El 31 de octubre de 2013
Carlos Bustamante Anchondo, alcalde de Tijuana quien se presenta como
Administrador único de Inmobiliaria CBA, de S.A. de C.V. publicó un desplegado
en todos los diarios del municipio que encabeza, arremetiendo contra el trabajo
periodístico del semanario ZETA y atacando de manera personal a la co-directora
Adela Navarro.
El funcionario municipal manifestó su inconformidad por la
información vertida en la nota titulada “Carlos Bustamante se aprovecha” publicada el viernes 25 de octubre de 2013. Al respecto,
el Consejo Editorial de ZETA se limita a las siguientes precisiones:
Es falso cuando el alcalde asegura que no se citan fuentes
ni pruebas, dado que la titularidad de
los inmuebles citados en la nota, se corroboraron documentalmente en el
Registro Público de la Propiedad, al que, si lo desea amable lector, usted puede acceder mediante las computadoras que
están en el edificio de Gobierno del Estado.
Y en relación a las reparaciones, pavimentaciones y demás
trabajos de remozamiento realizadas en las inmediaciones de sus propiedades
-que incrementan su valor-, están incluidas en el programa de obras del
municipio, disponible -si no lo eliminan- en la página electrónica del mismo
ayuntamiento.
En cuanto a la deuda de poco más de 13 millones que tenía
como empresario, al tomar posesión como presidente Municipal, en su carta aclaratoria la admite: así como
lo hizo con la deuda del Ayuntamiento de Tijuana, la suya la refinanció. Así
que no hay más que aclarar.
Nadie se está inmiscuyendo en las inversiones que “su
familia” y particularmente, en las que
su entrañable y honesto padre, Don
Alfonso Bustamante Labastida (QEPD), realizó en la ciudad. El reportaje expone las decisiones y acciones
que Carlos Bustamante ha tomado en su calidad de servidor público y que
favorecen sus inversiones como miembro de la iniciativa privada.
La Ley de responsabilidad y servicio pública es clara cuando
le prohíbe “obtener o pretender obtener beneficios adicionales a las contraprestaciones
que por ley le corresponda por el desempeño de su función, sean para él o su
cónyuge o parientes consanguíneos hasta el cuarto grado, por afinidad o
civiles, o para terceros con los que tenga relaciones profesionales, laborales
o de negocios, o para socios o sociedades de las que el servidor público o las
personas antes referidas formen o hayan formado parte”.
En cuanto a la calumnia y difamación, en la que asegura que
las publicaciones de ZETA , donde se exhiben las acciones, los excesos y las omisiones cometidas por el alcalde de
Tijuana, que le han convenido como empresario o han afectan a la sociedad- son
porque no compró publicidad a este semanario, nos permitimos recordarle que:
1.- Ni nuestra codirectora, ni nuestra responsable de publicidad
-áreas que se manejan por separado en esta empresa- le ofrecieron un trato
millonario condicionado a la información publicada. ZETA no se vende, ni sus
notas están al mejor postor. Carlos Bustamante, usted lo sabe, y es usted el
que acusa sin pruebas.
En diciembre de 2010, se le presentó una propuesta
publicitaria que avalaba la compra de 3 dobles planas de publicidad en
centrales, 49 planas individuales y un banner en la página electrónica, por un
monto de 1 millón 700 mil pesos. El documento, que no condiciona la publicación
de notas afines, dado que no es política de ZETA, fue firmado de recibido por
su colaborador, Raúl Gómezcaña Freer; Dada la petición del Ayuntamiento de
Tijuana, de que esa propuesta anual, fuese divida en cuatro convenios, así se
desglosó, y el primero que usted cubrió cuando consumió los espacios, fue de 1
doble plana de publicidad, 15 planas individuales de publicidad y un banner en
la página electrónica, por un monto de 628 mil 260 pesos. Que incluso, aparece
como pagado en el apartado de adquisiciones directas en su página electrónica.
Convenio el de ZETA, por cierto, muy por debajo de los
millones de pesos que Bustamante ha destinado a diarios, radiodifusoras, y
televisoras, incluida aquella a la que lo une un lazo familiar.
2.- Carlos Bustamante, su falta a la verdad se evidencia con
nuestra declaración pública fechada el 6 de mayo de 2011 cuando ZETA informó en
su página editorial, la decisión de “no aceptar ningún tipo de publicidad que
provenga del XX ayuntamiento de Tijuana encabezado por el presidente Municipio,
Carlos Bustamante Anchondo” precisamente
porque el gabinete de comunicación pretendía condicionar la compra de espacios
a cambio de un trato lisonjero. En ese momento se dio por cancelada la
propuesta de convenio publicitario que se le presentó, por la adquisición
–exclusivamente- de planas para publicidad.
Informacion de Zeta
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