Por : Gilberto LAVENANT
Baja California, y en especial Tijuana, dada su cercanía con California, una de las comunidades con mayor potencial económico en el mundo, es punto de atracción de miles de personas. Diariamente llegan a esta frontera, en viaje de placer o incluso en busca de servicios diversos, entre ellos los de tipo médico. Una enorme cantidad de personas.
Definitivamente, el enorme diferencial económico entre ambas regiones, la mexicana y la estadounidense, y los altos costos de los servicios médicos en territorio norteamericano, genera, con magníficos resultados, una corriente turística que se identifica ya como turismo médico.
Claro, no se trata únicamente la diferencia de costos, sino, sin duda alguna, la calidad de la mayoría de los profesionales de la medicina, al sur de la frontera México-Estados Unidos. Se dice que tan solo en el 2012, Tijuana captó una derrama de un billón de dólares, proveniente del turismo médico.
Felipe Pavlovich, Presidente del Clúster Médico, un gran promotor de esta actividad, declaró recientemente que el elemento médico es el más importante del turismo, ya que un paciente siempre viene acompañado de varios miembros de su familia. De ahí pues la importancia y la derrama económica que genera.
Baja California ha destacado a nivel nacional, en el tema del turismo médico, al grado de que el día 19 del presente mes se llevará a cabo, en Tijuana, un Taller Nacional sobre esta actividad. Aquí se les mostrará la experiencia lograda sobre este tema, y se les explicará a grupos interesados, de otras entidades, cómo es que pueden atraer un mayor número de turistas nacionales e internacionales, que generen una importante derrama económica y la creación de nuevos empleos.
Sin embargo, como siempre pasa, algo que echa a perder o afecta enormemente esta actividad, son los charlatanes, aquellos individuos que no son lo que presumen ser, ni garantizan un buen servicio médico, o no responden con seriedad cuando incurren en algún “error”. Simplemente “se lavan las manos”, con expresiones tan burdas como aquellas de “a cualquiera le pasa” o “hágale como quiera”.
Precisamente, esta semana, el Dr. Adrián Manjarrez, Presidente del Consejo Mexicano de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva, advirtió que se ha detectado q ue va en aumento el número de médicos charlatanes, que practican cirugías plásticas, e hizo un llamado a la comunidad, para que no se dejen engañar. Que vayan solamente con médicos certificados.
Al respecto, explicó que el Artículo 81 de la Ley General de Salud, indica que todo médico cirujano, debe tener la ayuda o el auxilio de los consejos de las distintas especialidades y que precisamente una de las funciones de estos, como el que preside, es la elaboración, aplicación y evaluación de exámenes para especialistas, para determinar su entrenamiento y capacitación, y se dé certidumbre a los pacientes, de que están en manos de un médico calificado.
De esta manera, los médicos especialistas deben actualizar su certificación, cada cinco años. En México se cuenta con mil 700 médicos certificados y existen 13 centros de enseñanza de la especialidad, tres centros de entrenamiento en Guadalajara, otros dos en Monterrey y el resto en la Ciudad de México.
Interesante el tema y parece sencilla la recomendación. Cuando se requiera un servicio médico especializado, como lo es en el campo de la cirugía plástica, estética o reconstructiva, pues basta con verificar que se trate de un médico certificado, para no caer en manos de charlatanes de la medicina.
Pero surge la pregunta : ¿La certificación hace constar la capacitación, pero la ética, el profesionalismo, la honestidad, cómo se garantiza o quien la garantiza?
Viene al caso cuestionar esto, porque en días pasados se hizo saber al columnista, de una denuncia penal, presentada el día 10 de junio del año en curso, registrada bajo expediente 1268/13/207/AP, ante la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común en Playas de Rosarito, por presunta responsabilidad médica y técnica.
El presunto responsable de tales hechos, es el Dr. Eduardo Góngora Alejandre y el ofendido el empresario estadounidense Marco Mc Guire Jr Estrella, co-fundador y director de Bail Hotline Bonds, una empresa afianzadora de Riverside, California.
Se dice que el empresario, como parte del llamado turismo médico, vino a esta frontera en busca de servicios médicos para realizarse una cirugía estética. Básicamente pretendía reducir el volúmen del abdómen.
El 3 de octubre del 2012, fue sometido a la intervención quirúrgica, para lograr sus propósitos, en la clínica propiedad del indiciado, denominada Génesis Plastic Surgery Center –por nombre no queda- ubicada en Boulevard Benito Juárez Número 355, en la Colonia Hacienda Floresta del Mar, en Playas de Rosarito.
El caso es que luego de la intervención médica, el paciente experimentó menoscabo en su integridad física, observó que no tenía movimiento en sus extremidades. Las condiciones de salud en que quedó el paciente, hizo necesario que fuese atendido en otro centro médico, en tanto que el ahora indiciado se negó a proporcionarle la documentación relativa a la intervención y las pésimas condiciones resultantes de la misma.
Para acabar pronto, a propósito de charlatanes de la medicina y los médicos certificados, el indiciado, Dr. Eduardo Góngora Alejandre, se ostenta como Presidente del Colegio de Cirujános Plásticos, Estéticos y Reconstructivos de Baja California. Para conocer su explicación sobre este asunto, fue necesario requerirlo judicialmente y respondió que esas “situaciones” son probables que ocurran, pero que no tienen ninguna responsabilidad. El asunto penal, apenas empieza. La certificación médica, no garantiza seriedad, ni ética.
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