Por : Gilberto LAVENANT
A tres días de concluir su gestión, el aún Gobernador José Guadalupe Osuna Millán, parece el blanco favorito de muchos, al grado de que ya no siente lo duro, sino lo tupido. En pocas palabras, el “esplendor” de su administración, se ha opacado ante una serie de señalamientos.
En base a estadísticas y números oficiales, sobre cuestiones económicas y sociales, se ha puesto de manifiesto que Osuna Millán, dejó un panorama bastante delicado a su sucesor Kiko Vega, que implica cierre de empresas, desempleo y una cuantiosa deuda pública.
Por si fuese poco, el día de ayer, en las columnas de los periódicos Healy, Frontera y La Crónica, se establece el supuesto de que Osuna Millán ha sido favorecido por el Rector de la UABC, Felipe Cuamea Velázquez, para que realice negocios dentro de los terrenos universitarios.
Por lo que respecta a la edición de Frontera, en la Columna Agua Caliente, de Vigía y Cía, bajo el encabezado “Favorecedor” y a manera de subtítulo : “Hace negocios con la UABC”, se hace mención de este asunto. El columnista se permite transcribir el texto de dicha columna :
“Poco a poco cobra más fuerza entre la comunidad universitaria, que la mayoría de las cafeterías de la UABC, la del campus Otay y la de Valle de Las palmas, fueron concesionadas a la hermana del Gobernador José Guadalupe Osuna Millán, de nombre Nora Osuna Millán”.
“Dicen que familiares de Nora Millán y del Gober tienen mano no solo en la venta de alimentos sino también la renta de locales de la cafetería a conocidas franquicias hamburgueseras, gracias al apoyo del exrector de la UABC, Alejandro Mungaray Lagarda, quien se vió beneficiado gracias a esto con la Secretaría de Desarrollo Económico por varios años, a pesar de llevarse mal con los empresarios”.
“Por cierto, la misma comunidad universitaria se queja de que los precios son como los que dan en los aeropuertos del país, muy caros y obedece a que las rentas son muy caras para los prestadores de servicios de comida y café en los campus de la UABC”.
“Además, por si fuera poco, si algún estudiante para ayudarse trata de vender algo entre sus compañeros, es severamente sancionado, pues según autoridades de la UABC le hacen competencia desleal a los negocios de la cafetería que pagan el “derecho de piso”.
“Tal y como dice el mismo Gober con su frase sinaloense a unos días de que se le “acabe el agua al bule” de su gobierno, siguen saliendo cosas que sorprenden a los bajacalifornianos, cuestión de rascarle un poquito a la administración del oriundo del pueblo cirulero de Agua Caliente de Gárate, de la Sindicatura de Villa Unión, Sinaloa, José Guadalupe Osuna Millán”.
La publicación, causó enorme impacto en toda la entidad, porque de ser cierta dicha versión, surge la sospecha de que dichas negociaciones, al interior de los terrenos universitarios, no son a cargo y en beneficio de Doña Nora, sino del propio Gobernador.
Es algo común, o una costumbre, que cuando algún político hace negocios particulares, recurre a familiares, para no aparezca su nombre. Imaginen nada más que se confirme que Osuna Millán usufructúa instalaciones universitarias, nadie creería que lo hace por su ingenio emprendedor, sino por el peso de su cargo.
Porque no es ilícito el ostentar la concesión de cafeterías o expendios de alimentos al interior de los campus universitarios, incluso la facultad para arrendar o subarrendar locales comerciales, pero supone al menos una acción inmoral, si para ello, el todavía Gobernador, usó sus influencias.
La referencia generó controversias, en medio de las cuales no solamente aparece José Guadalupe, sino también el rector Felipe Cuamea Velázquez y el exrector Alejandro Mungaray Lagarda. Unos tratan de minimizar el asunto y lo consideran como negociaciones sanas, limpias, y otros lo destacan como un asunto, pecaminoso, que debe ser investigado y aclarado.
Aunque funciona blindada, bajo los argumentos de la “autonomía universitaria”, la Universidad Autónoma de Baja California es una institución pública, no privada, y todo lo que se realice en su interior, y que implique un lucro, debe manejarse con toda claridad y con la rigurosa aplicación de las leyes correspondientes.
Aún en el caso de que, considerando a Nora Osuna Millán, como mera prestanombre de su hermano el Gobernador, y el otorgamiento de la concesión para explotar cafeterías universitarias, se haya efectuado mediante licitación formal, difícil sería que hubiese rival con mayores ventajas que el político panista.
Ayer mismo, el columnista recibió varias observaciones de parte de críticos del Rector de la UABC, señalando la versión como constancia de corrupción en el gobierno universitario. Otros observan que lo ideal y recomendable sería que Cuamea Velázquez dé la cara, aclare y acredite que lo publicado por los Periódicos Healy, son simples calumnias.
Sin embargo, aunque la publicación no es una acusación formal, se dá como un hecho que el Rector, guardará silencio, pese al dicho aquel de que “el que calla, otorga”.
Una voz crítica afirma que : “Todos los universitarios le agradeceríamos mucho que hablara, que demostrara que es una falsedad, que no hay corrupción en esa área del gobierno universitario”. La simple duda ofende.
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