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sábado, 8 de junio de 2013

Encuestas “Patito”

Palco de Prensa
              


                                          Por : Gilberto LAVENANT

La expresión “patito”, se utiliza comúnmente como un adjetivo para advertir que algo es de pésima calidad. El objeto, documento o institución, así señalada, puede reunir los elementos formales o legales, pero el fondo, condimento o procedimiento de expedición o bien su funcionamiento, son del todo irregulares y por lo tanto deficientes.


Con frecuencia se hace referencia a las escuelas o universidades “patito”, esas en las que se puede cursar licenciaturas en seis meses, o acudiendo a clases solamente uno o dos días a la semana. En algunos casos, ni siquiera se requiere que los supuestos alumnos acudan a clases, sino simplemente que paguen el costo de la inscripción, las mensualidades o colegiaturas y una generosa cooperación para obtener el título correspondiente a la carrera profesional de su interés.

Lo interesante es que hasta en materia electoral, se puede aplicar lo de “patito”. Aquello que parece ser algo, que en realidad no reúne todas las características o no cumple las exigencias propias para ello. Concretamente, las encuestas “patito”.

Las encuestas, son importantes instrumentos de medición para tratar de conocer el grado de aceptación o repudio, en la comunidad, respecto a algo o a alguien. Una encuesta “patito”, es aquella que parece tal, pero cuyos resultados e información, no son confiables y por lo tantpo no creíbles, porque no se identifica a la casa encuestadora, o en caso de identificarla, no hay quien avale su trabajo.

Cuando una encuesta, es respaldada por una firma reconocida, aunque los resultados o información sean casi increíbles, el sólo nombre de la empresa encuestadora es garantía de que se trata de un trabajo serio y que se debe creer que es la verdad lo que indica.

Sin embargo, no obstante la advertencia o el riesgo de que se cuestione el profesionalismo o seriedad de una encuesta, supuestamente realizada por una empresa desconocida o poco conocida, en especial en condiciones como el actual proceso electoral, hay quienes la utilizan simplemente para “apantallar” a los electores. Por el simple efecto mediático. Como tratando de inducir las preferencias electorales.

El problema es que esto tiene efectos diversos. Habrá quienes estimen, erróneamente, o en base en una encuesta “patito”, que el candidato de sus preferencias lleva ventaja sobre sus rivales, y entonces, considerarán que si va ganando, pues seguramente habrá de ganar, y entonces, ni para qué ir a votar, o ni para qué votar a su favor.

En otro caso, los seguidores de los que aparecen en desventaja, quizás se preocupen y traten de equilibrar las cosas, a fin de que mejore sus posibilidades el candidato de sus preferencias, y entonces redoblarán esfuerzos en ese sentido, realizando labores extraordinarias, para sacar a su “gallo” de esa aparente desventaja.

También puede ocurrir, que quienes estén en condiciones de determinar que la encuesta de referencia, es “patito”, habrán de observar, que quien supuestamente va ganando, en realidad va perdiendo. Esto es lógico, para qué contratar encuestas “patito”, si en realidad se lleva ventaja frente a los rivales.

Es algo similar a aquello de que quien recurre al uso de las “campañas negras”, para denostar y descalificar al rival del candidato de sus preferencias, es porque su candidato está en desventaja y la única forma de mejorar, es mostrando una imagen negativa del contrincante. Utilizarlas, es un truco, una treta, una estrategia, de mal gusto y una muestra clara de desesperación.

La semana pasada se publicó un desplegado, en la prensa impresa, respecto a una supuesta encuesta, en la que se indica que Francisco Vega de la Madrid, candidato a gobernador por la Alianza Unidos por Baja California, le lleva 9 puntos de ventaja a Fernando Castro Trenti, candidato de la Alianza Compromiso por Baja California.

Hasta el encabezado trata de ser sugestivo de triunfalismo : Toma “Kiko” ventaja determinante. Luego indica que Kiko cuenta con el 49.8% de las preferencias electorales, y su rival, Castro Frenti, apenas si alcanza el 40.7%.

En letras pequeñas, se indica que la encuesta fue realizada por una empresa que identifican como JVO Consultores, cuya existencia real se desconoce. Conforme a los resultados, a tres semanas de la fecha de los comicios, prácticamente dan como ganador al panista Kiko Vega. En el mismo desplegado, con  letras aún más pequeñas, se dice que fue realizada por encargo del Colegio de Economistas de Tijuana. Como para darle visos de seriedad.

El día de ayer, Luis Felipe Ledezma Gil, Presidente del Colegio Estatal de Economista, hizo referencia a dicha encuesta, en su página de facebook, con el carácter que ostenta y, en pocas palabras, señalá que se trata de una encuesta “patito”, señalando que “la inserción es pagada por el PAN y firmada por el “Colegio (patito) de Economistas de Tijuana”. Eso dice Felipe, por algo ha de ser.

Además, dice que dicha encuesta carece de objetividad, pues la empresa consultora no tiene prestigio y carece de conocimiento en el sector respectivo. Dicho en otras palabras, que es una simple encuesta “patito”.

Si es cierto, Ledezma era panista y es uno de los cuatro que renunciaron al PAN  a fines de marzo pasado, para integrarse al proyecto de Castro Trenti, aunque un mes después fue registrado como candidato a regidor del Ayuntamiento de Tijuana, como parte de la planilla del Partido Movimiento Ciudadano, que encabeza Ricardo González Cruz.

Sin embargo, aunque puedan decir que Ledezma “habla por la herida”, dadas las características de la supuesta encuesta, nadie le puede quitar el calificativo de “patito”. La  desesperación es obvia.
                                                                                           

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