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martes, 5 de noviembre de 2013

Palco de Prensa: El gobierno del “orden”.


                                           Por : Gilberto LAVENANT

El XX Ayuntamiento de Tijuana, encabezado por el empresario priísta, Carlos Bustamante Anchondo, durante los tres años de su gestión navegó con el slogan de pugnar por una ciudad con orden. A unos días de concluir su gestión, se está evidenciando que ha sido todo lo contrario, un desorden.

A 25 días de abandonar su cargo, se ha puesto de manifiesto, que el supuesto orden, del gobierno de Bustamante, en realidad es un desorden. Se da casi como un hecho, de que pronto habrá de confirmarse que los excesos e irregularidades, no son meras leyendas urbanas. En casi todas las áreas de la administración municipal.


Bueno, dicen que para guardar las apariencias, en el XX Ayuntamiento acostumbraban hacer lo que muchas empleadas domésticas holgazanes y simuladoras, que a la hora de barrer, esconden la basura bajo la alfombra.

Y si bien es cierto que fueron difíciles las condiciones heredadas del panista Jorge Ramos Hernández, serán iguales o peores las que a su vez heredará al XXI Ayuntamiento, que encabezará Jorge Astiazarán Orcí.

Cabe observar, que en días pasados, la comisión de transición se enteró de que además del adeudo del Pire y los intereses generados, hay adeudos a proveedores por aproximadamente 500 millones de pesos. Los colaboradores de Bustamante, pretendieron justificar el desliz, argumentando que las cosas estaban peores, que ellos recibieron adeudos por mil millones de pesos.

Para el equipo de Astiazarán, ha sido sumamente desagradable, y preocupante, darse cuenta que el tan trillado orden que pregonaba Bustamante, es solamente una farsa, un parapeto, un escenario prendido con alfileres, que a primera vista apantalla, pero una vez que es observado con detenimiento, se desdibuja y sale a relucir el desorden.

Lo peor que le pudo pasar al empresario, metido a la política, es que su falta de capacidad administrativa, aunada, claro, a la crisis financiera del ayuntamiento, lo llevó a regatear el pago de sueldos y prestaciones a los empleados del gobierno municipal. Nadie le dijo que no es recomendable pelearse con la cocinera y los trabajadores sindicalizados, son algo más que eso, pues son quienes operan la mayor parte del aparato municipal.

Bustamante les vino posponiendo pagos de sueldos y prestaciones, al grado de que causó el enojo de los sindicalizados. Su osadía y falsedad, llegó a tal grado, que les fijó como fecha de pago el pasado viernes, que curiosamente era día de asueto. Así es que decidieron reclamarle el pago, el jueves, último día hábil de la semana pasada. Incluso, el Alcalde y sus funcionarios tuvieron la desfachatez de aparentar asombro, porque supuestamente el reclamo se hacía antes de la fecha prometida.

En fin, seguros de que el Alcalde estaba en sus oficinas, pues convocó a Sesión de Cabildo, los trabajadores sindicalizados, encabezados por sus dirigentes, trataron de exigirle a  Bustamante una respuesta concreta, pero brigadas de policías municipales se los impidieron. Los ánimos se calentaron, al grado de que en los jaloneos se rompieron los cristales frontales.

Total, en lugar de dar la respuesta esperada, Bustamante, por conducto de su área jurídica, denunció penalmente a los sindicalizados. Algo así como echarle leña al fuego. Cuentan que los adeudos para con el personal sindicalizado, ascienden a unos 30 millones de pesos.

Finalmente les ofrecieron pagarles en parcialidades lo adeudado, cuyo saldo sería cubierto prácticamente el último día de la gestión de Bustamante, lo que por supuesto fue rechazado. Temen que llegue el último día como alcalde, y no les pague.

Ante la nula respuesta, pese a los reclamos, los dirigentes de los empleados de gobierno anunciaron que el lunes de esta semana se manifestarían en el patio central del Palacio Municipal. Así lo hicieron, pero tampoco hubo respuesta. Es evidente que esto se va a prolongar al menos hasta el 30 de noviembre en que concluirá la gestión de Bustamante.

El panorama luce preocupante, nada halagador para el Alcalde. Tanto, que en el evento de su tercer y último informe de gobierno, el día 26 del presente mes, que se llevará a cabo en el mismo sitio que los anteriores, Bustamante tendrá que arribar en helicóptero. El sitio, sin duda alguna, se convertirá en una fortaleza policiaca, cuyo acceso será casi imposible.

Lo peor será el día 1 de diciembre, cuando Bustamante, ya sin la ostentación del cargo de Alcalde, asistirá a la toma de protesta de su sucesor, Jorge Astiazarán Orcí. Entonces, ya  no será Alcalde de Tijuana. Los reclamos, se advierte, serán de todo tipo, tonos y colores. Y ni quien le de la mano.

La de Bustamante Anchondo, pasará a ser una de las peores administraciones municipales de la historia política de Tijuana.  Más criticada, más cuestionada, que más manifestaciones de protesta haya generado. El desorden, está a la vista.

Cada día surgen más y nuevas versiones sobre supuestos malos manejos. Algunos de los afectados, preparan ya las constancias correspondientes, a fin de mostrarlas a los funcionarios de las áreas competentes del XXI Ayuntamiento.

Ya se preparan, hacen línea para formular denuncias : transportistas, vendedores ambulantes, propietarios de expendios de bebidas en envase cerrado, así como de los llamados giros negros y muchos otros más.

En casos como este, es cuando se advierte que es un riesgo muy grande establecer la reelección de los funcionarios de elección popular. Que antes que eso, hay que pensar en la revocación de mandato. Si no sirven, sino no cumplen con honestidad y eficiencia las funciones del cargo, tres o seis años, son muchos para soportarlos.

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