Lamentable fallecimiento de nuestro
gran amigo el Arq. David Navarro Herrera,
exSecretario de Desarrollo Urbano
del XX Ayuntamiento de Tijuana
Descanse en Paz…
Por : Gilberto LAVENANT
No es que sean muy nacionalistas o patrióticos, ni nada de eso, pero en el sistema político mexicano, y quizás en muchos otros, al último año de las gestiones administrativas o gubernamentales, sean federal, estatales o municipales, se les conoce como el “Año de Hidalgo”.
A la denominación, se agrega una frase que revela el por qué lo de Hidalgo : “Tonto el que deje algo”. La rima, pues. Bueno, la verdad, eso era antes. Los políticos, antes de abandonar el cargo, se robaban o adjudicaban lo que podían. Desde hace tiempo, ya no lo hacen solamente durante el último año, meses o días, sino durante toda su gestión.
Lo que sí es cierto, en los gobiernos municipales de Tijuana hay hartos antecedentes al respecto, es que durante los últimos días, incluso horas, del período trienal, se expiden bonches de permisos o concesiones de transporte público, permisos para expendios de licor o bebidas embriagantes y tantas otras cosas más. Incluso permisos para ambulantes.
Aún se recuerda cuando el alcalde panista Jorge Ramos Hernández, iba a entregar la administración municipal al priísta Carlos Bustamante Anchondo, se puso facilito, amable y supuestamente otorgó a su sucesor toda la información relativa a las condiciones en que dejaba el gobierno municipal.
Durante los tres años, los colaboradores de Bustamante, se toparon con “sorpresa” tras “sorpresa”. El panista, en las horas finales de su gestión, inundó de vendedores ambulantes la zona centro, para la que supuestamente se había declarado una moratoria. Igual que de permisos de táxis.
Esto, aparte de otras “graciosadas” como el saqueo de recursos municipales, bajo el supuesto otorgamiento de apoyos a organizaciones no gubernamentales. Documentaban una cantidad y en realidad solamente les entregaban algo mínimo. Un 10% cuando mucho. Dos hermanos del exalcalde Jesús González Reyes, aparecen como los principales involucrados e incluso ya fueron denunciados penalmente.
Los alcaldes electos, de los cinco ayuntamientos, ya designaron a sus respectivos equipos de transcisión, aunque solamente el de Tijuana, Jorge Astiazarán, hizo la correspondiente presentación a su antecesor.
A ellos, se les recomienda que sean extremadamente rigurosos y cautelosos. Búsquen hasta debajo de las alfómbrasٌ. Ahí acostumbran esconder la basura. Fíjense bien y pregunten lo que sea necesario, hagan constar número y fechas de las últimas concesiones otorgadas, De los permisos o concesiones. Nada de que “a chuchita la bolsearon”.
Hace unos días, integrantes de la Alianza de Transporte Masivo de Tijuana, denunciaron que han observado irregularidades en la Dirección de Vialidades y Transporte. El Presidente de dicha organización, Guillermo Zavala, señaló que existe mucha inquietud por parte de los transportistas.
Dijo que han recibido muchas quejas, muchas inquietudes. Que han recibido muchos reclamos en el trato, así como observaciones respecto a que aparentemente se están orquestando situaciones que regularmente ocurren al cierre de toda administración. Algo así como la posible expedición de permisos de táxis o concesiones de transporte público masivo. Algo común en el “Año de Hidalgo”, de toda administración municipal.
Dió a conocer, que por esa razón, se convocó a los transportistas de la ciudad, para unirse ante esta situación, pues advirtió que no quieren sorpresas, como la entrega de nuevas rutas o concesiones.
Lamentablemente, como ocurre en todo caso de corrupción, gritan, protestan y denuncian, los que no obtienen ningún “beneficio” en el “Año de Hidalgo”. Los “beneficiados”, se mueven sigilosamente, tratando de evitar que los descubran.
Estos meses, semanas, días y horas, son propicios para realizar maniobras diversas en la administración pública municipal. Se meten y se sacan documentos. Se ajustan cifras y se modifican datos. Se altera información, conforme a los intereses de los “clientes”.
Incluso, suele ocurrir que se borren archivos o programas completos de las computadoras. O se sustraen, para luego comercializarlos con terceros. Todo es posible.
Y no se trata de imputar hechos a los alcaldes salientes. Esto del “Año de Hidalgo”, es tan antiguo, como el oficio más viejo del mundo. Nadie puede precisar a partir de cuando surge la corrupción y la avaricia de los funcionarios y empleados públicos en general, que quisieran llevarse a casa, lo que no es suyo.
Evidentemente, ya urge actualizar las disposiciones legales al respecto, para fiscalizar el gasto público y el manejo de los recursos en general, mediante mecanismos más ágiles. Que los procesos de entrega-recepción, sean más precisos, más claros, más confiables.
De igual forma, que los procedimientos sancionadores, sean más expeditos. Faltan un par de meses para que concluyan las gestiones municipales, y en el caso de la de Tijuana, la Síndico, Yolanda Henríquez, aún anda anunciando que ya mero se resuelve sobre la inhabilitación de los exjefes policiacos, Julián Leyzaola y Gustavo Huerta.
Así mismo, que ya mero se emiten los dictámenes correspondientes para sancionar al exalcalde panista Jorge Ramos Hernández, por las irregularidades que le descubrieron. Dicho individuo estaba apuntado para integrarse a la Legislatura Estatal, como diputado de lista. Hace casi tres años que concluyó su gestión y las posibles sanciones, aún son un mero proyecto. La impunidad, genera mayor corrupción.
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