por
Gustavo Adolfo Póker
EL QUE se lleva se aguanta, es una
máxima de aplicación generalizada en la cultura azteca. Tan o más generalizada,
que una de las conclusiones que le es inherente a quien la incumple: el que se
lleva y no aguanta, es un chillón.
Quien es primero en tiempo es primero en derechos, sostienen los
leguleyos. Y si la cité fue única y exclusivamente porque me acordé y me gusta
cómo se oye, no porque tenga algo que ver con mi disección. Pero de que el
senador Ernesto RuffoAppel fue el primero en aventar lodo en la presente
campaña electoral, no tengo la menor duda. Ni la historia, pues ahí están las
publicaciones periodísticas, fechadas para mejor proveer, que no me dejan
mentir.Y fundó su ataque primerizo Ruffo, trayendo a colación una “denuncia
verbal” que dice que presentó en los tiempos en que era nuestro gobernador, pero
sin que lo pueda comprobar porque no le dieron recibo. Curiosamente, para
iniciar la andanada hostil, Ruffose apoyó en un evento que lo más seguro es que
no sucedió, que si sucedió fue hace veinte años, y que por su naturaleza de
“denuncia verbal” es imposible de rastrear. Desde este momento, materializado
en una conferencia de prensa, empezaronlos azules a llevarse.
Envalentonados por la falta de respuesta, entraron a escena los
presidentes de partido Gustavo Madero y Jesús Zambrano, primero, seguidos de los
senadores Ernesto Ruffo y Armando RíosPittier, quienes estelarizaron sendos
videos en los que daban continuidad a la campaña de ataques contra el candidato
puntero de las encuestas. Ahora el sustento de los ataques era el apodo
del candidato, sin especificar cuál de
los dos, el candidato o el apodo, les producía más miedo. Continuaban los
azules de llevaditos.
No contentos, editaron un infame video, en el que el mensaje final, en
alusión a quien iba dirigido, era “primero me castro que votar por trenti”. Tanto
les gustó, que luego reprodujeron el mensaje en espectaculares. Se estaban
llevando mucho; quedaba pendiente de comprobar si también aguantaban.
La respuesta llegó ya, igual que la conclusión. Demostraron que son
chillones.
Peor aún, al igual que el ya inmortal video de “las kikadas”, elaborado,
editado y filtrado por una mano azul
para desacreditar a un entonces precandidato azul, surgió el video-audio de una
grabación no autorizada, que involucra al diputado Rubén Al anís en una
supuesta relación pederasta. No me consta, ni soy perito en grabaciones, pero
en el audio se escucha sin indicios de alteración la voz de una persona, señal
de que está siendo grabadoen vivo y en directo, lo que implicaría su
conocimiento y grado de participación en el operativo; en tanto que la voz de
la otra persona se oye a través del teléfono, muestra de que está siendo
grabado con apoyo de algún aparato, lo que sería indicio de que desconoce lo
que se gesta al otro lado de la linea.
La reacción posterior de los
panistas, que incluyó desde descalificaciones en automático hasta frías
manifestaciones de solidaridad, pasando por “no estoy enterado”, “luego les
comento”, “dejé el cornfelics en la lumbre” y pretextos por el estilo para
evitar dar declaraciones a los reporteros ávidos de comentarios alusivos, demostró
el impacto que les causó la difusión del material. Se tardaron en reaccionar
pero lo hicieron: culparon al PRI de ser el gran cerebro detrás de la
conspiración, mandaron al diputado Alanís a presentar una denuncia por
difamación y lo que resulte, y una vez hecho lo anterior le dieron una gentil
patada de cortesía para dejarlo formalmente fuera de la jugada. Un autogol del
tamaño del que se metieron los panistas no lo desperdicia ningún rival
político, así que los priistas le dieron gran promoción mediática al video que,
repito, todo indica que elaboró, o un panista rencoroso o un ex amiguis
despechado del disminuido diputado.
Lo que siguió después, fue una
reacción de molestia propia de quienes se llevan y no
aguantan: los azules le endilgaron calificativos y denuestos de todo tipo al
candidato opositor: redes, periódicos, carteleras, todo lo que se les ocurrió.
El universo mediático se les hizochirris para hacer gala de su capacidad
ofensiva. Que si el diablo, que si misterburns, que si me castro, que si qué
podemos esperar; la campaña negra, sin más limitantes que lo que diera la
imaginación de los publicistas, dirigidos por los especialistas en campañas de
odio. Pero bastó que se explotara en los mismos medios la comprometedora
llamada del diputado Alanís, para dejar en claro que, si bien les encanta
llevarse, no aguantan. Dicho en los pintorescos términos de la muy mexicana
expresión: Son Chillones!
Finalmente, y a reserva de que el dato se confirme sin dejar dudas, se
habla de un doctor del Hospital General de esta ciudad, que supuestamente se
negó a brindar asistencia médica a una paciente, que llegó al nosocomio
portando una camiseta roja que delataba sus simpatías partidistas. Esperamos
sinceramente que se trate de una confusión, porque, de confirmarse, nos
mostraría hasta qué grado han permeado entre la población los efectos de las
campañas de odio. La elección culmina el 8 de julio a las 6 de la tarde.
Esperamos que, simultáneamente, culminen los enfrentamientos electorales y no se
almacenen en calidad de agravios personales. BC nos necesita a todos.
Un accidente sin color
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