Por : Gilberto LAVENANT
A dos semanas, de haber iniciado las campañas de los
candidatos a diputados federales, hacia los comicios del 7 de junio del
presente año, para nadie pasa desapercibido, que están desangeladas, que no
prenden, que están frías.
No se ven, como en pasados procesos electorales, mantas,
espectaculares, posters, banderolas, confeti, que las hacían parecer como
fiestas populares. Las hay, en algunos casos y respecto de determinados
candidatos, pero en mínima cantidad.
No se ven, como en tiempos pasados, desplegados en medios
impresos, videos o spots en radio y televisión. Ni siquiera manifestaciones por
las principales vialidades, reuniones masivas o mítines.
Algunos, tratando de justificar todo esto, dicen que la
nueva legislación electoral, es tan rígida, que no permite hacer derroche de
recursos, como antaño.
Que en el caso de los candidatos a diputados federales, se
les fijó como tope de sus gastos de campaña, un millón 200 mil pesos. Que
parece bastante, pero para 60 días de proselitismo electoral, representa un
gasto de 20 mil pesos diarios.
Con esos 20 mil, no alcanza para cubrir el costo de brigadas
de promoción del voto, alimentos, bebidas y transporte. Pintar bardas,
contratar carteleras, especios en medios impresos y electrónicos. El transporte
del candidato, sus viáticos, así como los de los miembros de su equipo.
Cabe observar, que para el presente proceso electoral, el
Instituto Nacional Electoral, otorgará a los partidos políticos, una cantidad
superior a 5 mil 356 millones de pesos.
Al PRI le otorgará 1 mil 375 millones de pesos; al PAN 1 mil
157 millones; al PRD 886 millones; al Partido del Trabajo 389 millones; al
Partido Verde 444 millones; a Movimiento Ciudadano 368 millones; al Panal 371
millones y a Morena, Partido Humanista y Encuentro Social, 120 millones de
pesos, cada uno.
Esto, independientemente de que el presupuesto del INE para
los comicios de 2015, asciende a más de 5 mil 356 millones de pesos. No cabe
duda, que la democracia, sale cara. Mientras más de 40 millones de mexicanos,
padecen hambre.
Lo irónico, es que no obstante tales cifras millonarias, los
candidatos a diputados federales, de los diversos partidos políticos, para los
8 distritos electorales federales en Baja California, en su mayoría, por no
decir que todos, no han recibido ni un peso, para cubrir sus gastos de campaña.
Algunos, a dos semanas de iniciadas sus actividades
proselitistas, no han recibido ni un solo peso de sus respectivos partidos.
Otros, apenas unos 20 mil pesos, que si acaso les alcanzó para comprar sodas y
refrescos a los integrantes de sus equipos de trabajo.
A los de un partido en particular, específicamente a los de
Morena, sus dirigentes les dijeron que si acaso les van a dar para que se
compren unos tenis, que se gastarán durante sus recorridos de campaña.
Evidentemente, a todos los cvandidatos, los mandaron a la
guerra, sin fusil.
La mayoría se mantienen en pie de lucha, por mero orgullo.
Como dice la canción: “te metistes a soldado y ahora tienes que aprender”.
Algunos, con la esperanza de que en los próximos días
reciban los recursos prometidos para sus campañas, rompieron “el cochinito”.
Ingenuamente, se imaginan alcanzar el triunfo y ya se ven, sentados en una
curul, en la Cámara baja y percibiendo sueldos de varios ceros. Algo así como
sacarse el premio de la Lotería Nacional.
Otros, ya reflejan en sus rostros la decepción. Suponían que
la política “sería más bonita”. Nunca imaginaron que tendrían que sufragar su
aventura, con sus propios recursos.
Definitivamente, en esta contienda abundan los ingenuos. Les
hablaron bonito al oído y les hicieron creer que, cansados que están los
electores, respecto a los políticos tradicionales, tenían ante ellos una
oportunidad fabulosa, para tocar con sus dedos el cielo del sistema político
mexicano.
Obviamente, nadie les dijo, que los ingenuos no tienen nada
que hacer en política. Sobre todo, si a leguas se les nota que son inocentones.
Claro, hay políticos que son unas “chuchas cuereras”, con
muchas millas en política, para quienes participar en política es una
redituable inversión. Están, plenamente convencidos, de que la política es la
actividad más rentable. Que produce más millonarios, que cualesquier otra
actividad humana. Incluso que las de corte empresarial.
Esos, corren el riesgo de invertir sus recursos, para cubrir
sus gastos de campaña, porque tienen la seguridad, que al ganar el 7 de junio,
recuperaran lo gastado y mucho más.
Sería interesante revisar, por parte de las autoridades electorales,
quien, dentro de los partidos políticos, se “embolsó” las cantidades
millonarias que recibieron para cubrir los gastos de campañas de sus
respectivos candidatos. Está claro, que no llegaron a su destino. Que fueron a
parar a los bolsillos de políticos vividores, que usufructúan siglas
partidistas.
No es lo mismo, pobres políticos, que políticos pobres.
No
cabe duda, a muchos, les vieron la cara.
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