Por : Gilberto LAVENANT
Mañana 7 de julio, los bajacalifornianos acudirán a las urnas para emitir sus votos, a fin de elegir gobernador, cinco alcaldes y 25 diputados locales. Si habláramos deportivamente, podríamos decir que mañana se juega la final.
Por la tarde-noche, se conocerán las tendencias electorales y se tendrá una idea bastante clara sobre los resultados electorales. En los rostros de muchos, se reflejarán los efectos de los triunfos, o de las derrotas. Ya mañana habrá tiempo de comentar bastante al respecto.
Lo que este día vale la pena comentar, es que no obstante que ya concluyeron los tiempos de campaña, todas las fuerzas políticas, o al menos las dos más importantes, encabezadas por PRI y PAN, siguen agarradas “de las greñas”, como si todavía tuviesen tiempo para ello.
En materia deportiva, cuando dos equipos agotan los tiempos reglamentarios, con marcador empatado, pues no hay otra más que irse a los tiempos extras, que puede ser hasta que caiga el primer gol, o bien directamente a la jornada de penalties.
Aunque en política, no hay tiempos extras, siguen las descalificaciones, las acusaciones, las campañas negras, la colocación de espectaculares denostativos, la distribución de volantes difamantes. De todo.
El objetivo evidente de todo esto, es utilizar hasta el último momento para afectar negativamente a los rivales políticos, en algunos casos simplemente de manera mediática, para hacerlos aparecer como que son ellos los cochinos, los que no respetan la veda electoral, tratando de convencer a los electores de que esos son los malos, que no deben votar por ellos.
La cuestión es que en estos “encuentros” pareciera que no hay árbitro. Ni “tarjetas amarillas”, ni mucho menos “tarjetas rojas”. Prueba de ello es que el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, tal parece que se la ha pasado sentado en las gradas, como simple espectador.
No se ha percatado, que los “jugadores”, se han dado con todo. Patadas en las espinillas, zancadillas, golpes bajos, codazos e incluso hasta manazos, para guiar el balón hacia la “portería enemiga”. ¿Así cómo?
Es más, los contrincantes, se han atrevido a descalificar al IEPCBC, le han acusado de ser parcial y casi han estado a punto de ser ellos quienes le saquen la “tarjeta roja”.
Los panistas, están que se mueren de risa. Casi todas las jugarretas les salen perfectas. Incluso, dan golpes bajos, y se tiran al suelo, simulando ser las víctimas, cuando fueron ellos los agresores.
Los blanquiazules, se sienten con ventaja, pues el “dueño del equipo”, o sea su “patrón”, es el Gobernador José Guadalupe Osuna Millán, quien además tiene la “concesión”, para operar la Agencia del Ministerio Público, disfrazada de Agencia Especializada para la Atención de Delitos Electorales, de tal forma que pareciera el “portero” del equipo, pues cuando les lanzan una acusación, por fulminante o tajante que pudiese parecer, el lupillo se lanza, la atrapa y no deja que entre a la “portería”. Como diría un cronista deportivo : “las para todas”
Por eso los tricolores se empeñaron en crear su Fepadita, para poder castigar a los contrarios blanquiazules, cuando cometieran alguna falta. Pero ya ven, el Gober acudió de inmediato a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, interpuso acción de controversia constitucional, y el máximo tribunal del país congeló la intentona.
Ayer, el periódico digital Animal Político, hizo un análisis del comportamiento de los políticos a nivel nacional, en relación a los procesos electorales que se desarrollan en 14 entidades del país. Tal vez porque la de Baja California es la más importante, pues aquí habrá elección de gobernador, y en las demás únicamente de munícipes y diputados locales, lo cierto es que toma a esta entidad de ejemplo. De los aspectos negativos, obviamente.
“Tráfico de influencias, millonarias propiedades que no alcanzarían a comprar con sus sueldos de servidores públicos, secuestros que no se sabe si ocurrieron, incluso, abuso de menores”, son algunos de los “detalles” que destaca de estas contiendas.
Luego refiere que : “Las campañas que finalizaron, estuvieron marcadas por señalamientos de toda clase. Las acusaciones, de hecho, comenzaron desde antes de que hubiese candidatos definidos, cuando el PRI y el PAN cruzaron denuncias por el uso de programas gubernamentales para favorecerse e la elección, mismas que fracturaron el pacto por México y causaron que los partidos se comprometieran a firmar lo que ya se estipula en la ley : La prohibición de usar los programas asistenciales con fines electorales”.
Al hacer un breve recuento de las acusaciones formales e informales, que se vertieron en las campañas, refiere aquellas que se lanzaron o hicieron el panista Francisco vega de la Madrid y el priísta Fernando Castro Trenti.
“Desde el inicio de la campaña, apunta, hasta el último minuto, los aspirantes a la gubernatura de Baja California, cruzaron acusaciones de enriquecimiento ilícito, peculado, ejercicio indebido del servicio público, tráfico de influencias y, como dice el “latiguillo” legal : lo que resulte”.
Es el colmo. Todavía ayer viernes, seguían cruzando acusaciones. Pueden argumentar que eso no se considera como proselitismo a favor de sus candidatos, y quizás tengan razón. Más bien pareciera que están “jugando tiempos extras”. Mientras que los “árbitros”, tanto el IEPCBC, como la Procuraduría de Justicia, como simples espectadores.
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