Por : Gilberto LAVENANT
Emulando al Gobernador Kiko Vega,
el XXI Ayuntamiento de Tijuana, que encabeza el Dr. Jorge Astiazarán Orcí, está
poniendo en marcha un programa, denominado “Borrón y cuenta nueva”. Bueno, no
es para los mismos fines, ni se ha recurrido a campañas mediáticas para darlo a
conocer abiertamente, sino todo lo contrario. Sin embargo, hay claras
evidencias de ello.
El programa del gobernador
panista, en cumplimiento a una promesa de campaña, fue para alentar a los
usuarios del servicio de agua, eliminándoles los adeudos acumulados, a fin de
que se pongan al corriente, a partir de un convenio con los organismos
administradores del servicio de agua por tubería.
El programa “Borrón y cuenta
nueva” del XXI Ayuntamiento, no es para alentar a los contribuyentes del impuesto
predial, o algo parecido. Para Nada. Se trata de hacer, como que el empresario
priísta, Carlos Bustamante Anchondo, no cometió “pecado” alguno, en su gestión.
Cualquiera podría decir, que ya
hubo negociación, algunos le llaman tranza, entre el actual Alcalde y su antecesor,
en la que también participó el Síndico Procurador, Arturo Ledezma Romo, para
olvidar las múltiples irregularidades en que se incurrió durante la gestión del
XX Ayuntamiento.
A 5 meses de iniciada la gestión
del XXI Ayuntamiento, que se sepa, no se ha hecho nada, para fincar
responsabilidades a los funcionarios del gobierno encabezado por Bustamante y
todo indica que no se hará nada.
Postura similar ha asumido el
Síndico Procurador, Arturo Ledezma Romo, quien desde antes de tomar posesión,
presumía que sería un Síndico diferente, que no toleraría acto alguno de
corrupción. Pero luego del severo “tropezón” del escándalo político, suscitado,
al revelar el Alcalde que estaba siendo extorsionado, por los Ledezma Romo –Arturo
y Miguel- exigiéndole el 50% de los ingresos ilegales del gobierno municipal,
se “apagó” casi por completo.
Hoy, la Sindicatura Procuradora,
se ha convertido en una simple oficina de trámites administrativos. Tal parece
que las numerosas cajas, con documentos, que llevó a la sesión de cabildo, en
donde pretendían juzgarlo por el escándalo político, para justificar sus
acciones de suspensión de las obras de la Calle Segunda, así como la suspensión
de varios funcionarios municipales, “desaparecieron”.
Ambas partes, Alcalde y Síndico
Procurador, están más preocupados por limpiar la imagen de Bustamante, que en
implementar programas coherentes y congruentes, para denunciar la serie de
asuntos nebulosos o marcadamente oscuros, que les heredó el XX Ayuntamiento.
Tal vez, alguien les planteó la
sentencia aquella que advierte : “los carniceros de hoy, serán las reses del
mañana” y optaron por “agarrarle la pata a la vaca”, suponiendo que no incurrían
en faltas graves, pues ellos “no la estaban matando”, sino el antecesor.
Asuntos a discutir, hay muchos.
Uno de los más graves, que aún pocos conocen, es el asunto de las luminarias. Son
en total 63,400. Cabe recordar que Bustamante Anchondo, las adquirió en
arrendamiento, mediante un contrato a 26 meses, con un costo total de más de 144
millones de pesos. Con el costo financiero, subió a 179 millones de pesos.
Sin embargo, incurrieron en
múltiples irregularidades o actos sumamente sospechosos. Habiendo celebrado el
contrato de arrendamiento el 20 de septiembre de 2011, con la empresa Sola
Basic, S.A. de C.V., aún antes de instalare una sola luminaria, casi 3 meses
después, el 19 de diciembre de 2011, el Alcalde Bustamante pagó por adelantado, los primeros 26 meses de
renta. Que generosidad. Claro, el dinero no era suyo.
La erogación fue por un monto de
más de 141 millones de pesos –qué chulada, rentadas y pagadas por adelantado-
dejando pendiente de pago solamente el último mes, el correspondiente al mes de
noviembre de 2013, por poco más de 3 millones de pesos. Lo peor es que no le
pagaron a la arrendadora, sino a una tercera empresa, totalmente ajena.
Las famosas luminarias, además de
que no fueron instaladas las 63,400 contratadas, en su mayoría dejaron de
funcionar, en cuanto fueron instaladas. En escrito inicial de demanda, de fecha
20 de septiembre de 2013, mediante el cual el XX Ayuntamiento, supuestamente,
exigía a la empresa arrendadora, el cumplimiento del contrato de arrendamiento,
le reclaman, le pague al gobierno local, la reparación de 18,632 luminarias
descompuestas, cuya renta le fue pagada en forma anticipada.
A esto se le agrega, que las 63,400
viejas lámparas, que iluminaban la ciudad de Tijuana, inicialmente acumuladas
en un terreno baldío de la Zona Río, desaparecieron. Nadie sabe en donde fueron
a parar.
Además de lo raro del
arrendamiento, según estudio realizado por el Regidor Luis Felipe Ledezma,
economista, las 63,400 luminarias, a precio de mercado, tienen un costo de
compra, de solamente 29 millones 923 mil pesos, o sea 114 millones de pesos menos,
que lo que Bustamante pagó por el simple arrendamiento.
Los que esperaban que en
cualquier momento, el Alcalde Astiazarán denunciaría estos hechos, ante la
Procuraduría de Justicia del Estado, por el evidente daño patrimonial,
ocasionado al gobierno local, seguro se sorprenderán cuando se enteren que no
habrá tal denuncia y que incluso, en lugar de eso, se pactó con la empresa
arrendadora, que las repare, con la presunta finalidad de recibirlas, pagarle
el último mes de arrendamiento y que ésta pueda recuperar la fianza, por 144
millones de pesos.
Lo dicho, tanto peca, el que mata
la vaca, como el que le agarra la pata. Se les advierte, que es inminente que
un tercero presente la denuncia, ante la omisión del XXI Ayuntamiento. De
hacerlo, serían muchos más los involucrados.
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