Columna Indira Mata A-Firma
De una mujer como Verónica Reyes Gutiérrez no se necesitaría escribir mucho porque sus cualidades humanas son visibles, reconocidas y apreciadas por quienes están alrededor y conocen la bondad que practica hacia las personas.
Exaltarla podría parecer reiterativo pero hay cosas buenas dignas de ser contadas pues simboliza una especie de aliento ver los esfuerzos que realiza de manera cotidiana, genuina y apartada del protagnismo. Sin importar el frío o calor, la distancia o el trajín, he sido testigo del auxilio inmediato que brinda al enterarse de alguna contingencia y también ver que le invaden la impotencia, lagrimas y frustración humana.
Pocos saben que Vero dedica gran parte del día al cuidado y atención de sus perros a los que de verdad considera parte de la familia porque está convencida que son seres desprotegidos e indefensos. Es una mujer con idealismo que siempre busca transmitirlo con palabras discretas y modestas.
Tiene numerosos renocimientos públicos, el último fue hace unos días denominado Galardón 2016 Baja California "Altruismo y Responsabilidad Social" por su labor al frente de la asociación civil que coordina desde el año 2005 denominada Centro de Atención y Orientación Familiar, donde reciben ayuda viejitos, niños y mujeres. A principios de 2015 se le otorgó también junto a destacadas mujeres fronterizas la presea "Mujeres Ejemplares de Baja California 2015".
Nació en El Paso, Texas, vivió en Guadalajara la niñez y juventud, se casó muy joven con su compañero de vida el pediátra Salvador Alvarado, con quien migró a tierras cachanillas hace ya varias décadas. Se graduó de la Facultad de Ciencias Químicas en la Universidad de Guadalajara y es una amorosa mamá de dos hijos profesionsitas y exitosos.
Hace algún tiempo y en una especie de confesión de amigas Vero me compartió que si bien muchas circunstancias la han marcado, salir de la casa para ver la realidad y el sufrimiento de otras personas transformaron su visión de la vida, fue entonces que decidió dedicar tiempo y esfuerzos a los demás para buscar el respeto a sus derechos y dignidad.
En la década de los noventa se inscribió a un diplomado universitario en derechos humanos, se graduó de una maestría en desarrollo humano, realizo cursos como orientadora familiar, pariticipó en talleres de educación para niños y jóvenes, de temas relacionados con ética, comunicación, violencia de género, maltrato infantil, salud y organización comunitaria, entre otros.
Ha impartido conferencias, pláticas y talleres, fue también consejera de la Procuraduría de Derechos Humanos y Protección Ciudadana, Directora del DIF Municipal, Consejera Estatal de Fomento a las Actividades de Desarrollo y Bienestar Social. Fue coordinadora estatal de la "Campaña contra el Maltrato Infantil en México y Centroamérica "Ni golpes que duelan ni palabras que hieran", de los diplomados "Consejería para Víctimas de Violencia Familiar" y "Formación de Educadoras Comunitarias" , coordinadora de proyectos como el denominado "Educación para la Prevención" en colaboración con al Comisión Binacional de Salud Fronteriza y de la Primera Expoayuda Mexicali.
Transcurren los años y Vero continúa ayudando, compartiendo y dando amistad genuina, cualidades humanas que siempre serán dignas de ser contadas...
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