Por : Gilberto LAVENANT
Aunque, para algunos, puede resultar peyorativo, o sea despectivo, al Secretario de Seguridad Pública Municipal de Tijuana, Alejandro Lares Valladares, la “tropa” de la corporación lo identifica como “el camillero”. Por su formación en los servicios de emergencia de la Cruz Roja.
Es el jefe máximo de la policía municipal, pero sus subordinados, no lo consideran policía. Estiman que no tiene formación policiaca y que si bien es cierto que formaba parte de la corporación, cuando el Alcalde Jorge Astiazarán Orcí decidió designarlo como titular de la Secretaria de Seguridad Pública Municipal de Tijuana, casi fue por mero accidente.
Algo así como estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado. Se trataba de encontrar a alguien que fuese parte de la corporación, pero que no estuviese “maleado”. Era el oficial de enlace. Dominio del idioma inglés y excelentes relaciones con las autoridades policiacas del sur de California. Parecía estar a la medida de las necesidades.
Pero, dicen que nadie es perfecto, irónica o absurdamente, el nuevo Secretario de Seguridad Pública Municipal de Tijuana, no tiene formación policiaca. Quizás nunca ha portado una arma. Lo suyo, es la salud, no la seguridad pública. Su uniforme habitual es de color blanco, no el de “militar” que le heredó su antecesor, Alberto Capella.
Seguramente Alejandro nunca aspiró a tal cargo, pues su perfil y formación, es en el ramo de la medicina. Al igual que Astiazarán, gran parte de su jóven vida –apenas tiene 36 años- la pasó en la Cruz Roja. Por eso le identifican como “El camillero”.
Lares nació el 28 de noviembre de 1978, en la Ciudad de México, Distrito Federal. En su curriculum, dado a conocer el 25 de noviembre del 2013, a unos días del inicio de la gestión del XXI Ayuntamiento, se indica que estaba cursando la carrera de médico cirujano, en la Universidad Xochicalco, aquí en Tijuana.
Bueno, también cursó la Licenciatura en Derecho, en Univer, así como una especialidad en criminalística, en la misma institución universitaria, pero tal vez ni siquiera sabe en donde se encuentran los tribunales civiles o penales.
Así mismo, se anota que cursó un diplomado en alta dirección en el Cetys Universidad, otro en Justicia Criminal en una Universidad de Virginia y acudió a la Academia nacional del FBI, también Virginia. No se explica esto último, pero parece ser lo más cercano al ámbito policiaco.
Es importante analizar todo esto, para saber en manos de quien está la responsabilidad de la seguridad pública de los tijuanenses y que, por lo visto, no son precisamente las mejores. No porque sea un mal elemento, sino porque no es el idóneo para tener a su mando una corporación policiaca como la de Tijuana, una ciudad con alta incidencia delictiva.
Veamos su experiencia profesional. De 1993 a 1996, fue tramitador en la Agencia Aduanal Lares. Luego, de 1996 a 2006, se desempeñó como técnico en urgencias médicas, en la Cruz Roja de Tijuana.
Posteriormente, de 2006 a 2013, fue instructor de capacitación en la Escuela de Técnicas en Urgencias Médicas, en la Cruz Roja. No se indica a partir de cuándo fue designado oficial de enlace, en la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, pero, propiamente dicho, nunca ha sido policía. Aunque ahora sea el jefe.
Así es que “no se puede pedir peras al olmo”. El flamante Secretario de Seguridad Pública Municipal, apenas está conociendo, realmente, la corporación. Para “la tropa”, es casi un extraño. Por eso le identifican como “el camillero”.
Tal vez por ello, durante los primeros meses de su gestión, fue notorio su enfrentamiento con Reyes Montilla López, Director General de Policía y Tránsito Municipal. Este último, se resistía a aceptar, que alguien que no es policía, fuese su jefe. Que alguien que no conoce la función policiaca, le dijera lo que tenía qué hacer.
Lares tuvo que hablar con el Alcalde Astiazarán, para pedirle que le indicara a Montilla, que dejara de llevarle las contras. Que le permitiera desempeñarse como titular de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, sin tratar de opacarlo o ponerlo en mal. El relajamiento era casi general, al interior de la corporación.
Bajo tales condiciones, y con un personaje como Lares Valladares, no se puede esperar, que la seguridad pública municipal, sea realmente eficiente. La Secretaría de Seguridad Pública Municipal, no es una institución meramente administrativa, en donde se pueda llegar a aprender.
Definitivamente, la formación policiaca y la experiencia del titular, son esenciales o fundamentales para su buen funcionamiento. No habiendo, ni una cosa, ni la otra, se explican las fallas, que se reflejan en actos de indisciplina, abusos y corrupción.
Aunque parezca una exageración, imaginen que, por lazos de amistad con el Alcalde Astiazarán, a Reyes Montilla López, lo hayan designado jefe de urgencias de la Cruz Roja. Sería el caos. El ejemplo es válido, en el caso de “El camillero”, como jefe policiaco.
Para colmo de males, no obstante su nula formación y experiencia, en materia de seguridad pública, Lares Valladares, ya se siente policía. Tal vez parezca policía, casi “general”, por el uniforme, pero tal vez ni las claves de comunicación se ha aprendido.
En justicia, habría qué precisar, que “no tiene la culpa el indio, sino quien lo hace compadre”. Como dirían los religiosos : “que Dios nos agarre confesados”.
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