Palco de Prensa
Por : Gilberto LAVENANT
La palabra garlito, no es de uso común. En
sí, es una especie de red, en la que quedan atrapados los peces, sin que puedan
volver a salir. Es pues, una trampa. Por eso la advertencia : hay que tener
cuidado, para no caer en el garlito.
En el asunto del transporte público, en la
zona costa de Baja California, el Gobernador José Guadalupe Osuna Millán, ha
tendido una red, o garlito, para endilgar a los bajacalifornianos, residentes
de Tijuana, Playas de Rosarito y Tecate, un sistema de transporte,
supuestamente moderno, pero que a los autores del proyecto, les redituará,
magníficas ganancias. Incluso a él mismo.
Ya es sabido, que, asumiendo una facultad
que no le corresponde, y sin tomar en cuenta para nada el parecer de los
Alcaldes de Tijuana, Playas de Rosarito y Tecate, otorgó 3 concesiones de
transporte intermunicipal, a igual número de empresas, ignorando por completo a
cientos de transportistas, que con dichas concesiones serán desplazados.
Esto de la concesiones se supo, no porque
Osuna Millán, haya puesto en práctica su campaña mediática, esa de ¡Abre los
ojos! sino simple y sencillamente, porque tratándose de un servicio público,
tuvo que publicarlas en el Periódico Oficial del Estado, el 3 de mayo del año
en curso.
Las “ganonas”, en este asunto, y que
lógicamente pagaron cuantiosas cantidades de dinero, aunque oficialmente se
diga lo contrario, fueron Transporte Metropolitano de Tijuana, S.A. de C.V.,
con 117 autobuses, más 23 de reserva, Transportes Urbanos y Suburbanos Calafia
de Baja California, S.A. de C.V., con 35 autobuses, más 7 de reserva, y
Transportes Integrales de Baja California, S.A. de C.V., con 43 autobuses, más 9 de reserva.
En total, 195 autobuses, más 39 de reserva,
por 20 años, sin tener que negociar con las futuras administraciones, tanto
estatales, como municipales. El columnista apuntaba, en días pasados, que no se
necesita ser muy inteligente, para adivinar o intuir, que los concesionarios
pagaron sumas millonarias para lograr este negociazo. Que el permiso para
operar un taxi, tiene un costo de aproximádamente 10 mil dólares. Que el costo,
no oficial, por supuesto, de estas concesiones, es algo así como 3 millones de
dólares, como mínimo.
Magníficos recursos para financiar las
campañas de los candidatos de la Alianza Unidos por Baja California, o incluso
como “jubilación” para el propio Osuna Millán, al quedar desempleado luego de
concluir su gestión administrativa.
Cabe observar que en el considerando II de
las concesiones, pretende justificar el otorgamiento de las mismas, indicando
que el Gobernador del Estado, es autoridad en materia de transporte público y
se encuentra facultado para establecer sistemas o autorizar rutas, itinerarios
y tarifas y expedir los permisos y concesiones respecto del transporte público
intermunicipal, dentro del territorio del Estado, “cuando no existan convenios
relativos a la prestación del servicio público del transporte entre Municipios
conurbados”.
Así mismo, en el considerando III, afirma,
que al no existir convenio específico relativo a la prestación del servicio
público del transporte entre los municipios conurbados de Tijuana y Playas de
Rosarito, para que de manera directa presten el servicio de transporte
público intemunicipal, “el Gobernador
del estado es la autoridad facultada para resolver la solicitud” de concesión
presentada por cada una de las citadas tres empresas.
Esto es falso, pues el 8 de noviembre del
2011, los alcaldes de Tijuana, Playas de Rosarito y Tecate, suscribieron un convenio de asociación de
municipios, precisamente para atender y resolver asuntos que atañen a dichos
municipios, entre estos los relativos al Sistema Vial Metropolitano y el
Transporte. El columnista tiene copia de dicho convenio.
En cuanto al Sistema Vial Metropolitano, los
Alcaldes convinieron en elaborar planes y proyectos de vialidades e
infraestructura regional, que interconecte las ciudades y a los Municipios
integrantes, incluyendo los asuntos que beneficien en materia de mantenimiento
de estas vialidades.
En cuanto al transporte, convinieron en
planear y proponer acuerdos técnicos en el sistema de rutas que integran la
zona metropolitana, vigilancia y control, en beneficio del usuario. Gestionar
recursos y proponer a los Ayuntamientos alternativas de mejoras.
Por lo tanto, Osuna Millán no solamente
mintió, al aseverar que no había convenio en materia de transporte, entre los
municipios conurbados, sino que asumió facultades que no le corresponden. Es
más, ni siquiera tuvo la atención de comentar sus intenciones, con los Alcaldes
de Tijuana, Playas de Rosarito y Tecate. Actuó como virrey de Baja California.
Pero hay más detalles, graves, en torno a
este asunto. Las rutas concesionadas por Osuna Millán, están empalmadas en el
trazo de la Ruta Troncal Número Uno, que tanto ha pregonado el Alcalde Carlos
Bustamante, respecto de la cual el pasado 28 de enero dió a conocer que tendrá
una inversión inicial de mil 600 millones de pesos, de los cuales Banobras
aportó 482 millones de pesos a fondo perdido, el Ayuntamiento de Tijuana
invertirá una cantidad similar y el resto lo aportará la iniciativa privada.
Gracias a Osuna Millán, a su soberbia y su
avaricia, todos esos recursos, destinados para la modernización del transporte
público, se irán al bote de la basura.
Y aún hay más. Supuestamente ante la protesta
de los transportistas agraviados, y también en un aparente acto de
rectificación de sus actos, Osuna Millán canceló dichas concesiones, lo que se
publicó en el Periódico oficial del Estado del 10 de mayo, 7 días después de
otorgarlas. En apariencia “muerto el perro, se acabó la rabia”. Pero no es así,
Osuna Millán no puede cancelarlas de manera unilateral. Más bien lo hizo para
que los concesionarios, recurran al amparo, a fin de que las concesiones queden
firmes.
Ese es el garlito de Osuna Millán. ¡Abran
los ojos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario