por
Gustavo Adolfo Póker
LA ORDEN transmitida por oficio, dicen, fue tajante:
quedan resguardados vehículos, celulares y radios, propiedad del Gobierno del
Estado, para evitar que alguien busque inclinar la balanza en favor de algún
candidato en la elección de este domingo, utilizando recursos o activos propiedad
de la autoridad. Dicho en otros términos: si nos acusan de cochis, que no nos
acusen también de trompudos.
Desconozco a
cuántas unidades ascienda el padrón vehicular del Gobierno del Estado, y no sé
hasta qué punto incida en el resultado electoral que se usen o se dejen de
utilizar estos vehículos. Me queda claro que por tratarse de unidades rotuladas
con logotipos oficiales, y por tanto de fácil ubicación, la orden tiene más que
ver con “seamos precavidos” y no con “seamos imparciales”.
No se reflejó
esta imparcialidad cuando se destinaron cientos de millones de pesos a un
esfuerzo publicitario claramente estructurado para apoyar al partido en el
poder y sus candidatos. Por más que se niegue, no fue otra cosa la famosa
campaña “abre tus ojos”. Lo que se abrió generosamente fue la chequera del
ejecutivo para saturar a los bajacalifornianos de un mensaje burdo, insultante
y contradictorio, que consumió una importante cantidad de recursos del
presupuesto estatal, para tratar de convencernos de lo inconveniente que es que
alguien consuma importantes cantidades de recursos del presupuesto estatal.
Si estuviera
científicamente comprobado que el uso de celulares es el factor que decide al
ganador de una elección, de seguro el aviso habría sido en el sentido de que
“quedan resguardadas, desconectadas y encadenadas todas las copiadoras del
Gobierno del Estado, para evitar que algún malora intente siquiera duplicar las
boletas electorales”.
Fueron muchas
las quejas, por desgracia anónimas, de empleados de confianza obligados a hacer
trabajos de proselitismo. No hubo oficio que les estableciera esta obligación,
pero la instrucción verbal fue contundente: el que no sea parte de alguna
brigada, tampoco será empleado de esta dependencia.
La orden de no
usar los radios, definitivamente no era necesaria. Con el servicio tan malo,
tirándole a pésimo, que tienen a bien brindar las compañías concesionarias,
dejar de usar el radio es un premio. Buena voluntad hubiera sido haber tomado
la decisión de NO saturarnos con mensajes negativos a los teléfonos
particulares, para llevarnos, hasta la tranquilidad de nuestros hogares, los
mensajes negativos que hemos repudiado desde el inicio de esta campaña.
No es con
posturas demagógicas –e hipócritas- como va a recuperar el ciudadano la
credibilidad en sus autoridades. Se gastaron millones de pesos en acciones
proselitistas disfrazadas de labores institucionales de información, y ahora
piensan que confinando autos, radios y celularespor tres días, dan muestra de
una imparcialidad que en ningún momento mostraron? Por favor…
Tuvieron 24
años para haber actuado institucionalmente, para demostrar que en verdad eran
una mejor opción, para haber transformado a Baja California, para haber abatido
las carencias y haber atenuado los problemas que hoy, a 24 años de distancia,
no sólo no han desaparecido, sin que han crecido exponencialmente.
24 años de
ineficiencia, ineptitud, corrupción, abusos, engaños y enfermiza obsesión por
el poder, no se solucionan guardando bajo llave los carros, los celulares y los
radios.
Se solucionan
de la misma forma en que se generaron: recurriendo a la alternancia.
Si empezó con alternancia
Claro que el poder los obsesiona
Pues probaron la abundancia
El hambre puede esperar
Un tema es más importante
El hambre que se la aguante
Que lo importante es ganar
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