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sábado, 21 de febrero de 2015

Palco de Prensa El bicicletazo.

                                          Por : Gilberto LAVENANT
Cualquiera puede pensar o afirmar, que manejar una bicicleta, es sumamente sencillo. Pero del dicho al hecho, hay mucho trecho.
De igual forma, cualquiera puede pensar o afirmar, que diseñar y construir, una Ciclovía, es sumamente sencillo. Que hasta un estudiante de primer semestre de la carrera de Arquitectura, puede hacerlo.
Bueno, después de las múltiples controversias que ha generado la Ciclovía de Tijuana, se debe reconocer que las anteriores aseveraciones, no son tan simplistas, ni acertadas, como parecen.

Cualquiera monta una bicicleta, pero nadie puede garantizar que no caiga. Que no se de un bicicletazo. Pero no cualquiera diseña y construye una Ciclovía, y lo corren de la chamba, por no hacerla bien.
La Ciclovía de Tijuana, aún en etapa de construcción, además de las múltiples controversias generadas, ocasionó su primer “víctima”. Debido a este tema, el Arq. Daniel Rubio Díaz de la Vega, fue despedido del cargo de Director del Instituto Metropolitano de Planeación, Implan, por no hacer bien las cosas, con el mentado proyecto.
Como quien dice, el exfuncionario se dió un “bicicletazo”. Parece un absurdo, o una mera especulación. Pero lo del cese, es cierto.
La información al respecto, fue confirmada la mañana del viernes de esta semana, por el propio Alcalde Jorge Astiazarán Orcí. Dijo que se le pidió la renuncia, pues hubo fallas de supervisión y de planeación.
De la información que ha circulado al respecto, se puede deducir, que el extitular del Implan, no le puso atención al asunto. Como que la Ciclovía le pareció poca cosa. Tal parece no se percató, que el proyecto plasmado en papel, en la realidad, era totalmente distinto.
Al grado de que, tarde, bastante tarde, se dieron cuenta que los cuadros de cemento, no solo están horribles, sino que representan un obstáculo, tanto para automovilistas, como para ciclistas, que en algunos tramos fue necesario retirarlos.
Si el “arqui”, hubiese estado presente en el desarrollo de la obra, de inmediato habría reconocido que era necesario hacer modificaciones.
La versión exacta o total del cese del funcionario, seguramente nunca se conocerá, pero al interior del Palacio Municipal, muchos señalan al titular del Implan, como el responsable. Bueno, también hubo quienes observaron aquello de que : “el hilo se revienta, por lo más delgado”.  
Quien fuera a imaginarlo. Rubio Díaz tomó posesión como director del Implan, el 16 de abril del 2012, durante la administración de Carlos Bustamante Anchondo, para sustituir a Manuel Guevara Morales, actual Secretario de Desarrollo Urbano del gobierno de Kiko Vega.
En la administración de Astiazarán Orcí, continuó en el mismo cargo. Hoy puede decirse, que el proyecto de la Ciclovía, se elaboró bajo la dirección de Guevara Morales, en 2011. Cuatro años después, le costó la chamba a su sucesor.
Pero, parece una exageración. Que haya fallado en algo tan simplista, que hasta un estudiante de Arquitectura, podría hacerlo mejor.
Rubio Díaz de la Vega es arquitecto, egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de la Ciudad de México. En su toma de posesión, se dijo que tenía una experiencia de más de 30 años en el campo de la arquitectura, el diseño y planeación urbana. Una Ciclovía, es poquísima cosa, para él.

En su curriculum, se destaca que desempeñó el cargo de director del Departamento de Arte y Diseño de la Universidad Iberoamericana, campus Noroeste, de 1996 a 1999. Así mismo,  fue subdirector de Proyectos y subdirector de Planificación Urbana y Medio Ambiente, en el Instituto Municipal de Planeación, al frente del cual estuvo hasta esta semana.
En el sector privado, fue director de UR-B Consultores SC y de Metropoly Consultores, empresas dedicadas a los servicios profesionales en el campo de la planeación urbana.
Seguramente, nunca se imaginó que un “bicicletazo”, truncaría su carrera en la administración pública. El proyecto de una Ciclovía, que ni siquiera alcanzó a estrenar. Quizás ahora, como exfuncionario, tenga oportunidad de recorrer esa vía y personalmente percatarse de las fallas.
Por cierto, son muchos los tijuanenses los que insisten en observar que la Ciclovía, debe retirarse de las vialidades donde se está construyendo.
También insisten en que podría quedar perfecta sobre los bordos laterales del canal del Río Tijuana. Bastaría colocar una capa de asfalto y asignar elementos de policía para garantizar la seguridad de los ciciclistas. El costo sería mínimo y no se afectaría la circulación vehicular.
Por cuanto a considerar el uso de la bicicleta, como una alternativa de transporte, en Tijuana resulta aberrante. Quien afirme lo contrario, que predique con el ejemplo. A montar la bici y a “torear” automovilistas. Que Dios los bendiga.

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