dirigencia estatal priísta en la entidad,
dieron a conocer este proyecto, cuyos objetivos primordiales, según ellos, es empoderar
a los ciudadanos y propiciar mejores gobiernos. El gancho, parece atractivo.
Parece. Meros espejismos.
Evidentemente,
muestran la preocupación ante las difíciles circunstancias en que se habrán de
desarrollar los futuros comicios, con un creciente nivel de abstencionismo, al
grado de que corren el riesgo de que sean declarados desiertos. Si grave ha
sido que, hasta ahora, los políticos que triunfan en una elección, ha sido por
el voto de las minorías, puede ser que en el 2015, hasta las minorías se
abstengan de votar.
Ambos
priístas, hicieron alarde de la propuesta, señalando que se pretende reformar
el régimen político e incentivar la participación ciudadana. Todo lo contrario
a lo que hasta estos momentos ha venido ocurriendo. El voto popular lo
requieren los políticos, para ascender al poder. Después de los comicios, ni
regresan con sus supuestos representados, ni los toman en cuenta para nada.
Para ellos, el lema de que “los ciudadanos mandan”, también es mero discurso
electorero.
“Lo más
importante –dice Nancy Sánchez- es acercar al ciudadano a las urnas, obligando
a los partidos a ser más competitivos, a transparentar sus actividades y a hacer
buenos gobiernos”. Iluso aquel que crea que esto sea cierto, pues los
ciudadanos no quieren acercarse a las urnas, los partidos son competitivos, pero
en triquiñuelas, sus transacciones las hacen en lo oscurito, aunque hay
políticos tan desvergonzados, que las hacen hasta a plena luz del día. Lo peor,
los gobiernos, de todos los niveles, cada día son más ineficientes y corruptos.
Aunque es
difícil creer en palabra de político, veamos, tan “atractiva” propuesta de
reforma política.
1.- La
revocación del mandato mediante el sufragio universal.
2.- El
empate de las elecciones para gobernador, Congreso, ayuntamientos y diputados
federales en 2021.
3.- La
reducción del periodo de transición entre una administración y otra a dos
meses.
4.- Eliminar los diputados de lista.
4.- Eliminar los diputados de lista.
5.- Realizar
una redistritación electoral.
6.- Crear
un Tribunal Constitucional y dotar de autonomía al Ministerio Público, que
sería dirigido por un Fiscal General electo.
7.- La
equidad de género en candidaturas a diputaciones y regidurías.
8.- Que
el Congreso del estado ratifique a los secretarios General de Gobierno, de
Planeación y Finanzas.
9.- Que
se aprueben las candidaturas independientes.
10.- La
elección directa de regidores por demarcación territorial, entre otros
aspectos.
Pueden
proponer 20, 30 o 40 reformas más, iguales o mucho más “atractivas”. Pasarán
años discutiéndolas, celebrando foros de discusión y a la hora de someterla a
votación, todos o la mayoría de los legisladores, votarán en contra.
Pero
esperen, el meterse a la discusión de estos temas, no es lo importante en estos
momentos. Los políticos pierden su tiempo en discusiones estériles, que
redundan en torno a la política, y hacen a un lado los temas realmente
prioritarios, en las condiciones críticas como las que prevalecen actualmente.
A la
mejor el tema de la autonomía del Ministerio Público, es importante, en tanto
que hasta el momento, se ha manejado con lineamientos políticos y mercantiles,
propiciando la impunidad en todos los niveles. Los primeros en violar las
leyes, en perjuicio de ciudadanos ajenos a la política, son los políticos. Si
se actuara con estricto apego a derecho, las prisiones estarían repletos de
políticos.
Los demás
temas, son simple pérdida de tiempo. Que se olviden de dicha reforma política y
se pongan a legislar sobre temas realmente prioritarios, que permitan alentar
la creación de fuentes de trabajo, garantizar sueldos dignos a los
trabajadores, controlar a los empresarios de la construcción y desarrolladores
urbanos, para que construyan viviendas dignas y a precios moderados, sin
contratos leoninos, entre otras muchas cosas.
Leyes que
realmente amarren las manos a los políticos corruptos, para que no se retaquen
los bolsillos con dinero público y se encierre en prisión a quienes, a la
sombra del gobierno, hacen negocios sucios, en beneficio de ellos, de su
familia y sus amigotes.
Que, si
realmente quieren hacer algo en beneficio de los ciudadanos, que se dediquen a
legislar sobre temas prioritarios y dejen de costarle tanto al pueblo. La
política, no es tema prioritario. La política no resuelve problemas, los
complica.
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