Por : Gilberto LAVENANT
Comentaba el miércoles, 2 de octubre, aquí en Palco de Prensa, bajo el título : “El otro informe”, que si algún bajacaliforniano no tuvo oportunidad de ver, escuchar o leer algo respecto al VI y último informe del Gobernador panista, José Guadalupe Osuna Millán, que no se preocupara. Que sin duda alguna haría referencia solamente a las “cuentas alegres”, o sea a los aspectos positivos de su gestión administrativa. Que de los negativos, ni de chiste.
Observaba que esto es normal, o común, en el sistema político mexicano, que los informes de gobierno, de funcionarios de los tres niveles, son simplemente actos protocolarios, de lucimiento. Que nadie refleja en sus mensajes la verdad de lo realizado, ni menciona las omisiones, errores o fallas. Para nada.
Mucho menos –decía- se atreven a reconocer la realidad socioeconómica de quienes viven en la zona que gobiernan. Que pintan un panorama propio de una película de ciencia ficción, donde no hay hambre, ni carencia alguna. Advertía, que en el caso de Osuna Millán, no sería diferente.
Entonces, el columnista refería que el periódico digital Monitor Económico, que como lo indica su denominación, básicamente señala cuestiones económicas, en la edición del martes 1 de octubre, el día de la presentación del sexto informe de Osuna Millán, información sumamente interesante, que muestra la realidad desastrosa en que el aún Gobernador deja a Baja California. De ahí precisamente los contrastes.
El columnista hizo mención de la nota principal, bajo el encabezado : “Crónica de un sexenio perdido”, con un subtítulo bastante sugerente : “Deja Osuna un Estado hecho pedazos : con pobreza, endeudado, alto desempleo, bajos salarios y pérdida de capitales”.
Del informe de Osuna Millán, basta destacar aquello de que al concluir su gestión administrativa, Baja California es : “un estado más fuerte, más democrático, más abierto, más creativo e innovador”. Si no hubiera posibilidad de cotejar o comparar esto con la realidad, cualquiera podría suponer que eso es cierto.
Sin embargo, el periódico digital “Monitor Económico”, en base a cifras, estadísticas e información de INEGI, la Secretaría de Hacienda, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Coneval, y el Centro de Estudios Económicos de Tijuana, la triste realidad de Baja California es otra, totalmente distinta a la deslumbrante y excelente, proyectada en el sexto informe del aún gobernador.
Por ejemplo, Osuna Millán dijo que se enfrentó la crisis económica, con medidas anticíclicas, que ayudaron a mitigar los efectos, logrando crear 255 mil 66 empleos, un promedio de más de 42 mil por año, en el sexenio.
La información publicada por Monitor Económico, dice todo lo contrario. Reporta que al concluir el sexenio del aún Gobernador, deja un rezago de cerca de 20 mil empleos en la industria y el cierre de más de 100 empresas maquiladoras, como muestra de los estragos que provocó la recesión económica internacional en Baja california, “sumado con las fallidas estratégicas implementadas por la actual administración estatal que encabeza Guadalupe Osuna”.
Pero no sólo eso, señala que, según datos del INEGI, en junio de 2013 se encontraron ocupadas un total de 246 mil 716 personas en la industria maquiladora, cuando que en octubre de 2007, estaban registradas 265 mil 228, una diferencia de 18 mil 512 empleos menos. En el informe se afirma que se crearon 255 mil 66 empleos, un promedio de más de 42 mil por año, en el sexenio. Supuestamente.
Además, indica que en el sexenio osunista, cerraron en el estado 114 empresas maquiladoras. En Octubre de 2007, Baja California contaba con un total de mil 27 establecimientos, mientras que en junio de este año reportó 917, lo que explica el resultado de la caída del empleo.
Además, hace hincapié en que, según datos del Registro Nacional de Inversión Extranjera, de la Secretaría de Hacienda, en la entidad se registró una contracción del 40%, en los últimos 5 años, pues en el 2007 había registradas 802 empresas con inversión extranjera, y al 2012 solamente quedaban 480, o sea 322 menos.
Por otra parte, cabe observar que lo ideal de la administración pública, es el bienestar de los gobernados. Monitor Económico indica que, conforme a datos de Coneval, Osuna Millán entregará a su sucesor, un Estado con altos niveles de pobreza. Al respecto, señala que el número de personas en condiciones de pobreza, en la entidad, aumentó en 26.4%, al pasar de 799 mil 500 a más de un millón 10 mil personas.
En el mismo sentido, observa que Osuna Millán deja con miseria salarial a los bajacalifornianos. Indica que la situación es crítica, ya que aquellas personas que tienen empleo, no pueden acceder a la compra de alimentos básicos, lo que se conoce como Tendencia Laboral de la Pobreza, que se incrementó 28% durante el segundo trimestre de 2013, comparado con el mismo lapso de 2010. Concretamente, la pobreza laboral en Baja California, creció 10.6% durante abril a junio de 2013, respecto al primer trimestre, lo que implicará un incremento anual del 15.3%.
El tema más relevante, es el de las finanzas públicas. Osuna Millán aumentó la deuda pública en alrededor del 100%. Al entrar en funciones en 2007, la deuda era de 4 mil 852 millones de pesos. Al 30 de junio de 2013, asciende a 9 mil 487 millones. El problema es que no se gastó su dinero, sino el de los bajacalifornianos. Y además, hipotecó a Baja California. ¡Abran los ojos!
Definitivamente, los contrastes son serios. El discurso político, choca con la realidad.
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