Por : Gilberto LAVENANT
Aunque parezca una ironía, a los
priístas de Baja California, los une un factor común : todos andan “endemoniados”.
Aunque sea por motivos o razones distintas. Los hankistas, furiosos, porque
todo indica que los castrotrentistas, seguirán manejando las estructuras del
tricolor en la entidad, y los seguidores del Embajador de México en Argentina,
Fernando Castro Trenti, precisamente porque al ahora diplomático se le
identifica precisamente con el mote de “El diablo”.
Ya en serio, muchos priístas están
sumamente preocupados, porque además de que estaban conscientes de que la
batalla, en los comicios del 2015, será harto difícil, por el rechazo de muchos
bajacalifornianos a todo lo que huela a tricolor, principalmente por los estragos
de la reforma hacendaria del Presidente Enrique Peña Nieto, consideraban que
después de la derrota electoral de julio del 2013, el castrotrentismo ya no
debería tener la tutela del priísmo en la entidad.
Incluso, ante el hecho de que
hubo quienes calificaron la designación de Castro Trenti, como un destierro,
pensaron que estando fuera de la entidad el líder del castrotrentismo, no sería
muy difícil, desalojarlos de las dirigencias partidistas.
Aunado a esto, el que la
dirigente estatal del PRI, Nancy Sánchez Arredondo, terminó sumamente
desgastada, primero por los resultados adversos de la campaña por la
gubernatura estatal, en la que su líder resultó el candidato perdedor, y luego
al enfrentarse a los sectores, principalmente el empresarial, que se
manifestaron en contra de la reforma hacendaria.
Por ello, aunque seguía siendo
notoria e inocultable la división del tricolor, al menos en dos fracciones, los
castrotrentistas por un lado y los hankistas por el otro, hubo varios que
salieron a hacer precampaña para pelear por la dirigencia estatal. Se hablaba
sobre la necesidad de que, para que funcionaran las cosas en el futuro, en el
partido tricolor, la dirigencia no debería estar en manos de ninguna de dichas
fracciones.
Pero ya ven, vinieron los
jerarcas del CEN del PRI, concretamente José Encarnación Alfaro Cázares,
supuestamente con afanes unificadores, pero con la consigna de imponer a Nancy
Sánchez Arredondo en la dirigencia estatal priísta y quizás hasta a los
encargados de las dirigencias municipales.
Los pretensos, no tuvieron más
que tragarse el coraje. En el priísmo, dos de los principios básicos que rigen
su militancia, es la disciplina y la institucionalidad. Los priístas saben
perfectamente, que quien se rebela, “cae de la gracia” y menos aún es tomado en
cuenta. Como decía el vitalicio dirigente cetemista, Fidel Velázquez : “el que
se mueve, no sale en la foto”.
Se sabe, que solamente uno de los
aspirantes a ocupar la dirigencia estatal del PRI, José Osuna Camacho, ligado
al exalcalde Carlos Bustamante Anchondo, hizo reclamos por la postura de los
enviados del CEN del PRI, pero estos poco caso hicieron, pues lo ignoraron y
siguieron sembrando la consigna. Según ellos, ya no hay tiempos para cambios y
Nancy Sánchez está lista para coordinar, por parte del PRI, los trabajos hacia
los comicios del 2015.
Y quizás sea cierto, la
exdiputada local ya tiene rato en la dirigencia estatal del tricolor, pero su
presencia no abona para nada a la presunta y anhelada unidad. Por el contrario,
la hacen más marcada. Solamente la siguen los castrotrentistas, y una “generala”
sin tropa, no gana batalla alguna.
Nancy, está cegada por su
soberbia, y se niega a reconocer, que si en el 2013 sufrieron una fea derrota,
para el 2015 se vaticinan cosas peores. Sobre todo, porque se trata de elegir a
diputados federales y los actuales, se ganaron a pulso el rechazo de los
bajacalifornianos, al votar a favor de la homologación del IVA.
La mayoría de ellos tenía temor de regresar a Baja California, ante
el riesgo de sufrir alguna agresión física o verbal. Por ello se ausentaron, y
cuando venían, prácticamente lo hacían de incógnitos. Ahora, ya volvieron a
venir más seguido, pero ni quien los tome en cuenta. Son invisibles, pues nadie
los puede ver.
Por ello, uno de los primeros
problemas que enfrentará Nancy Sánchez, si se queda al frente del PRI, será
encontrar valientes que se animen a ser postulados como candidatos a
legisladores federales, aportando sus ahorros, a sabiendas de que las
posibilidades de triunfo, son casi nulas.
Son muy pocos los priístas que
tienen suficiente capital político para participar con luz propia en los
próximos comicios, pero no el suficiente para convencer a los bajacalifornianos
de que ellos sí los representarán en el Congreso de la Unión, y no únicamente
los intereses partidistas.
Estará “en chino”, pedir que
voten por los candidatos priístas, a los desempleados, a las amas de casa que
no les alcanza el dinero que aporta su pareja, para cubrir las necesidades más
elementales, a los que perdieron su vivienda por los contratos leoninos, a los
que viven angustiados por la inseguridad pública, o a los que no duermen, ante
el temor de ser reprendidos por “lolita”, la de la Secretaría de Hacienda.
¿Qué promesa les pueden hacer, si
ya todas están agotadas? Ya usaron todas las promesas habidas y por haber y
ninguna se cristalizó. Una vez más, el abstencionismo será el vencedor en los
comicios del 2015 y el PRI, al igual que los demás partidos, recibirán migajas.
Porque, la verdad, en política,
es lo mismo, el pinto, que el colorado.
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