por
Gustavo Adolfo Póker
MUCHOS Y muy respetados analistas políticos han hecho
suyo el tema del porqué de la debacle panista. Entre los puntos de
coincidencia, establecen que el PAN no tuvo la suficiente formación para
convertirse en gobierno. No preparó debidamente a sus cuadros para el momento
cumbre de pasar del discurso a la acción, y no convirtió sus postulados y
principios en políticas de gobierno. La parte más seria del análisis establece
que abrió sus puertas a oportunistas y mercenarios de la política, que solo les
aportaron trucos para ganar elecciones, no bases para cimentar su vida como
partido en el gobierno.
De ahí, concluyen, que no hayan sufrido una crisis a
raíz de que perdieron la presidencia de la república, sino que su crisis de
malformación los llevó a perder la presidencia, y las gubernaturas, y
presidencias municipales y presencia mayoritaria en los congresos.
Curiosamente,
haber alcanzado la cúspide del poder marcó el inicio de la cuenta regresiva
para una vertiginosa caída. A los problemas arriba citados, hay que agregar la
creación de grupos dentro del PAN, que en su ambición por alcanzar las cuotas
de poder y el acceso a los grandes recursos, se han valido de todo lo que ha
sido necesario para lograr sus propósitos. Y cuando digo todo, el término tiene
muchos sinónimos negativos.
Vámonos por
orden cronológico: en su intento por conservar el poder en Baja California, el
PAN no tuvo mucho empacho en trabar alianza electoral con el PRD de Andrés
Manuel López Obrador y el PANAL de Elba Esther Gordillo. El Peje, que ya botó a
los amarillos para crear su nuevo partido, MORENA, es el mismo a quien
calificaron de “peligro para México” en la campaña electoral que llevó a la
presidencia a Felipe Calderón. De Elba Esther, simplemente hay que decir que su
repentina inclusión en el penal de Tepepan, acusada de millonaria desviación de
recursos del SNTE, nos da una idea de la calidad de la frustrada aliada de los
panistas.
En el proceso
de selección interna de candidatos panistas, gentes que buscaban favorecer a
Héctor Osuna Jaime, distribuyeron el famoso video de “las kikadas”, donde se ve
la penosa intervención del precandidato Francisco Arturo Vega durante un debate
con Osuna Jaime. De la actuación de Vega, lo menos que puede decirse es que fue
patética, aunque lo que quedó en evidencia fue la mala leche de los panistas
que editaron el video y lo divulgaron masivamente en las redes, en un claro intento
para ridiculizar a su oponente y disminuirlo con miras a restarle votos a la
hora de la decisión final interna.
Más recientemente, cuando ya se habían pronunciado los
panistas por el Dr. Sergio Tolento, para que fuera su candidato a la alcaldía
de Mexicali, repentinamente se generó un movimiento en contra de esta
designación, operándose un nuevo proceso que culminó con su destitución, y con
el surgimiento de la candidatura de Jaime Díaz, que a la postre resultó ser el
candidato de la coalición para la presidencia municipal de la capital
bajacaliforniana. Curiosamente, el principal operador y artífice de este
enroque, fue el diputado Rubén Alanís Quintero, a quien, curiosamente también,
le subieron un video a las redes en el que se le involucra en una supuesta
relación de pederastia con un menor de edad, a quien solamente se identifica
como “Joel”.
Por cierto,
haber ventilado este tema en su portal Periodismo Negro, ha sido motivo para
que el comunicador Jaime Delgado haya recibido, por terceras personas, precisas
amenazas en el sentido de que “le van a partir su madre”, un hecho muy delicado
que debe mover a los comunicadores de Baja California a cerrar filas en torno a
Jaime, ante el recuerdo reciente de la golpiza propinada a Antonio Heras por un
episodio parecido. Jaime, al igual que Antonio, conoce los riesgos que entraña
su oficio, y aunque ya ha dejado en claro que se necesita mucho más que
fanfarronerías para empujarlo a colgar el teclado, ahí está el llamado a tiempo
a quien corresponda, ahora que aún evoca la memoria los festejos del Día de la
Libertad de Expresión, en los que los funcionarios de todos los niveles se
ufanaron al pregonar las seguridad con que los comunicadores pueden desempeñar
su labor en Baja California.
Volviendo al recuento cronológico, vinieron después
los episodios que maderistas y calderonistas –hablando de grupos internos- han
venido escenificando dentro del senado, donde detrás de todas las excusas por
los sainetes y descalificaciones mutuas, está el pleito por la chequera de la
fracción panista, que tiene acceso a cientos de millones de pesos que, quien
controla la fracción, puede darse también el lujo de decidir cómo y entre
quiénes se los reparten.
Y finalmente,
la estrategia de ataques, descalificaciones, denostaciones, alteración de
encuestas, injerencia en el proceso electoral, acarreos, compra de votos, y en
general todas las marrullerías y prácticas desleales que durante sus largos
años de opositores denunciaron puntualmente, hoy como gobierno han dejado
pruebas fehacientes e irrefutables de que aprendieron pronto, y de que todas esos
recursos, junto con otros más sofisticados, son ya parte del inventario de sus
estrategias de campañas.
Una realidad
innegable: un proyecto inacabado y precipitado por la ambición del poder,
terminó por desfondarse por no contar con una base firme. Preocupante, porque
un partido firme de oposición siempre es necesario en un sistema de
alternancias. Esa firmeza, aquí y ahora, es la que proporciona el PRI a su
coalición.
Se les acaba el poder
Se niegan a aceptarlo
Duela mucho dejarlo
Y trabajar para comer
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