Por Gerardo Díaz Valles
La estructura del ISSSTECALI amenaza colapsarse si el
Gobierno y Sindicato insisten por un lado en evadir los puntos neurálgicos y,
por el otro, en apretar más a los derechohabientes, mermándoles impunemente una
adecuada atención médica, los servicios de calidad, la dotación oportuna de
medicamentos, sepultando así al sistema de pensiones y jubilaciones.
Gobiernos
“humanistas” van y vienen, en momentos que muchas personas enfermas de gravedad
ven mermada su calidad de vida, siguen en espera de ser intervenidos para
salvar su vida. Un asunto que ya requiere de la urgente intervención de
instancias superiores, aquellas que dicen ocuparse de salvaguardar los derechos
de los ciudadanos, de la clase trabajadora, del respeto al sistema de seguridad
social de los trabajadores al servicio del Estado…Delicado asunto en que
Francisco Vega, deberá poner especial énfasis y demostrar en los hechos lo
prometido en su reciente campaña proselitista, principalmente aquello de que
“el sí sabe de números”, para que las cuentas le cuadren y empiece a nivelar el
barco. Es decir, que ya deje de “patear el bote” y dejar que el problema le
explote a otros, y atender el problema de fondo, pensar con la cabeza por el
bien de todos y no con las presiones de los compromisos contraídos, los amagues
de los grupos internos que tanto daño le han hecho y mermado a los gobiernos de
extracción panista…Por el lado del gobierno municipal Tijuanense, del flemático
y circunspecto Carlos Bustamante, la cosa no anda mucho mejor con sus recientes
“golpes” o acciones de gobierno para meter en cintura a las casas de empeño, a
los menesterosos que pululan la canalización del Rio Tijuana, los vendedores
ambulantes de la Zona Centro, o las recicladoras que especulan con la
compra-venta del metal, al ser sus acciones selectivas, superficiales y peor
aún, con aparatosos golpes de espectacularidad o mediáticas con tintes más
publicitarios que integrales, como diciendo, “no me olviden”. Habida cuenta que
el desorden, inseguridad y anarquía urbana continúan, y si no, que le pregunten
a los vecinos de las colonias Gran Tenochtitlan, Miramar, Michoacán, Cañón
Palmeras, Manuel Paredes, Montes Olímpicos y Pedregal de Santa Julia, en los
linderos de las delegaciones municipales de Playas y San Antonio de los Buenos,
cuando la Recicladora “Díaz” sin problema alguno, lucra a todas horas en el
Cañón de las Rosas con la compra de todo tipo de auto partes y metales a
mugrosos de la zona, quienes sin mayor trámite obtienen unas monedas para
pagarse una “cura”. Aquí el pregonado “Ciudad con Orden”, suena más a burla,
que a otra cosa. Lo bueno que ya viene el Doctor.
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