Por : Gilberto LAVENANT
Aunque aún falta poco más de una semana, para que los alcaldes de los cinco ayuntamientos de la entidad, inicien sus respectivas gestiones, los políticos bajacalifornianos, en lo individual o a través de sus respectivos partidos, ya se están preparando para participar en el proceso electoral del 2015.
Los políticos, en especial aquellos que están por concluir una gestión, o los que están sin empleo, sueñan con ocupar un nuevo cargo, con un jugoso sueldo, que implique el mínimo esfuerzo. Bueno, dicen que vivir fuera del presupuesto, es un error.
El problema es que en dichos comicios, habrá elecciones de diputados federales. Luego de la actitud de la mayoría de los senadores y diputados federales, durante el proceso de discusión y aprobación del paquete financiero del Presidente Enrique Peña Nieto, los individuos más repudiados y condenados socialmente, son precisamente los legisladores federales. En especial los de Baja California.
Para la mayoría de los electores, en especial para los fronterizos, los flamantes legisladores son unos traidores. Son los protagonistas y objeto de las llamadas “campañas de odio”. Nadie quiere saber algo de ellos. Se advierte que la ofensa que cometieron, en agravio de los bajacalifornianos, nunca la van a olvidar.
Si de por sí, los legisladores habían sido considerados como las personas menos confiables. Luego de aprobada la propuesta financiera, se ganaron el “privilegio” de ser los más odiados.
Y no era para menos. Aquellos individuos carismáticos, atentos, que tocaron a las puertas de muchas familias, a dialogar, a manifestarles sus intenciones de que votaran por ellos, para ser sus representantes ante las cámaras legislativas, al aprobar el incremento de la tasa del IVA del 11% al 16%, no tuvieron la prudencia de consultar a sus supuestos representados.
La mayoría de los legisladores bajacalifornianos, literalmente dieron la espalda a la entidad. Poco o nada les importó que se les advirtiera que la homologación del IVA, iba a tener serias repercusiones negativas en la economía fronteriza. Un acelerado proceso inflacionario, desaliento a la inversión, desempleo, carestía de bienes de consumo básico.
En tales condiciones, ¿Quiénes serán los valientes que se atreverán a tocar votos, para pedir el voto popular? ¿Quiénes se atreverán a prometer que defenderán los intereses populares? ¿Quiénes se atreverán a decir lo que antes dijeron otros y no cumplieron? ¿Quiénes, dirán, a sabiendas de que están mintiendo, que ellos sí regresarán a sus distritos electorales, si el voto popular les lleva a ser legisladores?
Los únicos que están un tanto libres de culpa, son los panistas que votaron en contra de la homologación del IVA. Ellos quedaron como los defensores populares, aunque en las administraciones gobernadas por Vicente Fox y Felipe Calderón, actuaron igual que los priístas ahora con Peña Nieto.
Los panistas, estiman que en los siguientes comicios, tienen casi seguro el triunfo electoral y sin rival alguno. En el 2015, seguramente aún habrá, en muchas partes, los carteles de repudio contra priístas, perredistas y verde ecologistas. Seguramente muchas puertas de viviendas populares, estarán cerradas para ellos.
En vano será que la dirigencia priísta, presuma las supuestas “bondades” de las reformas impulsadas por el Presidente Peña Nieto. Que de aquí a entonces, los repudiados legisladores se muestren arrepentidos y pretendan convertirse, o al menos ostentarse, como defensores populares.
Muestra de ello fue el pronunciamiento, en días pasados, en bloque, en contra de la pretensión de modificar el uso del suelo para permitir construcciones de lujo en la zona vitivinícola del Valle de Guadalupe. Nadie les pidió su intervención, pero ellos se lanzaron en contra de esas intenciones.
Sin embargo, olvidaron algo esencial. Ningún priísta, ha convocado a realizar un estudio serio sobre tales hechos, y en especial, nadie ha reclamado el enjuiciamiento del alcalde priísta Enrique Pelayo Torres. Lo pudieron haber pedido, aunque fuese simplemente “de dientes para afuera”.
Los perredistas, de baja California y de muchas partes de la República Mexicana, en el 2015, cuando la Morena de López Obrador, ya sea partido político, serán menos que nada. En el proceso de discusión y aprobación de la reforma financiera, quedaron en el papel de meros mercenarios. Lo mismo se puede decir de los del Partido Verde.
Por todo eso, los panistas están que “se lamen los bigotes”. Dan casi como un hecho, que todas las posiciones electorales en pugna, serán para ellos. Tendrán los próximos dos años para dar a conocer y promover sus intenciones o aspiraciones políticas.
Si acaso, la principal inconveniencia en las aspiraciones de muchos blanquiazules, es que ahora, más que nunca, se ha agudizado el divisionismo del PAN. El Gobernador Francisco Vega de la Madrid, se ha deslindado de los osunamillanistas y de otras corrientes al interior del partido.
Ahí tienen, como ejemplo, los casos de Oscar Vega Marín, que de aspirante a la gubernatura estatal, apenas logró la jefatura de edecanes del ejecutivo estatal, y el de Rodolfo Valdez, el de encargado de las casetas de cobro de la autopista a la Rumorosa. Sonríen de oreja a oreja, pero si tuviesen dignidad, no hubieran aceptado tan ínfimas posiciones. Así es que, hacia los comicios del 2015, los kikistas llevan ventaja.
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