Por : Gilberto LAVENANT
Cuando se
habla de corrupción en la administración pública, la idea general es de que se
trata de casos de robo descarado, de dinero o bienes materiales propiedad del
gobierno. No es así, hay tantas formas o modalidades de actos de corrupción,
algunos de ellos que parecen pasar desapercibidos, pero que implican un daño
patrimonial a las instituciones gubernamentales, en beneficio de particulares.
El simple
hecho de permitir, por aparente negligencia o descuido, que particulares hagan
uso de bienes públicos, sin pagar una renta por ello, o bien pagar una “renta
simbólica”, consistente en cantidades irrisorias o ridículas, también es
corrupción.
Se
necesita que el funcionario que haya incurrido en tales actos, sea demasiado
ingenuo o exageradamente tonto, para suponer o creer que no hubo en dicha persona,
temeridad o mala fé. Una u otra cosa, deberían ser motivo suficiente para su
destitución fulminante, al quedar al descubierto tales irregularidades.
Aunque
también habría qué observar, que cuando se trata de funcionarios de nivel
menor, la mayoría de las veces simplemente obedecen instrucciones, órdenes o
consignas del jefe superior y éste a su vez del jefe de jefes, o sea del
Alcalde, si se trata de bienes municipales o del Gobernador del Estado, siendo
del nivel estatal.
Tales
observaciones, son a propósito de una información que circuló el día de ayer.
Resulta que en la primera sesión de la Junta de Gobierno del SIMPATT, Sistema Municipal
de Parques Temáticos, del XXI Ayuntamiento, a propuesta del Regidor Felipe
Ledezma Gil, Presidente de la Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo
Sustentable, se rechazó el continuar rentando una superficie de 4 mil metros
cuadrados, del Parque Morelos, a la empresa denominada Centro de Estudios
Superiores de la Frontera, A.C., que opera el centro de estudios superiores
conocido como Unifront, y que utilizaba como estacionamiento de automóviles de
su personal y alumnado.
Con dicha
medida, se logró rescatar esa importante superficie, a fin de que el Parque
Morelos pueda disponer de mayor espacio recreativo para fomentar el deporte y
el sano esparcimiento de los tijuanenses. La fracción de terreno en mención, del
Parque Morelos, uno de las pocas zonas verdes de la ciudad, colinda con la
Avenida Bernardo O´higgins, también conocida como Benton, esquina con el Boulevard
Insurgentes.
Sin
embargo, el caso es que desde el 1 de agosto del 2006, Unifront disponía de esa
superficie, en base a un contrato de arrendamiento, pero por la “generosidad”
de los responsables del Parque Morelos, dispuso de otros 4 mil metros cuadrados,
de forma tal que al determinar el dejar de prorrogar esa relación contractual,
se recuperan en total 8 mil metros cuadrados. 4 mil, respecto de los cuales
pagaba renta y otros 4 mil, que utilizaba gratuitamente. Ello implica un daño
patrimonial, al menos por el monto de la renta correspondiente.
Sin
embargo, lo más grave, en esta relación de arrendamiento, que ya de por sí es
grave que una superficie importante de terreno, cuyo destino es la recreación y
descanso de los tijuanenses, se utilice como estacionamiento de vehículos de
una empresa privada, es el monto de la renta. Algo no solamente ridículo, sino
grosero.
De
acuerdo a la Cláusula Quinta del contrato de arrendamiento, relativo a los 4
mil metros cuadrados, suscrito el día 2 de enero del 2013, por la Lic. Verónica
Judith Corona González, entonces Directora del Sistema Municipal de Parques
Temáticos, el llamado Simpatt, y el Profr. Humberto Gutiérrez Apodaca,
Presidente de la Mesa Directiva de Unifront, el monto de la renta a pagar sería
de 44 mil pesos semestrales. En serio, no es broma. El columnista obtuvo una
copia de dicho contrato.
Cabe
observar que en la Cláusula Sexta, se indica que : “UNIFRONT se obliga a cobrar
a sus usuarios la cantidad de $550.00 pesos (Quinientos Cincuenta Pesos 00/100
Moneda Nacional) por automóvil de manera semestral, con participación mínima de
200 automóviles (equivale a $ 110,000.00 Pesos) dicha cantidad se compromete a
entregarla a “EL SIMPATT”. No se señala el concepto, pero pudiese considerarse
como compensación o complemento de la renta.
Los 44 mil
pesos semestrales, aproximadamente 3,384.61 dólares, a razón de 13 pesos por
cada dólar, por una superficie de 4 mil metros cuadrados –los otros 4 mil son
de gorra- implican una renta mensual de solamente 7,333.33 pesos, o sea 564.10
dólares. Los señores de Unifront, han de haber estado felices por esa “ganga”.
Un terreno amplísimo, casi gratis, para el estacionamiento de vehículos de
empleados y alumnos, que debieron haber previsto y reservado de la superficie
que adquirieron para construir su plantel. ¡Qué chulada!
Incluso,
no se explica, aunque se sospecha, cómo es que les autorizaron la construcción
de sus edificios, a sabiendas de que sería una universidad, si no contaban con
área de estacionamiento. Esa autorización, también es un acto de corrupción.
Evidente.
Los 4 mil
metros cuadrados, son una superficie enorme, aunque la renta, estimada
mensualmente, es irrisoria, solamente 7,333.33 pesos, o sea 564.10 dólares. Pues
más irrisoria aún, es observar cuál es el monto de la renta mensual de cada 1
mil metros cuadrados. Solamente 1 mil 833.33 pesos, o sea 141 dólares. Mucho
menos que lo que costaría recibir en arrendamiento un predio de 200.00 metros
cuadrados. Aquí cabría aclarar, que esa renta mensual no es propiamente
irrisoria, sino grosera, descarada.
¿Qué raro
que ni la entonces Síndico, Yolanda Enríquez, ni el propio Alcalde Carlos
Bustamante, se hayan percatado de esto? ¿O serían ellos quienes dieron el visto
bueno? Si alguien duda de que esto es corrupción, que digan : ¿cómo desean
llamar a estas pillerías?
Y conste,
pretendían renovar el contrato. Qué cinismo.
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