Por : Gilberto LAVENANT
El
ejercicio periodístico, es una tarea ardua, nada sencilla y además peligrosa. Muchos
periodistas, han perdido la vida. No obstante, muchos otros siguen haciendo su
labor, enfrentando múltiples riesgos.
El
periodismo, y por ende los periodistas, cumplen una función social, netamente.
Constituyen el llamado Cuarto Poder, que, básicamente, indaga y señala, los
excesos, abusos y latrocinios de los poderes formales y constitucionales,
Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Ninguno de los tres, se escapa del mal
llamado corrupción.
Lamentablemente,
casi nadie reconoce la enorme importancia y trascendencia del periodismo. Los
ciudadanos en general, prácticamente no muestran interés por leer el contenido
de los medios impresos y apenas si dedican poco tiempo para escuchar programas
radiofónicos o ver noticieros televisivos.
A pocos
les interesa, conocer la forma de elaboración de la producción noticiosa de los
medios, tanto impresos, como electrónicos y ahora también los digitales. Han de
suponer, que cualquiera, los puede hacer.
Si
supieran, que en ocasiones, hacer periodismo, es tanto más difícil, que quebrar
una piedra con un marro, para escudriñar y sacar a ventilar los actos de
corrupción.
Los
periodistas, se sienten realizados, cada vez que logran un importante
descubrimiento. Pero la satisfacción es estrictamente personal y en privado,
porque muchos, ni siquiera se percatan de ello. La sociedad en general, ya ve
la corrupción como algo natural. Además, no obstante que el trabajo periodístico,
muestre “pelos y señales”, no producen asombro, ni motivación, porque en México,
la impunidad es tal, que no pasa nada.
Cada día,
los políticos son más cínicos y desvergonzados. Como si estuviesen blindados,
al tal grado, que las críticas y señalamientos, les hacen, lo que el viento a
Juárez.
No
cualquiera puede ser periodista. Muchos dicen serlo, sin entender la
trascendencia de esto. Para serlo, se requiere valor, o sea hay que ser
valientes. Los cobardes, no son aptos para ejercerlo.
Se
requieren muchas cualidades y condiciones. Ser sensibles. Un alto sentido de
percepción. Capacidad de análisis. Solidaridad. Anteponer el interés social al
personal. Estar dispuestos a afrontar sacrificios y riesgos. Ser ajenos a la
codicia y al interés político.
Tener una
ética sólida, para no ceder a las presiones, ni caer en las tentaciones. Mucha
intuición y sentido de la equidad y sobre todo de la justicia.
Todo
periodista, que reúna las condiciones de un verdadero periodista, merece el
respeto de los demás. En especial, el reconocimiento social. Que al menos, no
pretendan distorsionar su labor, con descalificaciones malévolas o
señalamientos sin sentido.
Por todo
ello, cuando se reconoce la labor de determinado periodista, debe ser motivo de
congratulación, para quienes ejercen tan noble y trascendente labor.
El lunes
3 de noviembre, el Grupo 21 de Tijuana, A.C., hizo un extraordinario reconocimiento
a la periodista Adela Navarro Bello, co-directora del Semanario Zeta, designándola “Personaje de Tijuana 2014”.
Este, es
uno más de los múltiples reconocimientos que ha recibido, esta joven y valiente
periodista, tanto a nivel nacional, como internacional. Es nativa de Tijuana, con
46 años de edad y con una larga carrera en el periodismo. Apenas en agosto
pasado, se dió a conocer que fue incluida por la Revista Forbes, en la lista de
las 50 mujeres más poderosas de 2014.
Es Licenciada
en Ciencias de la Comunicación, egresada de la UABC y a la edad de 22 años ingresó a laborar al semanario
Zeta, bajo la dirección de Jesús Blancornelas, ya fallecido. Ha sido reportera,
columnista, miembro del Consejo Editorial del semanario y actualmente
co-directora general, junto con César René Blanco Villalón.
En el
evento, Adela hizo una especie de reconocimiento a su maestro, Jesús
Blancornelas, recordando que el Grupo 21 lo reconoció como Personaje del Año
2003.
Incluso,
recordó e hizo una cita textual, de parte de lo manifestado por el Director
original de Zeta, en los términos siguientes : “En el periodismo y en la
política, o desde el periodismo hacia la política, se hacen amigos para toda la
vida o enemigos de sexenios. Yo los tengo, como se dice en mi tierra, de adeveras. Salvo contados casos, me ha
dado y me sigue dando tristeza de cómo reaccionan los políticos. Amigos, antes
del poder. Enemigos, en el poder. Amigos, otra vez al dejar el poder.
Desgraciadamente, el poder transforma a los hombres. A unos los sublimiza, los
engrandece y a otros, los empequeñece hasta el ridículo”.
Luego de
narrar las vicisitudes que enfrentan cotidianamente en el ejercicio del
periodismo, Adela dijo, entre otras cosas : “No hacemos periodismo, para amigos
o influyentes. Hacemos periodismo para la gente. Estamos convencidos que la
información debe fluir y es el más importante elemento que tiene la sociedad
para tomar decisiones económicas, políticas, sociales, de desarrollo, que se
conozca lo que ocurre, a partir de los hechos comprobados, para saber hacia dónde
se va. La información es poder. Y el poder es de la gente”.
El
columnista, autor de Palco de Prensa, laboró 4 años, bajo la dirección de Jesús
Blancornelas. Dos en La Voz de la Frontera, que se edita en Mexicali y dos en
el periódico Noticias, ya desaparecido. Ambos tuvieron una época de
confrontaciones y discrepancias. Al final, imperó la estimación y el respeto
mútuo.
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