Por : Gilberto LAVENANT
La
Secretaría de Gobernación, luego de la Presidencia de la República, es la más
importante, dentro del esquema del gobierno federal en México. Durante muchos
años, fue considerada como la antesala de la Presidencia de la República. Varios,
de quienes fueron titulares de dicha institución, luego habrían de ser el
Primer Mandatario del país.
El
Secretario de Gobernación, es algo así como Vice Presidente de México, y hasta
hace poco, su titular, era, de hecho, el más viable candidato a la Presidencia
de la República.
El
mismísimo “Tata” Lázaro Cárdenas del Río, fue Secretario de Gobernación, en
1931, durante la gestión de Pascual Ortiz Rubio. 1930-1932.
Después,
habría otros personajes presidenciables, aunque algunos de ellos se quedaron
con las ganas. Miguel Alemán Valdés, 1940-1945; Adolfo Ruiz Cortínez, 1948-1951;
Gustavo Díaz Ordaz, 1958-1963; Luis Echeverría Alvarez, 1963-1969; Mario Moya
Palencia, 1970-1976; Jesús Reyes Heróles, 1976-1979; Enrique Olivares Santana,
1979-1982; Manuel Bartlett Díaz, 1982-1988; Fernando Gutiérrez Barrios,
1988-1983; Patrocinio González Garrido, 1993-1994.
Eran los
tiempos de la “línea dura”. Estaban al tanto de todo lo que pasaba en el país. Ejercían
un férreo control sobre lo que ocurría en el interior de la República Mexicana.
Después
de Jorge Carpizo McGregor, en el año de 1994, que era un hombre educado, en la
administración de Carlos Salinas de Gortari, la personalidad de los titulares de
la Secretaría de Gobernación, se vino a menos. Casi cualquiera ocupaba esa
silla y no tenían ni las mínimas posibilidades de llegar a ser presidenciables.
Individuos
como Esteban Moctezuma Barragán, Emilio Chuayffet Chemor, Francisco Labastida
Ochoa, Diódoro Carrasco Altamirano, Santiago Creel Miranda, Carlos Abascal
Carranza, Francisco Javier Ramírez Acuña, Juan Camilo Mouriño Terrazo, Fernando
Gómez Mont-Urueta, Francisco Blake Mora y Alejandro Poiré Romero, demeritaron
el peso político de la Secretaría de Gobernación.
En la
administración de Enrique Peña Nieto, llega a la Secretaría de Gobernación
Miguel Angel Osorio Chong, ex gobernador del Estado de Hidalgo. Todo indica que
vuelve la “línea dura”, que mantuvo hasta 1994.
Junto con
el hidalguense, llega un equipo de colaboradores, ampliamente identificados con
el Presidente Peña Nieto. A la cabeza, Luis Enrique Miranda Nava, casi hermano
del Presidente de la República, en la Subsecretaría de Gobierno; Felipe Solís
Acero, en la Subsecretaría de Enlace Legislativo y Acuerdos Políticos; Paloma
Guillén Vicente, hermana del Subcomandante Marcos, en la Subsecretaría de
Población, Migración y Asuntos Religiosos; Lía Limón García, Subsecretaria de
Derechos Humanos; Roberto Campa Cifrián, Subsecretario de Prevención y
Participación Ciudadana; Eduardo Sánchez Hernández, Subsecretario de
Normatividad de Medios y Alejandro Rubido García, titular de la Comisión
Nacional de Seguridad.
Todos
ellos, tienen bajo su responsabilidad, mantener la paz interior del país, a fin
de que sea posible el desarrollo socioeconómico de la República Mexicana y que
no se altere la vida de los mexicanos durante el proceso electoral presidencial
del 2018.
Para
ello, tienen las facultades que la Constitución otorga a la Secretaría de
Gobernación, entre ellas, conducir las relaciones del Poder Ejecutivo con los
demás Poderes de la Unión, con los órganos constitucionales autónomos, con los
gobiernos de las entidades federativas y de los municipios y con las demás
autoridades federales y locales, así como rendir las informaciones oficiales
del Ejecutivo Federal.
Así mismo, conducir,
en el ámbito de su competencia, las relaciones políticas del Poder Ejecutivo
con los partidos y agrupaciones políticos nacionales, con las organizaciones
sociales, con las asociaciones religiosas y demás instituciones sociales.
Vigilar, a
través de la Dirección
General de Radio, Televisión y Cinematografía, que las publicaciones
impresas y las transmisiones de radio y televisión, así como las películas
cinematográficas, se mantengan dentro de los límites del respeto a la vida
privada, a la paz y moral pública y a la dignidad personal, y no ataquen los
derechos de terceros, ni provoquen la comisión de algún delito o perturben el
orden público.
En especial,
establecer y operar un sistema de investigación e información, básicamente a
través del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, Cisen, Policía Federal
e Instituto Nacional de Migración, que contribuya a preservar la integridad,
estabilidad y permanencia del Estado Mexicano. Lo que es considerado algo así
como la “CIA Mexicana”.
El Delegado
de la Secretaría de Gobernación, en Baja California, el sonorense José Luis
Hernández Ibarra, quien fuese secretario particular de Luis Donaldo Colosio
Murrieta, en su campaña para diputado federal en 1985, y ocupa dicho cargo desde
agosto del 2013, ha estado recorriendo la entidad, dialogando con los delegados
federales, así como con organizaciones civiles, políticas y empresariales, para
dar a conocer que ha regresado la “línea dura” a dicha institución.
Para
empezar, ha dicho, claramente, a los delegados federales de las diversas
instituciones, que se pongan a trabajar y que aquellos que tengan aspiraciones
políticas, lo digan ahora y se retiren del cargo, pues no se tolerará que hagan
proselitismo, aprovechando la función pública.
También les
ha dicho, que si algún reclamo desean hacer al gobierno federal, y en especial
al propio Presidente Enrique Peña Nieto, lo hagan por su conducto, para que le
den la atención correspondiente, pero que no se vale, hablar por hablar, si no
se atreven a hacer un planteamiento formal y concreto. Sin aspavientos, ni
bravatas, prácticamente les ha dicho que “un mundo nos vigila” a los mexicanos.
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