Por
: Gilberto LAVENANT
El comentario
del columnista, respecto a escrito del expriísta Amador Rodríguez Lozano, títulado
“La Presidencia bajo ataque”, molestó al político tijuanense. Tanto, que a poco
de la publicación de “Los hombres del sistema”, envió escrito de reclamo.
El
columnista, solicita disculpas al político, porque el trabajo periodístico no
tiene la finalidad de molestar a alguien en lo particular, sino reflexionar
sobre un tema, circunstancia o hecho.
Sin
embargo, entiende el malestar del expriísta, aunque solo se trata de advertir,
puntualizar y observar, que cuando se escribe, las cosas tienen un valor
relativo, por cuanto a la imagen y trayectoria del autor. Y la verdad no peca,
pero incomoda.
Es
interesante y sumamente preocupante, el panorama político prevaleciente en el
país, que describe Amador, en “La Presidencia bajo ataque”. Sobre todo, porque
muchos mexicanos piensan lo mismo, pero no lo dicen. Otros, se desahogan sumándose
a la rebelión silenciosa de las redes sociales, que magnifican las condiciones
de “incendio político nacional”.
Pero, vamos
con el reclamante. Le molesta, que el columnista incurra en imprecisiones,
respecto a su carrera política. Aunque acepta que los errores o imprecisiones
corresponden a la información contenida en los sistemas de consulta disponibles
en internet.
El columnista,
no es biógrafo de nadie. Ni le atañe, el que a determinado político le vaya
bien o le vaya mal.
Lo que sí
es cierto, es que Amador, es un hombre del sistema. Esta expresión “Los hombres
del sistema”, no es denostativa. Para nada. Todos los políticos mexicanos, de
todos los partidos políticos, son “hombres del sistema”.
Amador no
llegó a ser Senador y Diputado Federal, precisamente por su capacidad
profesional o experiencia política. El sistema se lo permitió. Como en su momento,
el sistema ya no le permitió seguir avanzando en su carrera político electoral.
Gracias a
los compas y padrinos políticos, individuos sin grandes virtudes, llegan a
escalar importantísimas carreras políticas. La popularidad, sale sobrando.
Si le sirve
de algo a Amador, en descargo de la supuesta ofensa, debe reconocer, que el
propio Presidente Enrique Peña Nieto, es un hombre del sistema.
Los
errores, fallas, excesos y frivolidades en que ha incurrido, y que le tienen
atrapado en un linchamiento social, es porque eso fue lo que aprendió del
sistema político.
El
problema, es que políticos como Peña Nieto, no han entendido, que el sistema
político mexicano, ya es obsoleto. Que los tiempos cambian.
Las prácticas
y costumbres del sistema político mexicano, que le ganaron el reconocimiento
mundial de “La dictadura perfecta”, ya deben echarse al bote de la basura.
En un
sistema político, distinto al mexicano, los Amadores no llegarían a ser
Senadores o Diputados Federales, ni Peña Nieto, Presidente de la República.
Antes de
avanzar en el tema, cabe observar y recordar al reclamante. Un elemento básico,
para ser político, es no tener piel sensible.
Quienes se meten
o involucran en la política, deben saber que están expuestos a la crítica. A la
sana y a la perversa.
Qué
excelente sería, que los políticos tuviesen una trayectoria impecable. Entonces,
no habría otra, que brindarles reconocimientos.
Sin
embargo, en el sistema político mexicano, todos los políticos tienen “cola que
les pisen”. En el menos peor de los casos, un enorme cúmulo de sospechas. Porque
al final de cuentas, ese es uno de los principales problemas de este sistema
político, la impunidad. En México, todos los políticos son “inocentes”. Unas “blancas
palomitas”. Aunque estén plenamente confesos de sus ilícitos.
El
columnista, se atrevió a comentar el escrito de Amador, titulado “La
Presidencia al ataque”, porque en breves minutos recibió el texto, de parte de
al menos 10 remitentes, aparentemente alarmados. Como quien acaba de escuchar
una voz de alerta : ¡ Se incendia México!
Ante esto,
sí resulta válido, tratar de advertir, que la alarma proviene de un hombre del
sistema. Para que entiendan, que ese tipo de avisos, se deben tomar, conforme a
la calidad de quien los da.
Pero no es
la intención del columnista, polemizar con Amador, si es o no es quien dice ser.
Además, se aclara : el que el columnista refiera antecedentes del expriísta,
quizás imprecisos, como lo obsreva, no le quitan, ni le ponen nada a su imagen
de político. En Baja California, y en otras partes del país, es harto conocido.
Lo realmente
preocupante, es que el sistema político mexicano, está en franca descomposición.
Al grado tal que los mexicanos están por ver y experimentar, un capítulo inédito
del sistema político mexicano, que sería llevar a sentar, a Enrique Peña Nieto,
en el banquillo de los acusados, mínimo, por aparecer como protagonista de un
conflicto de intereses.
Antes, ni
quien cuestionara al Presidente de México. Eso, ya es cosa del pasado.
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