Por : Gilberto LAVENANT
El pasado 28 de febrero, hace ya
casi dos meses, el Alcalde Jorge Astiazarán Orcí, provocó un escándalo político,
al revelar que desde el día en que tomó posesión, estaba siendo hostigado,
acosado y extorsionado, por los hermanos Ledezma Romo, o sea el Síndico
Procurador, Arturo, y el empresario de las carteleras publicitarias, Miguel,
señalando, entre otras cosas, que le exigían el 50% de los ingresos ilegales del
gobierno local.
Muchos pensaron que, siendo esto
tan delicado, en los siguientes días el edil acudiría a la agencia del
ministerio público del fuero común, a hacer la denuncia correspondiente. Sin
embargo, no fue así. Parece ser que, luego del encontronazo, las partes
involucradas, dejaron dejar todo por la paz. Sin embargo, olvidaron que este no
es un asunto entre particulares, que se pueda dejar en un simple : “usted
disculpe”, sino entre funcionarios públicos, que deben rendir cuentas de sus
actos a la ciudadanía que gobiernan.
En vano fueron los intentos de
los periodistas, por saber cuándo y cómo, Astiazarán formalizaría lo denunciado
verbalmente. Incluso, días después, como tratando de aclarar que “no se echaba
para atrás”, el Alcalde dijo tajante : “lo digo y lo sostengo”.
Pero cuando le reclamaron lo de
formalizar la denuncia, simplemente dijo que los presuntos delitos que se
pudiesen configurar, a partir de sus señalamientos, deberían ser investigados
de oficio, o sea sin necesidad de escrito alguno. Representantes de la PGJE de
inmediato respondieron que no era cierto, que había intereses de carácter
personal y que requerían que el edil acudiera a denunciarlos.
Total, no pasó nada. Quedaban en
el aire dos cosas, sumamente serias. Que la corrupción en el gobierno
municipal, es tan enorme, que produce ingresos ilegales por 80 millones de
dólares. El Alcalde dijo que sabía de ese tema, pero que pensaba que era puro
cuento. “Ahora sé que es una realidad”, comentó.
El otro punto grave, es que
hubiese un presunto chantaje o extorsión, de parte del Síndico Procurador, Arturo
Ledezma Romo, -junto con su hermano Miguel- encargado de velar por el buen uso
y destino de los recursos públicos. Y era más que un absurdo, que fuese el
promotor de la corrupción, para que le atendieran sus exigencias.
Y conste, a quienes se enteraron
de lo declarado por Astiazarán, no les quedó duda alguna, respecto a que dijo
la verdad. Ni modo que ahora salgan con que sufre desvaríos, alucinaciones o
desviaciones. Gravísimo sería que un Alcalde tuviese ese tipo de desiquilibrios
mentales.
Caló tanto esta situación al
interior del Palacio Municipal, que el Cabildo en pleno decidió integrar una
Comisión Especial de Investigación, designando como Secretario Técnico de la
misma, al Regidor Héctor Riveros. El tiempo ha demostrado, que no se trataba de
investigar, para aclarar, sino de enredar, para confundir y diluir.
Al ver que pasaban los días y que
nadie acudía a las instancias legales correspondientes, fue un tercero, ajeno a
este escándalo político, quien acudió al Ministerio Público a hacer la denuncia
correspondiente.
La denuncia fue formulada el
pasado 14 de marzo, por el C.P. Alberto Escourido Moreno, Presidente de 100 por
Tijuana, A.C., siendo registrada, como acta circunstanciada 750/14/211/ac, y
luego se abrió la averiguación previa 67/14/204/AP.
La instancia investigadora, le
negó al denunciante acceso al expediente de la indagatoria e incluso le
rechazaron cualquier probanza que pretendiera aportar, para enriquecer o
abundar la denuncia, argumentando que ya tienen todo, ejemplares de periódicos
donde se publicaron las notas alusivas a las declaraciones de Astiazarán e
incluso videos. Se desconocen las actuaciones.
El tema del escándalo político,
entre Astiazarán y el Síndico Ledezma Romo, y el reclamo de que se investiguen
y aclaren los hechos, y que se proceda en consecuencia, ha generado un enorme
interés, entre dirigentes e integrantes de múltiples organizaciones políticas y
sociales de Tijuana.
Y es que no es para menos. Hablar
de ingresos ilegales de 80 millones de dólares, hace presumir un alto grado de
corrupción en el gobierno municipal.
Ese interés está dando lugar a la
formación de un Bloque Ciudadano, para llevar este asunto, hasta sus últimas
consecuencias. Se habla de la participación de dirigentes e integrantes de
organizaciones como Grupo 100 por Tijuana, A.C., Unidos por Tijuana. Cien años
de Esfuerzo, A.C., Colegio de Profesionales
y Estudiosos del Derecho, A.C., Colegio de Economistas, Foro Cívico Tijuanense,
Ciudadanos por el Derecho de la Ciudad, A.C., Asociación de Descendientes de los
Defensores de la B.C. 1911, A.C., Colegio de Jóvenes Abogados de Tijuana, A.C.,
Asociación de Colonos de Playas de Tijuana, Asociación de Colonos de Camino
Verde y Tijuana Activa, A.C., entre otras.
Ya tuvieron una primera reunión.
Este día, miércoles 23 de abril, a partir de las 19:00, será la segunda reunión
de este Bloque Ciudadano en formación. La cita es en conocido restaurant,
ubicado sobre el Boulevard Agua Caliente, en contra esquina del terreno en
donde se ubicaba el Toreo de Tijuana. El del muchacho grandote.
Ahí, se dará a conocer, el
informe de la Comisión de Seguimiento de la Denuncia presentada ante la
procuraduría de Justicia, contra quien resulte responsable, por la presunta
comisión del delito de extorsión en grado de tentativa. De manera especial, se
dará oportunidad al columnista, Gilberto Lavenant, autor de Palco de prensa,
para que les exponga el polémico tema sobre el absurdo arrendamiento de las
luminarias de Tijuana. Cuando los ciudadanos se unen, se logran grandes cosas.
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