Por : Gilberto LAVENANT
Los priístas, no se explican del
todo, cuál es la razón por la que el CEN del PRI, está preparando la imposición
de la exdiputada Nancy Sánchez Arredondo, como Presidente del Comité Directivo
Estatal del Partido Revolucionario Institucional.
En especial, porque no obstante
los reclamos de equidad, equilibrio o piso parejo, para todos los aspirantes a
dicho cargo, ponen oídos sordos, pese a la advertencia de que Nancy está
sumamente desgastada y, además, que representa al castrotrentismo.
Incluso, no entienden, en qué se
basan, para respaldar a la exlegisladora, si en el 2013, en su carácter de
operadora política, rindió malas cuentas, pues los priístas perdieron la
gubernatura, dos de las cinco alcaldías y la mayoría en el Congreso del Estado.
Bueno, aplicando aquello de “piensa
mal y acertarás”, luego de imaginar todo tipo de situaciones, concluyen, que el
personaje que está detrás de todo esto, es el exgobernador sonorense, Manlio Fabio
Beltrones Rivera, a quien muchos identifican como “El padrino”.
Manlio, es precisamente el tutor
de Fernando Castro Trenti. Se dice que luego de la derrota electoral del 2013,
fue este quien rescató al excandidato priísta a la gubernatura estatal, logrando
que el Presidente Enrique Peña Nieto, lo enviara de Embajador a Argentina.
Con dicha designación, “se
mataron varios pájaros de un tiro”. Se retira a Fernando de la entidad, a fin
de que tenga tiempo para restañar sus heridas. Sin su presencia, ante el
supuesto fin del castrotrentismo, resulta más fácil aparentar la reconstrucción
del priísmo bajacaliforniano y, además, se establecen, en la entidad, las bases para el proyecto personal de
Beltrones, para contender por la candidatura priísta a la Presidencia de la
República en el 2018.
Luego de su retiro, en la
competencia por la primera magistratura, cuando dijo aquello de : “mañana
empiezo otra vez”, muchos supusieron que estaban viendo la muerte política del
sonorense. Se había atrevido a rivalizar con el exgobernador del Estado de
México, Enrique Peña Nieto, y en política, tal osadía, se castiga severamente.
Se observaba, que Manlio no
solamente era rival de Peña Nieto, sino que ambos eran de grupos políticos
distintos. Empero, en la Cámara de Diputados, como coordinador de la bancada
priísta, se convirtió en el principal operador político para sacar la aprobación
de las reformas estructurales, planteadas por el Primer Mandatario.
En el 2015, Manlio deja la
legislatura federal. Esto le permitirá dedicar tiempo completo a su proyecto
personal hacia la Presidencia de la República. No parece tener rival fuerte,
entre los integrantes del gabinete peñanietista. Todo indica que, en premio, a
los “servicios prestados”, se le está dando plena libertad para ello. Salvo que
antes de llegar a la meta, le “jalen el tapete” y le derrumben sus
aspiraciones. Como el asunto de los “moches”, supuestamente exigidos por sus
allegados, para conseguir recursos especiales a los alcaldes del país.
La cuestión es que, los
observadores políticos consideran que Baja California, es “territorio Beltrones”
y por lo tanto, no puede darse el lujo de que llegue a la dirigencia estatal
priísta, un hankista o algún rival ajeno al castrotrentismo. Estropearía sus
planes.
Así es que, no es autoría de
Castro Trenti, la maquinación para imponer a Nancy Sánchez, en la dirigencia
estatal priísta, sino de Beltrones. Además, esa sería la primera parte de la
estrategia. En los comicios del 2015, se le otorgaría una diputación federal “de
lista”, dejaría la dirigencia y el CEN del PRI designaría libremente al
sustituto, que recomendara Manlio.
No resulta raro, que en la
reunión del Consejo Político Estatal del PRI, en Mexicali, destacó la presencia
de Roberto Alcides, hermano de Manlio Fabio, actualmente delegado del IMSS en
Baja California.
Como tampoco debe resultar raro,
que en dicho evento, se eligió al exalcalde mexicalense Francisco Pérez Tejada,
como Secretario Técnico del Consejo Político, cuando, en la agencia del
ministerio público, funcionarios del XXI Ayuntamiento de Mexicali, encabezado
por el panista Jaime Díaz Ochoa, lo acusaban por presuntas negociaciones
ilícitas y tráfico de influencias.
Esto, en una obvia intención de
blindar a “panchito”, antes de que le finquen responsabilidades, por su pésima
gestión municipal. Con la posición que le otorgan, dentro del PRI, la embestida
panista sería contra el priísmo y por lo tanto, los “azules” le pensarían dos
veces, antes de tomar una decisión al respecto.
Contra el resto de los exalcaldes
priístas, la estrategia será distinta. En los casos de las alcaldías ocupadas
por priístas, como lo son Jorge Astiazarán Orcí, de Tijuana, Gilberto Hirata
Chico, de Ensenada y César Moreno, de Tecate, ya les dieron instrucciones, para
que “perdonen” a sus antecesores y envíen al “archivo muerto”, cualesquier
acusación en contra de ellos. Y no es si quieren, es a fuerzas.
En el caso de “Tito” Robles,
aunque su sucesor es panista, Silvano Abarca Macklis, trae tal desorden, que no
será nada difícil bloquearlo y estropearle sus intenciones “justicieras”.
Este tema dá para mucho. De
entrada, basta observar que el castrotrentismo está en manos de Beltrones y por
lo tanto, ni los hankistas o cualesquier otro priísta, podrán frenar el “proceso
democratizador” del priísmo estatal.
Si Manlio Fabio logra la
candidatura priísta presidencial, en el 2018, den por seguro que Fernando Castro
Trenti, de nueva cuenta será candidato a gobernador y el diputado federal,
Chris López, ahijado de Beltrones, candidato a Alcalde de Tijuana. En política,
el futurismo es una constante. Y luego se quejan del abstencionismo.
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