Por : Gilberto LAVENANT
Después de tantas especulaciones, conjeturas y expectativas en torno a la propuesta energética, anunciada por el Presidente Enrique Peña Nieto, ayer, luego de su presentación, muchos coinciden en que “fué más el ruido que las nueces”.
Describe, si es cierto, una paraestatal, PEMEX, en condiciones deprimentes, de lento avance y de poca capacidad de respuesta, para los nuevos retos en materia energética.
Pero omite referir las causas de las condiciones desastrosas en que se encuentra. Para nada habla de las cochinadas que muchos han hecho al amparo de la sombra de Petróleos Mexicanos.
Ni mucho menos anuncia, cómo es que pretende, primero, sacar a las alimañas y todo tipo de sanguijuelas que ahí se han anidado y que le han venido “chupando la sangre” a lo largo de tantos años. Segundo, tampoco menciona cómo es que pretende blindarla, para que no la vuelvan a saquear.
El amplio texto de la propuesta energética, es genérica, muy difusa. No explica a los mexicanos los puntos débiles, que dieron lugar al saqueo indiscriminado de la paraestatal.
En especial, no fija plazos, para que los mexicanos puedan percibir los supuestos beneficios de esta reforma. No se perciben argumentos convincentes para que los mexicanos se solidaricen con la propuesta, como se solidarizaron con la acción expropiatoria del Presidente Lázaro Cárdenas.
Menciona en varias ocasiones a “Tata” Lázaro e incluso afirma que la propuesta sigue los lineamientos cardenistas, pero se maneja en un lenguaje un tanto elevado. No porque utilice palabras rebuscadas, sino porque se asemeja a un “rollo” político. Esos que son extensos y cansados, pero que dicen tan poco. Como algo ilusorio.
Incluso, dicen que Peña Nieto presumió que el Presidente Lázaro Cárdenas, hubiese respaldado su propuesta. Cuauhtémoc, su hijo, prácticamente lo niega, al advertir que su padre se opuso tajantemente a abrir PEMEX a la inversión privada.
Gustavo Madero, líder nacional del PAN, dijo que la iniciativa de reforma energética, presentada por Peña Nieto, apenas alcanza para tapar los problemas, pero que no alcanza para aprovechar las oportunidades.
Dijo que el mundo ya cambió radicalmente y que la propuesta de Peña Nieto, es la propuesta de Lázaro Cárdenas, pero advirtió : “Estamos en problemas en México, con un Presidente que tiene una visión muy miope, muy retrógrada”.
También observa que : “Hay dos visiones. La conservadora, lo único que trata es ver cómo ya no se sigue deteriorando en México su plataforma petrolera, que no siga bajando, pero la otra es cómo volverte un motor que le genere a México más inversión, más empleo, más competitividad, y es en eso donde se queda corta”.
En el exterior, las decepciones respecto a la propuesta de reforma energética, planteada por el Presidente Peña Nieto, son de otro nivel y bajo otra visión. Según el periódico estadounidense The Wall Street Journal, se quedó corta en relación a lo que la mayoría de los productores de crudo ofrecen.
En especial, advierte que la propuesta no ofrece a las empresas privadas la propiedad directa en campos petroleros. Como dice un viejo chiste : “ese fue el problema”. Concederles la oportunidad de ser dueños del petróleo mexicano, sería ir mucho más allá que lo que llevó a Cárdenas a aplicar la expropiación en 1938.
Un aspecto especial, al que no se hizo referencia en la propuesta, fue el de las canongías de que goza el sindicato de Pemex. Si muchos empresarios tienen terror a los sindicatos en sus empresas, difícil será que se atrevan a invertir en Pemex, con la presencia del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, que liderea el Senador priísta, Carlos Romero Deschamps.
Lo que sigue, son los posicionamientos políticos del PAN, PRD y PRI, las tres principales organizaciones de este tipo a nivel nacional.
El PAN ya dió a conocer su propuesta, que está a favor de abrir la puerta de Pemex a la inversión privada, casi semejante a la de Peña Nieto, que el PRI habrá de respaldar, sin discusión, ni condición alguna.
En contra, se moverán el PRD y Andrés Manuel López Obrador y su Morena. Juntos, pero no revueltos. Van en el mismo sentido, pero cada uno a su manera.
Los perredistas estaban en espera del anuncio de Peña Nieto. El “peje”, ya está programando movimientos “en defensa del petróleo”.
Lo irónico es que las posturas, a favor o en contra, no parecen tener el objetivo de buscar lo mejor para el país, sino una coyuntura para “llevar agua a su molino”, o sea fines electoreros, hacia la elección presidencial del 2018.
No se puede determinar, cuánto tiempo demorarán en las discusiones sobre este tema. Lo que sí cabe advertir, que en el PAN y el PRD, hablan de condicionar esto, a primero entrarle a una reforma político electoral de fondo. Si no se discute esto último, quizás no se logre nada concreto en materia energética.
Mientras tanto, los mexicanos seguirán como simples espectadores, pagando “los platos rotos” por los políticos demagogos, ineficientes y corruptos, que insisten en hacerles creer que el petróleo es de todos los mexicanos. Ilusos.
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