NI
LA PROSA NI LA RIMA
por
Gustavo Adolfo Póker
ESTA DE vuelta en México el ex
Gobernador Andrés Granier. No es para hacerle un monumento, porque la lana que
lo acusan de haberse clavado no era suya y los tabasqueños ya abrieron sus
ojos. Y lo de menos es que hubiera prometido construir un tren ligero, o un
barco ligero, porque allá es zona de ríos, y que les haya pintado un violín; o
que hubiera construido relojes gigantescos inservibles, y que se haya embolsado
la lana de ambos proyectos.
La bronca es que allá en Tabasco acusan a don
Andrés, de haber desviado de más de 2 mil millones de pesos, algo así como lo
que dice el Congreso que malversaron en 2010, juntos pero no revueltos, Jorge
Ramos, Rodolfo Valdez y Donaldo Peñaloza.
Para sorpresa de muchos, don Andrés, que se había pelado a Miami, ya
está en México, y dice que de aquí no se va hasta que le declaren su inocencia
o su sentencia. Se queja de que le están haciendo trizas su reputación, y
aunque no vaya a ufanarse de ella por muchos años más, tampoco se trate de que se
la dañen de tan fea forma.
Francisco Arturo Vega, cariñosamente conocido como “el sábilas”, porque,
al igual que la planta maravillosa, cada día le descubren nuevas propiedades,
aunque éstas no son medicinales sino inmobiliarias, también se envalentonó y
dijo que, tratándose de debates, se le hacía chico el mar para aventarse cinco
buches. Que si le querían programar cinco, nomás le avisaran dónde y a qué
horas, pues él, a la hora de debatir, lo mismo les laza un toro que les amansa
un cuaco.
Pero con “El Debate” que no contaba Francisco Arturo, es con la
publicación así llamada (la publicación se llama “El Debate”, no Francisco
Arturo, no se contagien) donde han estado dando santos y señas del otro
Francisco Arturo: el que desincorporó predios del Ayuntamiento 20 días antes de
dejar la alcaldía, que luego los vendió a un particular, y una vez retirado de
la presidencia municipal, se los compró a ese particular al mismo precio,
embolsándose en esa operación fraudulenta, triangulada y premeditada, más de
diez meloncitos, según reportó en su tiempo el semanario Zeta, según reporto el
periódico “El Debate” recientemente, y según acaba de denunciar, más
recientemente, la diputada Nancy Sánchez.
Don Andrés, dirían en Sinaloa, es
más feo que una pisada de cochi. Y si hablamos de su reputación, está del asco.
Pero aún sabiendo lo que puede pasarle, dio la cara. Francisco Arturo pudiera
pasar por galán si aprendiera a hablar, y su reputación de funcionario honrado
se pone más en duda cada día que pasa. Y de dar la cara, que podemos decir si
acaba de anunciar que no va al debate de hoy?
Esto
huele a broma
Kiko
no va al debate
De
mieditis, me late
Se
percibeun aroma
.NO ENTIENDO qué atractivo se pueda
encontrar en obsequiar pólizas de seguro de vida, como gancho para jalar votos.
Suponiendo que el potencial simpatizante electoral no se muera, la única
satisfacción que le puede quedar es haberse sabido protegido durante un mes. Y
si por azares del caprichoso destino, llega a pegar el calacazo antes del 7 de
julio, el beneficio, que ni es tanto, se esfumará en los gastos funerarios y en
la tamaliza obligatoria en estas circunstancias, para despedir al difunto como
Dios manda. Parodiando la frase aquella de que el pobre nunca tiene para comer
carne, y cuando tiene es semana santa, pudiéramos decir que los pobres no
tienen para comprarse un seguro de vida, y cuando tienen, no se mueren.
Será muy novedoso el concepto. Será la muestra
fehaciente de que, tratándose de mercadotecnia electoral, finalmente sí hubo
algo nuevo bajo el sol. Serán las mangas del chaleco o las teclas de la
gallina. A reserva de una explicación lógica, que obviamente no va a llegar,
estamos en presencia de una mamilada monumental y una celestial halada, que
quien sea dueño de más de dos dedos de frente, definitivamente se resiste a
comprar.
Este operativo, a reserva de que pudiera yo estar equivocado, me
recuerda al recurso de los narcos de
comprar los boletos premiados de la lotería: pagan mucho más por el boleto, de
lo que obtendrían por concepto de premio, pero la argucia les permite volver
legal el dinero obtenido con su ilegal actividad. Volviendo al tema que nos
ocupa, al reportar el egreso como “primas de seguro”, el concepto se vuelve un
gasto deducible y permitido, aunque en realidad –a reserva de equivocarme,
insisto- lo que se hace es volver legal un dinero al que se tiene destinado
darle un uso ilegal, distribuyéndolo en efectivo o en despensas, a miles de
necesitados que, con tal de poder comer una semana, no la piensan dos veces para
vender su voto.
Pues
se quejaron mucho azules y amarillos, por el uso que hicieron los rojos de las
famosas tarjetas y los monederos electrónicos, en la elección de 2012. Pero
queda claro -a reserva de que me haya equivocado en mi apreciación-, que
aprendieron muy bien la mecánica…
Si
me muero no voto
Tampoco
agarro feria
Parecía
una cosa seria
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