Por : Gilberto LAVENANT
Ha
empezado a correr el rumor, de que uno de los principales objetivos, que ha
llevado a algunos a destacar los posibles errores o fallas del Dr. Jorge
Astiazarán Orcí, como Alcalde de Tijuana, encabezando el XXI Ayuntamiento, es presionarlo
a tal grado, que el munícipe, desesperado, decida dejar el cargo.
Aunque la
idea está sumamente descabellada, no lo está tanto, si se recuerda que el
Alcalde suplente, lo es el C.P. Ruffo Ibarra Batista, exSecretario de Finanzas
del XX Ayuntamiento de Tijuana, que encabezó el empresario priísta Carlos
Bustamante Anchondo, con lo que los bustamantistas volverían a tener en sus
manos el gobierno municipal y Tijuana volvería a ser “Una Ciudad con Orden”.
Son
muchos los interesados en que Astiazarán llegue a tropezar. Además del propio
Ruffo, Bustamante Anchondo y los Ledesma Romo, así como todos aquellos que vivieron
bajo la sombra del gobierno municipal de Tijuana, durante la pasada
administración.
En
realidad, Ruffo Batista era el “gallo” de Bustamante, para la alcaldía de
Tijuana. El exalcalde acudió a todas las instancias para lograr su propósito, pero
a lo más que llegó fue a incrustarlo como suplente del entonces candidato a
alcalde de Tijuana, Astiazarán Orcí. Al menos le quedaba la esperanza de que,
tarde que temprano, el doctor dimitiera del cargo.
Especial
importancia reviste esto, pues ocupando la alcaldía de Tijuana, un
incondicional de Bustamante Anchondo, no andaría hurgando en las constancias de
su administración. En especial las relativas al escabroso asunto de las
luminarias, las videocámaras para las multas electrónicas y el no menos grave
asunto de las carteleras publicitarias.
Sobre
todo, porque hay quienes consideran que el principal estratega o autor
intelectual de todas las irregularidades en que se incurrió, durante la
administración de Bustamante Anchondo, fue precisamente su Secretario de
Finanzas, Ruffo Ibarra Batista.
En la contienda
por la alcaldía de Tijuana, por parte del PRI, para las elecciones del 2013,
destacaban, en primer lugar, Alcides Roberto Beltrones, por la influencia de su
hermano Manlio Fabio, seguido de David Saúl Guakil, que había aprovechado al
máximo su posición como Secretario de Desarrollo Social del XX Ayuntamiento y
en un tercer lugar Ruffo Ibarra, Secretario de Finanzas.
Los dos
primeros, Beltrones y Guakil, no dependían de Bustamante y no había garantía de
que le cuidarían las espaldas, de llegar a la alcaldía. Por eso, Bustamante
movió sus influencias para impulsar a su Secretario de Finanzas. Y casi lo
logra, de no habérsele atravesado en el camino Astiazarán. De mera consolación y de relleno,
a Ruffo lo ubicaron como suplente del candidato a Alcalde.
La verdad
es que lo recibieron de mala gana, tanto Ruffo como Bustamante, pero alguien
les habló al oído y les convenció que podrían armar un plan para descarrilar la
administración del XXI Ayuntamiento, en caso de que ganara el candidato
priísta, hasta obligarlo a retirarse, para que entonces el suplente ocupara su
lugar.
Por ello,
se mantuvo un tanto en secreto, la posición segundona que ocuparía Ruffo. Fue
hasta el sábado 2 de marzo cuando él mismo anunció que había solicitado
licencia, para formar parte de la planilla encabezada por Astiazarán. Esto, el
mismo día del registro de la misma, como precandidatos, que al final fue una “planilla
de unidad”.
Lo cierto
es que fue casi nula la participación de Ruffo en la campaña de Astiazarán. Prácticamente
nunca se integró a la misma, pero tampoco lo tomaron en cuenta, para nada. Lo
suyo fue un simple relleno. Todos lo sabían y nadie se preocupó por disimular.
Una
semana después de haberse retirado de la Secretaría de Finanzas, Bustamante designó
en el cargo a Sergio Rosete Weben, aunque muchos pregonaban que Ruffo seguía
dirigiendo la dependencia. Que él daba indicaciones sobre lo que se debería de
hacer o no hacer. Se dió por cierto, pues durante años había sido responsable
de las finanzas de las empresas de Bustamante.
Pasados
los comicios, en donde el priísta Astiazarán y su planilla resultaron electos,
Rufo intentó regresar nuevamente a la titularidad de la Secretaría de Finanzas.
A fines de septiembre del 2013, a dos meses de concluir la administración de Bustamante,
se celebraron varias reuniones, al interior del Ayuntamiento, para resolver
sobre el posible retorno de Rufo al gobierno municipal. Al final, se determinó
que lo más sano, era que se quedara fuera. Suponían que, presionando, quizás Aztiazarán
accediera a darle el mismo cargo en el XXI Ayuntamiento.
Al
alcalde suplente, dicho con todo respeto, le pasó lo que al perro de las dos
tortas : se quedó, sin una, ni la otra. Ni lo regresaron a la Secretaría de
Finanzas, ni Astiazarán lo incluyó en su equipo de gobierno. El repudio hacia
el bustamantismo, fue más que evidente.
Fue el
Regidor Enrique Parra Romero, Presidente de la Comisión de Hacienda del Cabildo
del XX Ayuntamiento, el encargado de anunciar que Rufo no regresaría a
Finanzas. Que esa había sido la determinación que tomaron los integrantes del Cabildo.
A 9 meses
de iniciada la administración del XXI Ayuntamiento, ante las serias dificultades
que ha enfrentado, principalmente por falta de recursos económicos, y la pesada
carga de asuntos irregulares heredadas del XX Ayuntamiento encabezado por
Bustamante, se ha venido fraguando y fortaleciendo la idea de descarrillar al
Alcalde Jorge Astiazarán.
Para
ello, los bustamantistas se conciliaron con los Ledesma Romo, evidentemente
bajo la condición de hacer efectivo el 50/50 de los supuestos ingresos ilegales
del gobierno municipal, que presuntamente reclamaban los Ledesma Romo a
Astiazarán.
Difícil y
empedrado será el camino de Astiazarán. El suplente, sigue esperando. Que se
siente.
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