Compañeros de partido:
Desde aquí, la síntesis del priísmo nacional, ratifica absoluto respeto y respaldo al líder: a Enrique Peña Nieto.
Con energía, vamos a liberar el gran poder transformador de los mexicanos. Hacerlo no sólo demanda saber cómo proceder sino principalmente tener los arrestos, atreverse a hacerlo, sabiendo la urgencia de que la nación aproveche cabalmente lo que tiene.
En el mundo se navega a contracorriente: país que no avanza, retrocede.
México puede y debe crecer a su verdadero potencial. Es necesario desatarlo.
Se han puesto opciones a la consideración de los mexicanos, pero es muy lejos y mucho más alto donde está la solución. Llegar a ella y conquistarla no es sencillo, pero no podemos posponerlo más. Estamos resueltos a conseguirlo ahora, con prudente audacia vamos por la reforma energética no porque sea fácil sino porque es indispensable.
Los mexicanos compartimos la certeza de que dar el paso decisivo está en nosotros, que es ahora y que sí podemos.
Es una convicción que nos une.
Es la esperanza que compartimos porque sabemos que todos juntos lo podemos todo.
Aprobarla es abrir la puerta del futuro, un futuro mejor, un futuro para todos, un futuro para México.
Vamos por ella.
Vamos a conseguirla.
Acicateados por el realismo del diagnóstico, persuadidos por la solidez de sus fundamentos, esperanzados por los beneficios que traerá consigo, los priistas respaldamos la iniciativa de reforma constitucional en materia energética, cohesionados por el liderazgo democrático de quien ha fijado el destino y lleva con firmeza el timón: nuestro Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, cuyo patriotismo nadie puede poner en duda.
Lo hacemos porque la iniciativa es justamente patriótica, indispensable, vanguardista y muy priista.
Es patriótica ya que piensa en los mexicanos; en nadie más.
Es indispensable porque con ella nuestro limitado crecimiento económico alcanzará su más acelerado ritmo.
Es vanguardista porque cambia un paradigma jurídico restrictivo por un esquema de amplias posibilidades.
Y es priista, porque recoge puntualmente el mandato transformador de la XXI Asamblea.
Respaldamos la iniciativa de reforma energética porque revela el gran sentido de responsabilidad y el compromiso que tiene con la historia del país, Enrique Peña Nieto.
Es la hora de cerrar filas en torno a esta iniciativa que habrá de mover a México.
Es la hora de bajar el costo de la luz y del gas para las casas y negocios de los mexicanos.
Es la hora de producir más fertilizantes para respaldar a los campesinos y procurar nuestra seguridad alimentaria.
Es la hora también de generar más empleos y mejor pagados.
Es la hora de incrementar nuestra productividad sin detrimento del medio ambiente, pensando en las futuras generaciones.
Es la hora de demostrar que podemos ser una potencia mundial energética y ser capaces de dar el paso definitivo al desarrollo.
Es la hora de crecer obsesivamente y generar riqueza para tener qué repartir.
Es la hora de cumplir las directrices de nuestra militancia, que en la Asamblea reciente nos indicó convertir al sector energético en el motor del crecimiento económico, que genere y atraiga inversión, que integre cadenas productivas con mayor valor agregado y que promueva la industrialización del país.
Es la hora, compañeras y compañeros, de postular nuestras ideas, de dar paso a las acciones para demostrar que el PRI es el partido con más visión y con mayor capacidad para ejecutar, que aquí sabemos hacer las cosas; un PRI que lo único que quiere es que la gente viva mejor.
Por eso, subrayadamente, me dirijo a las señoras y señores senadores y diputados, locales y federales: de ustedes, de quienes ejercen una buena parte de la soberanía nacional, depende en gran medida convencer en el debate para vencer en la votación.
Este constituyente permanente priísta, encarnado por legisladores federales y locales, y respaldados por el liderazgo y la fuerza política de gobernadores, de presidentes municipales, no decidirá pensando en los próximos comicios sino en los evidentes beneficios.
Ustedes posibilitarán el gran cambio, un cambio de un régimen de restricciones constitucionales a uno de libertades ejercidas con responsabilidad para que el Estado Mexicano, con responsabilidad histórica, pueda aprovechar los hidrocarburos preservando su propiedad.
Que quede claro de una vez por todas: en ésta, ni en ninguna reforma se va a vender nada.
Se trata de que los mexicanos vivamos mejor.
Es preciso reformar la Constitución que no puede ser objeto de veneración jurídica, sino instrumento eficaz al servicio de los mexicanos. Serán ustedes quienes contribuyan a dar el paso de la potencia al acto; del formalismo de poseer riquezas que no pueden explotarse, a transformar la realidad de los más necesitados.
Esta Comisión Política Permanente ha resuelto que el Partido Revolucionario Institucional en su conjunto, sus sectores y organizaciones, sus organismos especializados y toda la estructura territorial del país asumamos la responsabilidad de difundir y explicar la iniciativa de reforma energética del Presidente, siempre, por supuesto, abiertos al intercambio de ideas, pero con claridad de propósito para persuadir a la sociedad mexicana.
El PRI se suma a la sociedad. Trabajando juntos habremos de expresar jubilosos: ¡Qué viva México!; pero, sobre todo, habremos de lograr y decir a voz en cuello: ¡Qué viva México, mejor!
¡Qué viva el PRI!
¡Qué viva México!
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