Tamaulipas.- En Tamaulipas el litro de gasolina cuesta tres
veces menos que uno de leche y es más barato que una lata de Coca Cola.
Gota a gota es un
regalo: Magna y Premium a 5 pesos el litro, menos de la mitad de su valor
oficial (12.77 la Magna y 13.45 la Premium). Es gasolina que no sabe de
impuestos ni de gasolinazos y sale menos cara que un jugo de naranja en el
puesto de la esquina. Está a precio de país árabe millonario. Hay quienes le
llaman "gasolina popular" y se vende como si fuera agua en el
desierto.
Popular será, pero también es robada. Es propiedad de Pemex,
cosa que a pocos importa, porque la oferta de ahorrar siete, ocho, nueve pesos
por litro es demasiado tentadora para dejarla de lado: como hormigas, cientos
de compradores acuden a diario a abastecerse en flotas de panaderas y
guachicoleras.
Camionetas color café, pick ups con tambos en la caja o
camiones de volteo con mangueras colgando, que sirven de gasolineras
clandestinas en las principales ciudades del estado.
Numerosos videos en redes sociales muestran su éxito
comercial. Los clientes acuden por cientos y se llevan la gasolina en fila
india a cuestas, en pequeños recipientes de plástico y en los tanques de sus
coches, motonetas y camionetas. La cargan sobre sus cabezas, en botellas de
agua, cubetas o en cualquier recipiente que pueda contener una gota de líquido.
Decenas de autos particulares llegan a tomar parte en una hemorragia que litro
por litro está costando miles de millones de pesos a Pemex y al erario público,
mientras que enriquece a dos de los principales cárteles de la droga.
Secuencias como esas son ahora cotidianas en ciudades de la
frontera chica de Tamaulipas, donde se ha creado el más grande mercado negro de
gasolina. Quizá hasta 15 por ciento de la venta total de combustible en el
estado ha caído ya en manos de Los Zetas y el cártel del Golfo, organizaciones
que anualmente se embolsan hasta 3 mil 500 millones de pesos por la venta de
gasolina robada, gracias a una estructura paralela de distribución de decenas
de miles de barriles de Magna y Premium.
Una hipótesis que ha tomado fuerza en las áreas de seguridad
nacional del gobierno federal apunta a que ese hueco en las ventas de gasolina
es tan copioso que solo se puede explicar de una forma: el desvío de miles de
barriles a un floreciente mercado negro del que existen numerosas evidencias.El
descenso en las ventas diarias de barrilles coincide con el ascenso de las
tomas clandestinas en Tamaulipas. Hubo 17 de en 2008 y 32 en 2009. Para 2010
eran 59 y en 2011 fueron 172. En 2012 se hallaron 153, pero para 2013 vino la
metástasis: 539. La cifra más elevada de todo México.
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