Por : Gilberto LAVENANT
Las observaciones del columnista, hechas el pasado lunes 28, del mes en curso, bajo el título : “Del plato a la boca…”, causó malestar en algunas personas de “piel sensible”, que les incomoda el simple hecho de comentar la posibilidad de que el panista Kiko Vega no llegue a asumir la gubernatura el próximo viernes. Puede ocurrir, y no se acabaría el mundo.
Obviamente no recuerdan que José Guadalupe Osuna Millán, en el 2007, también estuvo a punto de quedarse en la raya, aunque en condiciones menos difíciles que Kiko. Días antes de asumir la gubernatura, envalentonado, advirtió que si el Trife anulara las elecciones en que resultó ganador, ante Jorge Hank Rhon, volvería a ganar.
Deben reconocer y aceptar, que el riesgo de la anulación de las elecciones para la gubernatura de Baja California, en las que supuestamente el panista Vega de la Madrid ganó la gubernatura al priísta Castro trenti y a Felipe Ruanova Zárate, por el MC, es real, persiste.
Es más, debe decirse que aunque ya está anunciada la toma de posesión de Kiko, pues la autoridad electoral calificó los comicios y le entregó constancia de mayoría, dichos actos fueron impugnados precisamente por Ruanova y el asunto está en manos del Trife, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que hoy a partir de las 11:00 horas, tiempo de la Ciudad de México, celebrará pleno para emitir la correspondiente resolución.
El Trife, puede decidir hoy si desecha la impugnación del excandidato del MC o si decreta la nulidad de la elección. De tomarse la primera opción, no pasará nada y Kiko podrá seguir con su programa y tomar posesión el próximo viernes. De ser la segunda, la de la nulidad, la resolución incluirá el girar instrucciones para que la Legislatura de Baja California, designe a un Gobernador sustituto, quien tendrá la responsabilidad de convocar a nuevas elecciones dentro de los próximos seis meses.
Esto no es cosa de otro mundo. Los magistrados del Tribunal Electoral Federal, están sumamente preocupados por el contenido de la impugnación de Ruanova y las pruebas aportadas. Coinciden en que por menos que lo ocurrido en Baja California, se han anulado comicios estatales en otras entidades.
El 30 de Octubre del 2003, por ejemplo, con el voto de cuatro magistrados a favor y tres en contra, el Trife anuló la elección de Gobernador en Colima. La mayoría de los magistrados, refieren las crónicas respecto a tal hecho, llegó a la conclusión de que el entonces Gobernador Fernando Moreno Peña, violó la ley electoral al intervenir en los comicios colimenses, a favor del candidato priísta Gustavo Alberto Vásquez Montes.
Se confirmó, y se hizo constar, que el gobernante infringió el artículo 59 de la Constitución local, que prohíbe al mandatario estatal involucrarse de manera directa o indirecta en la elección, hechos estos que se sancionan con la anulación del proceso.
En el caso de Baja California, el Gobernador Osuna Millán juró que no metería las manos en el proceso electoral, pero metió las manos, los brazos, los pies. Todo. Fue acusado formalmente ante la Fepade, Fiscalía Especializada en Delitos Electorales, de haber desviado más de 1 mil 500 millones de pesos, para la campaña de Kiko. El Tribunal Electoral Federal, tiene ya las constancias correspondientes.
Volviendo al caso de Colima, el candidato del PRI había ganado la contienda con una ventaja de 14 mil 815 votos sobre el candidato panista. El priísta estaba listo para tomar posesión, pero, como suele ocurrir, “del plato a la boca se le cae la sopa”, el Trife anuló las elecciones, al considerar que el Gobernador Moreno Peña, incurrió en graves irregularidades, que impidieron la realización de un proceso electoral en condiciones democráticas y equitativas.
Las faltas del gobernante, consistieron, entre otras, en hacer declaraciones recurrentes en detrimento de los candidatos de oposición, realizar campañas del gobierno, antes y durante las elecciones, intervenir en los mítines de su partido, detenciones por parte de las autoridades del Estado, sin justificación alguna, el día de las elecciones, y el establecimiento de retenes de la Policía Judicial en todo el Estado. Cualquier parecido con lo ocurrido en Baja California en los comicios del pasado 7 de julio, es mera coincidencia.
Decía el columnista, que el viernes 1 de noviembre, será la toma de posesión del panista Francisco Vega, como Gobernador de Baja California. Que aparentemente, sólo en apariencia, no hay nada que pueda evitarlo. Pero, señalaba : ¿recuerdan el dicho aquel que advierte que : del plato a la boca, se cae la sopa o el que indica, que del dicho al hecho, hay mucho trecho ? Observaba que en estos siguientes días, todo puede ocurrir.
Advertía que el Tribunal Federal Electoral, puede resolver, en estos días, la impugnación hecha valer por el excandidato a la gubernatura por el Movimiento Ciudadano, Felipe Ruanova, cuya resolución podría implicar la anulación del proceso electoral y que entonces Kiko se quede, como las novias de rancho : vestido y alborotado.
El sábado 20 de julio, Ruanova impugnó los resultados de las elecciones, ante el IEPBC. La impugnación fue turnada al Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado, el cuál, en sesión del 28 de agosto, declaró improcedente la inconformidad, confirmando la validez de las elecciones, y por lo tanto el supuesto triunfo del panista, según Expediente RR-134/2013.
Ruanova, también impugnó la resolución del tribunal electoral local y ahora está en manos del Trife, donde se abrió el Expediente SUP-JRC-121/2013. Hoy por la mañana, habrá de ponerse a votación la sentencia. La disyuntiva está en el aire : confirma o anula.
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