*El programa cuenta con el apoyo de autoridades educativas, docentes y padres de familia
Tijuana, B. C., 07 de Diciembre de 2014.- Este año 150 adolescentes de ambos
sexos han sido beneficiados por “Jóvenes Cambiando sus Vidas”, que
imparte la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) por conducto
de la Dirección de Prevención el Delito y Participación Ciudadana.
Se trata de un programa con gran sentido humanista porque auxilia a muchachos con acentuados problemas de conducta, que los ponían en riesgo de interrumpir sus estudios.
Además de ser indisciplinados, reacios a la autoridad de sus progenitores y de sus maestros, algunos estaban en riesgo de enrolarse en el consumo de drogas y en otras actividades delictivas.
Como opción para modificar el negativo panorama que se extendía ante ellos
la Secretaría de Seguridad Pública Municipal diseñó este, que ha logrado
un cambio positivo y presentarles un proyecto de vida con la
intervención oportuna de autoridades educativas y de sus propios padres.Se trata de un programa con gran sentido humanista porque auxilia a muchachos con acentuados problemas de conducta, que los ponían en riesgo de interrumpir sus estudios.
Además de ser indisciplinados, reacios a la autoridad de sus progenitores y de sus maestros, algunos estaban en riesgo de enrolarse en el consumo de drogas y en otras actividades delictivas.
El 80 por ciento de los jóvenes que se integran a este programa son canalizados por medio de los resultados que proporciona el Operativo Mochila y el resto por solicitud de sus maestros al identificar indisciplina o adicción al consumo de enervantes.
El propósito es integrar a jóvenes de 11 a 17 años, de ambos sexos, que cursan la educación secundaria o preparatoria, en una intervención física, social y educativa, para convencerlos de la necesidad de modificar su comportamiento y la relación con sus familiares, compañeros y la sociedad en general.
En el transcurso del programa, el cual tiene una duración de tres meses, realizan actividades físicas y deportivas, y participan en pláticas y talleres que refuerzan su autoestima y forjan su disciplina.
Además
conocen las consecuencias del consumo de drogas y de realizar actos
ilícitos, con testimonios de personas que han pasado por situaciones
similares, con las cuales muchos logran identificarse.
Es
tal el cambio que se logra en los jóvenes, que luego de graduarse la
mayoría decide incorporarse a la Policía Juvenil, para continuar
realizando actividades positivas y en beneficio de la comunidad.
Cabe destacar la importancia
de que los padres de familia se comprometan para trabajar en conjunto
con la autoridad, por medio de distintas actividades con las que se
busca fortalecer el vínculo familiar y mejorar la comunicación entre
padres e hijos.
Los oficiales, adscritos a la
Unidad de Prevención del Delito, trabajan directamente con padres de
familia y adolescentes; cuando hay negativa o la participación de los
progenitores es nula, el caso es canalizado a la Unidad Operativa Contra
la Violencia Doméstica.
Dentro de unos días iniciaran
actividades un nuevo grupo, probablemente con 40 alumnos en riesgo
detectados en Operativos Mochila durante el actual ciclo escolar.
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