Por : Gilberto LAVENANT
La política, una de las actividades humanas más detestables, se desarrolla, principalmente, -las experiencias recientes así lo indican-, a base de simulaciones. Individuos que se odian, se encuentran y se fusionan en un abrazo que sellan con exclamaciones tales como : ¡mi amigo! Que digo amigo, ¡mi hermano! Y entre broma y broma, accionan como si se estuviesen clavando, uno al otro, un puñal en la espalda.
La mayoría de las veces, esas “puñaladas traperas”, son “reales”. Se simulan entre bromas, pero reflejan sus verdaderos sentimientos, de unos hacia otros. Si alguien pudiese leer los pensamientos de dichas personas, sabría que efectivamente, quisieran matarse.
De traidores está lleno el mundo, pero en especial la política. Esto confunde a los que apenas inician. Aquellos que ingenuamente creen que lo que pasa ante sus ojos, es la pura verdad. Dicen que se apoyan, pero en lugar de eso, accionan para socavar los cimientos de su rival político, aunque sea su compañero de partido.
En los comicios del 7 de julio, los resultados electorales oficiales, evidencian claramente que hubo exceso de traiciones. Pareciera que priístas –al menos una fracción importante- se pusieron de acuerdo con los panistas, y aplicaron el voto cruzado. Ambos votaron por Kiko Vega para la gubernatura, pero por Jorge Astiazarán a la Alcaldía de Tijuana.
Esto, no ocurre normalmente, ni se trata de una mera casualidad. Fue el resultado de compromisos, de pactos, de negociaciones. Kiko es carismático, pero con una modesta o pobre trayectoria política. Más bien el triunfo se lo obsequiaron los priístas anticastristas. Ya no hay duda de eso.
En el caso del priísta Jorge Astiazarán, más o menos ocurrió algo similar. El ahora Alcalde electo de Tijuana, es considerado por muchos como un novato de la política, pero curiosamente eso le dió una gran ventaja. Impactó hasta a los excépticos. Pero además, los panistas sacrificaron a su candidato Alejandro Monraz, con tal de conservar la gubernatura. Fue algo así como “dando y dando”.
Por su parte, los castrotrentistas, estaban desconsolados. Consideraron que ya tenían el triunfo en la bolsa. Cuando empezaron a surgir los resultados electorales, y a marcarse una desventaja de Fernando ante Kiko, no lo podían creer. Supuestamente el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, los vino a apoyar con un ejército de expertos en cuestiones electorales. Ahora, seguramente han de pensar que todo fue meras simulaciones.
Sin embargo, el personaje principal en todo esto, fue el empresario casinero Jorge Hank Rhon. En todo momento regateó la posibilidad de apoyar a Castro Trenti. Viejas fricciones entre ambos, se anteponían. Luego simuló que cedió a las instrucciones superiores. Una foto que circuló en las redes, al momento de depositar la boleta electoral en la urna de gobernador, mostraba, aparentemente, que su voto fue para el panista Kiko Vega.
Sus colaboradores trataron de corregir la plana y afirmaron que la foto había sido truqueada. La explicación, no eliminó las sospecha, casi certeza, de que Hank Rhon había traicionado a su partido, del que acostumbra decir que es un soldado. Incluso, no pudieron evitar manifestaciones de reclamo por la presunta traición.
Pero, a propósito de simulaciones, es importante observar que desde la campaña presidencial, se dió a entender –ahora se puede decir que fue mera simulación- que el entonces candidato presidencial Enrique Peña Nieto, estaba distanciado del empresario casinero Jorge Hank. Las instrucciones fueron de que no apareciera en ninguna de las fotos del candidato.
Este distanciamiento pareció confirmarse, en la etapa de la selección interna del candidato priísta a la gubernatura. Aunque hubo varios aspirantes, entre ellos Hank, al final la decisión fue por Castro Trenti. Sin embargo, la postura presidencial no fue como en los viejos tiempos del PRI. Aunque oficialmente Peña Nieto se integró al Consejo Político Nacional, no asistió a la instalación de dicho órgano, que se llevó a cabo en la Plaza Monumental de Tijuana, ni participó en ningún acto de proselitismo del priísta en la entidad.
En la contienda, PAN y PRD hicieron lo que quisieron. Se sirvieron con la “cuchara grande” y los priístas sintieron que el gobierno de Peña Nieto los dejó solos. Y no solo eso, cuando reclamaban el voto por voto, tratando de hacer constar las irregularidades, surgió una orden tajante en el sentido de que deberían aceptar los resultados electorales. Haigan sido, como haigan sido.
Las publicaciones de los medios nacionales, en torno a la concertacesión, ha dado como algo casi cierto, que el PRI negoció la gubernatura de Baja California, por la participación de PAN y PRD en el Pacto por México. Algo más, el gobierno de Peña Nieto jugó con el contrario al designar delegados federales. Hasta panistas reconocidos, fueron beneficiados.
Pero ahí no termina esta historia. Esta semana, luego de ocho meses del triunfo deportivo, el Presidente Peña Nieto, decide reconocer el campeonato del equipo de Futbol Xolos de Tijuana, propiedad de Han Rhon. Ahí, a nivel nacional y a todo color, se les vió juntos, después de tantos meses de distanciamiento. Como dicen, una foto vale más que mil palabras. Todo indica que el aparente distanciamiento entre ambos personajes, era mera simulación.
La cuestión es que, luego de dicho evento, Hank Rhon se siente en las nubes. Ya se prepara para reclamar el manejo de la estructura priísta de Baja California, actualmente bajo el control de Castro Trenti y ya sacó del closet su chalequito rojo, para la próxima contienda por la gubernatura. Con la aparente anuencia del Señor Presidente y de su posible sucesor.
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