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martes, 11 de marzo de 2014

Palco de Prensa: Los síntomas sociales.



                                      Por : Gilberto LAVENANT

Los doctores lo saben perfectamente, los síntomas, son los efectos que cada persona refleja y que permiten identificar sus males. Esto, aunado a otros instrumentos de gran utilidad, como los análisis clínicos, ultrasonidos, rayos x. Los profesionales de la medicina, no son adivinos, ni brujos.

Puede decirse, que también los males sociales, se muestran y detectan a través de sus síntomas. Las manifestaciones de protesta o reclamo, son parte de esos síntomas, generalmente, que reflejan la problemática social.


Aunque muchas veces, son simplemente parte de los usos y costumbres de la política. Hay grupos sociales que recurren a las manifestaciones, como formas de presión, para obligar a los funcionarios a atenderlos y por lo tanto a resolver sus reclamos, aunque sean improcedentes o infundados.

Para muchos, dizque líderes sociales, este tipo de movimientos, durante años, se convirtieron en jugosos negocios. En ocasiones, maquinados por políticos de primer nivel. Daban instrucciones de invadir grandes superficies de terreno, las que no combatían de manera alguna, y se evitaban procedimientos engorrosos y costosos de expropiación.

Así surgieron enormes asentamientos humanos, muchos de los cuales hoy carecen de servicios públicos elementales. Dicho en otras palabras, fueron problemas creados, porque un alto porcentajes de los invasores, ya se habían convertido en “profesionales” de ese tipo de movimientos. Tenían predios por diversos rumbos de la ciudad.

A la vez, los movimientos maquinados, agudizaban los problemas reales. Se posesionaban de predios de manera irregular, predios que no era factible su venta, precisamente por sus accidentadas condiciones y la falta de servicios básicos.

Junto con los “invasores profesionales”, llegaban familias que realmente requerían de un pedazo de tierra para edificar su vivienda. Lamentablemente, dotarlos de servicios públicos, no solo resultaba carísimo, sino además casi imposible de lograrlo.

En otros casos, los partidos de oposición, también contribuían a crear ese tipo de problemas. Los alentaban, los dirigían y asesoraban, para luego exhibir a los rivales políticos como gobernantes ineptos o insensibles. Dicen, que en política todo se vale.

La cuestión es que las cosas han cambiado. Los recursos públicos, disponibles, cada día son menos, y en la misma forma cada día son menos las posibilidades de dar respuesta a los reclamos sociales. Las arcas públicas, están vacías.

Los programas de gobierno, son mero formulismo, pues ya ni siquiera con tierra se tapan los baches. Los elementos de seguridad pública, son casi inexistentes, el desempleo, la pobreza extrema, acentúan la delincuencia y la inseguridad.

Al paso que va la sociedad actual, las instituciones de gobierno serán mero simbolismo. Una figura decorativa. Una mera representación oficial. Una oficina para realizar trámites, pero que no atiende, ni mucho menos resuelve reclamos sociales.

Los cinco ayuntamientos de Baja California, “andan a la quinta pregunta”. Apenas si cubren sus “costos de operación”. El fin de semana se dió una noticia, presuntamente sensacional. El gobierno del Estado, dicen, logró que la Secretaría  de Hacienda y Crédito Público, adelantara participaciones federales a los municipios.

Las participaciones, como se indica, son la parte que corresponde a los gobiernos locales, del total de recursos federales que se captan en la entidad, en cuya captación los municipios juegan un papel sumamente importante, a través de los convenios de coordinación fiscal.

El reparto fue el siguiente : Mexicali 29 millones, Tijuana 50 millones, Ensenada 15 millones, Tecate 4 millones y Playas de Rosarito 4 millones. Como darles un “mejoralito”, para una horrible migraña o un “curita” para tratar de cubrir una herida profunda.

La problemática social, está en un punto sumamente grave. Las pésimas administraciones municipales, que llevaron a vaciar las arcas y a contraer deudas que ya casi son impagables, incluyendo las del gobierno estatal, vislumbran condiciones de riesgo de estallido social en los próximos años.

Pero los gobernantes no lo entienden, piensan que con simples discursos van a atajar los reclamos. El hambre, no se calma con meros rollos políticos. Los empleos, no se crean como por arte de mágia. Los delitos, no se abaten, con la supuesta coordinación policiaca.

De paso, los dizque líderes sociales, insisten en arrancar respuestas a sus reclamos, mediante simples presiones, allanamientos de oficinas públicas o marchas callejeras, como en los tiempos de bonanza.

Pero, como dicen, los políticos, “ven la tormenta y no se hincan”. Apenas se acercan las fechas de los procesos electorales, y surgen a montones aquellos dispuestos a “sacrificarse” ¿Y cómo no? si de acuerdo a los dichos de los hermanos Ledezma, los ingresos ilícitos en el gobierno municipal de Tijuana son de aproximadamente 80 millones de dólares.

Si todos cumplieran su parte, gobernantes y ciudadanos. Si la corrupción se erradicara y se contratara como funcionarios, solo a individuos honestos y capaces. Pero el sólo imaginarlo, resulta una mera ilusión.

Lo que hoy son simples síntomas de los males sociales, pronto brotarán como un caudal incontrolable, que arrasará con todo. Lamentablemente.

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