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martes, 5 de noviembre de 2013

Palco de Prensa: El desorden general.


                                           Por : Gilberto LAVENANT

Definitivamente, la falta de recursos económicos, no solamente dificultan la operación o funcionamiento del aparato gubernamental. Pero cabe observar que las angustias de los gobiernos municipales, en Baja California, no se deben nada más a la falta de recursos, sino, evidentemente, a la falta de capacidad administrativa de los gobernantes en turno, que no fueron capaces de prevéer algo q   ue ya se venía venir.


Es público y notorio que ninguno de los Alcaldes, aún en funciones, estableció una estrategia, a fin de racionar el gasto, para al menos garantizar el cumplimiento de los costos de operación, que implican sueldos de personal, mantenimiento de equipo e insumos básicos. El panorama de la crisis financiera municipal, indica que manejaron sus finanzas en un desorden general.

Ahí andan, desesperados, tratando de encontrar recursos de emergencia, para al menos pagar los sueldos que adeudan, antes que la burocracia paralice las estructuras municipales. Así mismo, para tapar los “hoyos” financieros que ya son inocultables.

Para cada año fiscal, se elabora un presupuesto de egresos y una Ley de Ingresos. Se estima el monto de la recaudación y se programan los gastos. Cuando se abandonan los lineamientos básicos del gasto público, surge el caos. De ahí vienen los problemas. El desorden, la falta de controles, hacen que tropiecen.

Los trabajadores del gobierno, no son responsables de las irregularidades en la prestación de los servicios públicos. A ellos les corresponde laborar, pero tienen derecho a exigir que se les cubran sus prestaciones. Y si no se las cubren, pues presionan a los gobernantes.

Los ayuntamientos actuales, ya están por concluir el período de sus funciones. Poco más de 20 días. Lo delicado es que conforme a las condiciones económicas en que se encuentran, todo indica que terminarán en un estado de parálisis, y los relevos batallarán demasiado para reanudar actividades, con las arcas vacías y por lo tanto sin recursos para cubrir salarios y prestaciones de fin de año. Esto es sabido por todo mundo.

Sin embargo, curiosa o extrañamente, poco se está haciendo para superar esta situación. Lo ideal sería que el nuevo Gobernador del Estado, Francisco Vega de la Madrid, convocara a una reunión de emergencia, para acudir en auxilio de los gobiernos municipales, antes de que sea demasiado tarde.

Los alcaldes, aún en funciones, se la pasan lamentando sus angustias. Se quejaron de que Osuna Millán, ni caso hizo a sus llamados de auxilio, pero no se sabe, que ya hayan acudido ante Kiko Vega en los mismos términos, o que éste les haya ofrecido darles la mano, para salir del apuro.
Por otra parte, tal parece que a Kiko le están fallando sus asesores en el arranque de su gestión y aunque presume de tener un programa estratégico de gobierno, obviamente en el mismo no se establecen prioridades, pues las crisis financieras de los ayuntamientos deberían ser el primer punto a abordar por su administración.

Prueba de ello es que, mientras los alcaldes casi se vuelven locos, por falta de recursos, Kiko anda en otras cosas. En las que, por cierto, también se evidencia la ausencia o nula visión de sus asesores. Lo que alguien podría llamar novatadas.

El día de ayer, Vega de la Madrid encabezó un evento especial, en el que, junto con los alcaldes electos, firmó el Pacto Político Social, en base al cual se pretende establecer la Estrategia Estatal de Prevención Social del Delito y la Seguridad Ciudadana.

El tema es sumamente importante, sin duda alguna. Pero en estos momentos de transición de los gobiernos municipales, es de mayor urgencia el asunto de las finanzas públicas. Qué diferente hubiese sido, si en dicho evento hubieran suscrito un plan de emergencia para rescatar a los gobiernos de los cinco ayuntamientos de Baja California.

Si el ahora Gobernador y los alcaldes en funciones, hubiesen viajado a la capital del país, a reclamar al Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, recursos especiales o emergentes, para que, quienes concluyan, lo hagan en condiciones más o menos normales, y los que empiezan, no tengan que andar rasguñando las paredes de sus tesorerías municipales.

Pero no sólo eso, nadie le dijo a Kiko que los Alcaldes electos, aún no están en funciones. Que empiezan sus respectivas gestiones el día 1 de diciembre próximo. Que el Pacto Político Social, debió suscribirlo con los alcaldes aún en funciones y agregar a los electos, para completar el cuadro.

Pero no fue así, el ahora Gobernador, borró del mapa a los alcaldes en funciones. Los ignoró, como si no existieran. Políticamente hablando, les anticipó el fin de sus respectivas gestiones. Esto explica, aunque no justifica, el desorden que existe y habrá en la entidad, en las esferas gubernamentales, en los próximos años.

Es excelente, que el Gobernador y los alcaldes, se comprometan a actuar en forma conjunta, para afrontar de la mejor manera posible la problemática económica y social que afronta la entidad. Pero para ello se deben establecer estrategias, se deben fijar prioridades y se deben respetar los protocolos elementales.

Los alcaldes electos, gobernarán sus respectivos municipios, a partir del 1 de diciembre próximo. Kiko se pudo haber esperado unos días para suscribir dicho pacto, el cual es nulo de pleno derecho, al suscribirlo con quienes aún no están en funciones.

Son los primeros pasos de las nuevas administraciones. Aún pueden rectificar, para evitar que el desorden, en los gobiernos locales, se institucionalice. Que conste.

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