Por : Gilberto LAVENANT
Muchos saben, casi con plena
seguridad, que el establecimiento de los centros de verificación vehicular en
la entidad, no fue motivado por el supuesto interés del Gobernador José
Guadalupe Osuna Millán, de cuidar la salud de los bajacalifornianos, ante los
supuestos altos índices de contaminación ambiental, sino simple y
sencillamente, para cumplir compromisos políticos con el controvertido Jorge
Kawaghi.
Ya se sabe, que no hubo dictamen
de inconveniencia o imposibilidad del gobierno estatal, para establecerlos con
sus propios recursos, requisito básico para poder otorgarlos en concesión a particulares,
en atención a lo cual, las concesiones para instalar verificentros, fueron
otorgadas ilegalmente.
También se sabe, que la campaña
mediática, emprendida por el gobierno estatal, alarmando a los
bajacalifornianos, advirtiendo que Tijuana y Mexicali, son las ciudades más
contaminadas del mundo, fue puro cuento, aparentando que la contaminación era
generada por el parque vehicular. Que por eso urgía instalar los verificentros y
el hacer obligatoria la verificación, para el canje de placas y renovación de
tarjetas de circulación.
Que no obstante, los actuales
legisladores, e incluso el propio Gobernador Francisco Vega de la Madrid, se
confabularon para imponer este programa, “contra viento y marea”. Actuaron como
las pandillas. Cada uno desempeñó su papel, conforme a lo pactado.
Por eso, resulta irónico, que los
concesionarios, hayan decidido acudir a la vía judicial, para reclamar al
gobierno estatal, el pago de unos 400 millones de pesos, por concepto de
quebranto financiero, debido a los decretos que eliminaron, aunque sea
temporalmente, la obligatoriedad de la revisión vehicular. Como dice el refrán
: cría cuervos, y te sacarán los ojos”.
Ante las presiones sociales y el
malestar general ocasionado por la reforma hacendaria, Gobernador y
legisladores, establecieron un período de gracia, de 100 días, durante el cual
dejó de ser obligatoria la verificación.
Los concesionarios de los verificentros,
argumentan que esa suspensión, les ocasionaron daños y perjuicios, porque, al
no estar operando, toda vez que nadie acudía a la verificación, tuvieron que
reducir personal, y ahora enfrentan demandas por despido injustificado, ante
los tribunales laborales.
Por eso, 12 de los 16 concesionarios,
acudieron a la vía judicial, a reclamar
al gobierno estatal, que les paguen más de 400 millones de pesos, por daños y
perjuicios. Resulta lógica la reacción, pues instalaron los verificentros, para
hacer dinero, no para combatir la contaminación ambiental.
Aquí es donde cabe aplicar, aquel
refrán que advierte : Cría cuervos, y te sacarán los ojos”. Osuna Millán y Vega
de la Madrid, recurrieron a todo tipo de artimañas, para que siguiera vigente
el compromiso político contraído con Kawaghi. Pusieron “oídos sordos” a los
cuestionamientos, señalamientos y acusaciones, pese a que les han de haber zumbado
feo los oídos, por tantos recordatorios familiares.
Y el problema es, que esta farsa,
les costará a los ciudadanos bajacalifornianos, que gracias a José Guadalupe y
Francisco Arturo, tienen qué cubrir un gasto adicional, al gestionar el canje
de placas o renovación de tarjeta de circulación.
Según conocedores de este tema, los
concesionarios invirtieron aproximadamente 203 millones de pesos, más unos 74
mil 750 pesos que tendrían que pagar por las demandas laborales de sus
empleados.
Sin embargo, por supuestos daños
y perjuicios, dizque generados por el plazo de gracia de los 100 días, los
concesionarios reclaman el pago de 406 millones de pesos, o sea 202 millones
925 mil 250 pesos. Más que lo invertido.
Por lo tanto, la recomendación al
gobierno estatal, es que se proceda a la cancelación de las concesiones
relativas a los verificentros, declarándolas nulas, en atención a las
irregularidades en que se incurrieron, regresándoles lo invertido, que es mucho
menos que lo que ahora reclaman, tan sólo por daños y perjuicios.
Hace unos días, en Mexicali,
durante la sexta asamblea ordinaria de la Federación Estatal de Colegios,
Barras y Asociaciones de Abogados de Baja California, destacaron las
negociaciones ilícitas en el otorgamiento de las concesiones para instalar los
16 verificentros.
La crónica de dicho evento, refiere
que Herman López Frank, Presidente del Colegio de Abogados de Mexicali, señaló
: “nosotros, al analizar estas circunstancias, nos hemos dado cuenta que aquí,
de lo que más se trató, fue de una negociación ilícita, celebrada entre
servidores públicos del gobierno anterior, principalmente del exgobernador
Osuna Millán y del finado Blake Mora”.
Así mismo, manifestó que hay más
funcionarios públicos, de la administración anterior, involucrados en esto,
incluído el entonces titular de la Secretaría de Protección al Ambiente, Sócrates Bastidas Hernández. Indicó que este negocio,
representa una ganancia anual de 1 mil 200 millones de pesos.
Por ello, y a fin de dar por terminadas
estas cochinadas, los abogados se pronunciaron porque el gobierno estatal,
cancele las concesiones y pague a los concesionarios unos 200 millones de pesos,
por lo invertido, y no los 400 que reclaman, dizque por daños y perjuicios. De
no hacerlo así, ellos procederían a hacer la denuncia correspondiente, “caiga
quien caiga”. Y sigan criando cuervos.
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