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miércoles, 28 de agosto de 2013

Palco de Prensa: Los reposicionamientos.


                                           Por : Gilberto LAVENANT

Aún cuando los panistas lograron retener la gubernatura de Baja California, su triunfo no fue completo, pues en principio no lograron  ni la mayoría simple, mucho menos la mayoría calificada, en la legislatura estatal. Si no logran negociar con los rivales políticos, las propuestas de Kiko Vega, como Gobernador, irán a parar al bote de la basura.


Dicho en otras palabras, les pasó lo que a los priístas con la Presidencia de la República. La recuperaron, pero sin la mayoría legislativa, iba a ser harto difícil para Enrique Peña Nieto, llevar a la práctica sus propuestas. Por eso inventó lo del Pacto por México.

La diferencia es que Peña Nieto entendió las dificultades que enfrentaría, si no lograba el aval de las dos principales fuerzas políticas opositoras, representadas por el PRD y el PAN. Estaban en ruinas, pero el número de sus legisladores, en conjunto, sumaban el suficiente número de votos para bloquear los proyectos priístas.

El Presidente priísta, ha sido severamente criticado, por ceder ante los chantajes de panistas y perredistas. Pero no había de otra. Seis años de estancamiento, podría ocasionar, como ya está ocurriendo en su primer año de gobierno, un desencanto general en los mexicanos, que llevara al PRI a volver a desocupar la Presidencia de la República en el 2018.

A los panistas, por el contrario, el triunfo electoral les llenó de soberbia. En lugar de pensar en adoptar en Baja California, el modelo del pacto por México, y negociar con sus rivales políticos, se han envalentonado y amenazan con hacer trizas a los priístas que integran la actual Legislatura Estatal.

Aún antes de tomar posesión los nuevos legisladores, amenazan con que a los actuales les revisarán sus cuentas, pues presumen malos manejos de los recursos públicos. También advirtieron que reducirán el presupuesto del Congreso en unos 300 millones de pesos. Kiko Vega, en su campaña, se atrevió a anunciar que esos recursos los utilizaría en diversos programas sociales.

Sin embargo, a la hora de los resultados electorales, no les salen las cuentas. Ganaron muchos distritos de mayoritaria relativa, pero no los suficientes para lograr la mayoría, en caso de someter a votación una iniciativa de ley. Ni la mayoría simple, que es la mitad más uno del total de legisladores, ni mucho menos la mayoría calificada, que son 17 votos, generalmente exigidas para reformas constitucionales.

De los 25 legisladores que integran la Legislatura, la Alianza Unidos por Baja California, integrada por el PAN, PRD, Panal y PEEBC, obtuvo 10 diputaciones de mayoría relativa, 1 plurinominal o de lista y 1 de representación proporcional, o sea de candidatos perdedores pero con la mejor votación, luego del ganador. En total, suman 12 votos. La mayoría simple debería ser cuando menos 13 votos.

Por su parte, la Alianza Compromiso por Baja California, integrada por el PRI, PVEM, PES y PT, lograron 7 diputaciones de mayoría relativa, 2 plurinominales y 2 de representación proporcional, sumando un total de 11 votos.

El Partido Movimiento Ciudadano, que no se coaligó con nadie, obtuvo dos diputaciones, o sea 1 plurinominal y 1 de representación proporcional. Si los del MC se suman a la alianza encabezada por los panistas, serán 14 votos, o sea ya logran la mayoría relativa, pero no la mayoría calificada, que es de 17 votos.

Ante tanta amenaza, los actuales legisladores priístas, y sus aliados, reformaron la Ley Orgánica del Poder Legislativo y le pusieron un “candadote”, para que los panistas no se sirvan con la “cuchara grande”, a la hora de designar a la nueva directiva de la siguiente legislatura. Los panistas, obviamente, están que arden, pero las propuestas ya fueron aprobadas. Los números no mienten : 17 votos a favor, del PRI, PVEM, PT y el diputado independiente, Marco Antonio Vizcarra Calderón, contra 5 de la fracción del PAN y el voto del diputado perredista.

Para empezar, las reformas aprobadas, crean la figura de la Coalición Legislativa, en base a la cual podrá haber fusión entre los grupos parlamentarios y los diputados no coordinados, o cuyo partido político haya obtenido solamente una diputación.

Pero eso no es todo, se estableció que la elección de los directivos de la legislatura, así como funcionarios de los diversos órganos de la misma, requerirá de mayoría calificada, para su aprobación, o sea 17 votos. Dicho en otra forma, los panistas no manejarán la legislatura a su antojo, como pretendían.

Lo mismo pasará en la designación de los titulares de los órganos de apoyo parlamentario y administrativo., así como la designación de directores de Asuntos Jurídicos, Programación y Gasto Interno, Comunicación Social y Contralor Interno.

También se requerirá de mayoría calificada, para integrar las comisiones legislativas, a quienes de paso se les faculta para citar a reunión de trabajo, cuando el presidente de las mismas omita cumplir con sus responsabilidades.

En el caso de la Dirección de Comunicación Social, estará bajo la dirección y vigilancia de la Junta de Coordinación Política, integrada por representantes de todas las fuerzas políticas, y no de la Comisión de Comunicación, como ocurre actualmente, en tanto que la Dirección General de Gestión y Vinculación será la encargada de dar cumplimiento a las disposiciones en materia de acceso y transparencia de la información.

Con estos reposicionamientos, los deseos de Kiko Vega, no podrán convertirse en órdenes ineludibles para el Poder Legislativo. El reposicionamiento, en base a las reformas aprobadas, obligará a los panistas a negociar, a buscar consensos, a conciliar, en lugar de agredir. Aunque hagan rabietas y pataleen. Tendrán que pactar. No hay de otra.

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