Por : Gilberto LAVENANT
Hay un
dicho por ahí, que claramente advierte : “chango viejo, no aprende maroma nueva”.
Esto, se aplica constantemente en política, para observar que los viejos políticos,
mañosos y farsantes, siempre van a ser iguales, aunque juren y se pronuncian
por un cambio y hablen de apertura democrática y tantas cosas más.
Ante ese
panorama, que ha llevado a los políticos a ser considerados como los individuos
más desprestigiados, con el menor grado de credibilidad, la única alternativa
es que las nuevas generaciones, lleguen mejor preparadas, fortalecidas en
valores, con prácticas totalmente distintas y ajenas, a los añejos usos y
costumbres.
En el
caso del Partido Revolucionario Institucional, para preparar a las juventudes
priístas, que supuestamente serán los futuros responsables de ostentar las
dirigencias partidistas y además ocuparán las candidaturas a puestos de
elección popular, desde hace tiempo hay un programa especial dirigida a la
preparación de los jóvenes. La institución encargada de capacitarlos, es
conocida como Escuela Nacional de Cuadros.
Muchos jóvenes,
que han pasado por ahí, armados con una gran esperanza, hacen fila, en espera
de que los adultos mayores se fijen en ellos y les empiecen a dar oportunidad
de participar, para tener la oportunidad de demostrar que están listos para el
servicio público, y que siendo elementos, con una nueva formación y mentalidad,
tarde que temprano reconstruirán y mostrarán una nueva cara de los políticos en
general.
Pero,
como siempre dicen, del dicho al hecho, hay mucho trecho. De la teoría a la
práctica, no hay punto de comparación. El fin de semana, en Tijuana, jóvenes
priístas de toda la entidad, en un solo evento, recibieron un curso intensivo
sobre los viejos usos y costumbres priístas. En este caso, sobre casos
prácticos de imposición.
Era un evento de mero proselitismo
partidista. Los jóvenes tricolores, habrían de analizar, el programa nacional
de activismo priísta, a partir del cual desarrollarían sus actividades. Todo
parecía normal, integraron diversas mesas de trabajo.
En el presídium, Christopher James
Barousse, Presidente Nacional de la Red de Jóvenes por México, lo que antes se
denominaba Frente Juvenil Revolucionario,
pero hubo de modernizarse la denominación, para darle un enfoque informático.
También estaba, la diputada
local Miriam Ayón, presidente estatal de dicha organización, Nancy Sánchez Arredondo,
dirigente estatal del PRI y el diputado René Mendívil, coordinador de la
fracción parlamentaria priísta en el Congreso del Estado. Los jóvenes, a su
vez, integraron mesa de trabajo.
Nadie imaginaba que pudiese haber
algún incidente, porque un día habían tenido un convivio social, como “rompe
hielo” y a la vez para celebrar el cumpleaños del líder nacional juvenil.
Cuentan que en el evento
social, estuvieron jóvenes hankistas, castrotrentistas, bustamantistas,
beltronistas y todos aquellos que se
consideran como una corriente priísta independiente. Bajo una advertencia :
juntos, pero no revueltos.
Las dirigencias quedaron
sorprendidas, ver a tantos jóvenes reunidos, tan entusiastas. Parecía que
quedaba de manifiesto, que el castrotrentismo y el hankismo, podría ser
superado. Sin embargo, los dos pasteles que llevaron con motivo del
cumpleaños del líder nacional, decían todo lo contrario.
Había uno, con dos figuras : un
xolo y un elefante. El xolo, representación simbólica del hankismo, por lo de
su equipo de futbol profesional y el elefante, pues así se le identifica a
Mario Madrigal, principal operador político del empresario casinero.
El otro pastel, con una letra “C”,
representativa del castrotrentismo.
Pero, en fin, ambos pasteles
eran mero simbolismo.
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El evento
proselitista del día siguiente, todo indicaba que sería normal, sin ningún
incidente. Empero, súbitamente, se quebró la vajilla.
Cuando el dirigente
nacional de los jóvenes concluía su mensaje, el jóven Julio Alan García Muñoz,
hermano del exdiputado Julio Felipe García, delegado de Profeco, identificado
como castrotrentista, tomó el micrófono, pronunciándose en contra de la
imposición, dentro de sus estructuras, de
dos jóvenes ajenos e incluso rivales del priísmo.
En la primera fila,
frente al presídium, se ubicaron otros jóvenes ensenadenses, quienes de
inmediato sacaron pancartas de protesta por dicha imposición, con leyendas como
“No a la imposición de Miriam Ayón sobre los jóvenes en Ensenada” y “Queremos
respeto a la juventud ensenadense”.
El motivo de la
discordia, lo fue la imposición de Angel Hair López González, a quien
identifican como panista y cercano colaborador
del exprocurador Rommel Moreno Manjarrez, así como Isaías Bertín Sandoval,
ligado al diputado petista Armando Reyes Ledesma, como comisionados en Derechos
Humanos y Gestión Social.
Tratando de “corregir”
la situación, la dirigente estatal del PRI declaró, Nancy Sánchez, dijo que el
PRI vive otros tiempos y que no pasa nada si miembros de otros partidos
participan en otros. Olvidó que constantemente ha criticado a la hankista
Juanita Pérez Floriano, por ser colaboradora de un gobierno panista.
Todo esto es algo
incongruente. Si hubiese ocurrido el 28 de diciembre, pudiesen haber cortado
todo, con la frase “inocente palomita que te dejaste engañar”. O bien,
simplemente aclararles que se trataba de un simulacro, una simple clase
práctica de usos y costumbres partidistas, como parte de su formación política.
Sencillo.
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