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lunes, 4 de noviembre de 2013

Reflexión

Reenfoque de la política económica

                                                  Por Nancy Sánchez Arredondo
Con motivos de la glosa del 6to. Informe del Gobierno, recientemente se llevó a cabo la comparecencia del Secretario de Desarrollo Económico el Dr. Alejandro Mungaray Lagarda, quien en su exposición presentó una serie de datos y análisis sobre el avance del Estado de Baja California en materia económica. 
La introducción que tuvo el Dr. Mungaray destacó que los números no serían “muy halagüeños” derivado al entorno de crisis económica mundial de la cual veníamos; donde nuestro país y nuestro estado habían salido bien librados, ya que Baja California, de acuerdo a los datos que presentó, se encontraba posicionado en los primeros 10 lugares de las economías estatales. 

Dentro de su exposición, me llamó la atención un dato. Mencionaba que las políticas de desarrollo económico de nuestro estado dieron un giro, pues de promover la atracción de empresas de capital transnacionales, cambiaron para dar mayor impulso a las pequeñas y medianas empresas conocidas como MIPyMES, pues estas generan 7 de cada 10 empleos, aunado a que se promueve la economía local.
Al escuchar ese dato en el reenfoque de las políticas económicas de las autoridades estatales, no tengo más que coincidencia y apoyo por dicha visión; más aún cuando de acuerdo a la CONEVAL, nuestro estado cuenta con cerca de 100 mil personas en pobreza extrema y con más de 1 millón de personas en pobreza moderada.
Por tal razón es que reitero mi apoyo y convicción con la decisión que se tomó en la XX Legislatura para votar a favor el dictamen 257, con el cual aumentamos del 5% al 30% al apoyo al Fideicomiso Empresarial del Estado de Baja California (FIDEM), lo que representa un aumento de 50 millones de pesos que se otorgaban, a más de 300 millones de pesos de apoyo a las políticas en materia económica para nuestro estado.
De tal forma que se incrementarán de manera sustantiva los financiamientos a proyectos que requieren consolidarse y por tanto unaestrategia económica que apoye a las micro, pequeñas y medianas empresas, para sacar adelante negocios familiares, proyectos de emprendedores, o bien inyectarle recursos a negocios que requieren de crédito blando que les permita seguir adelante con su desarrollo..
¿Por qué no pensar en revitalizar los
 oficios olvidados casi en su extinción y tienen un valor no solo sentimental en la sociedad, sino un valor real por su utilidad y muy escasos; como los sastres, panaderos, costureras, zapateros, técnicos en electrónica, etcétera?

¿Por qué no pensar en el impulso de proyectos en los campos agrícolas como las harinas de nopal, los huertos comunitarios, o en el mar con la acuacultura, o el impulso de proyectos innovadores en materia turística y alimenticia, etc.?
Solo de esta forma podremos parar este rezago social que pone a familias en situación adversa y que buscan oportunidades para salir adelante; no con despensas, no con ayudas marginales, no con limosnas de las autoridades, sino con apoyos reales y generosos que les permita salir del círculo de pobreza y marginación en que se encuentran.
Necesariamente también, estos recursos no deben otorgarse de ninguna forma como un cheque en blanco a favor de los empresarios, sino deberán ser etiquetados, calendarizados, vigilados y rigurosamente transparentados, tal como lo exige el Observatorio Ciudadano de Baja California.
Por lo anterior no hay forma de entender las recientes declaraciones del Dip. Cuauhtémoc Cardona, Presidente de la Mesa Directiva de la XXI Legislatura del Congreso del Estado, cuando pretende politizar de forma irresponsable este apoyo empresarial y al giro que en materia de política económica tiene el estado.
Según entiendo por sus declaraciones, el señor legislador no estuvo en la glosa del Dr. Mungaray.

En fin: genio y figura, hasta la sepultura.

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